Autor: Mircea Cartarescu
Editorial: Impedimenta
Número de páginas: 62
ISBN: 9788415130048
Precio: 10 €
Puntuación: 7,5
Esta pieza, tan breve como intensa, narra la improbable historia de un hombre al que nunca le ha sonreído la suerte, un desarraigado que sorprendentemente hace fortuna participando en letales sesiones de ruleta rusa. Multitudes enfervorecidas, presas del morbo, guardan cola para participar en las ceremonias de muerte y redención en que se convierten sus apariciones, y que dan paso a la histeria colectiva. Un escritor moribundo que conoció al Ruletista en su juventud intenta explicar cómo ese hombre insulso termina convirtiéndose en alguien inmortal y aparentemente inexpugnable, cuando en realidad en él solo anida el más desesperado espíritu de la autodestrucción. Había leído reseñas en varios blogs de El ruletista, un relato corto que todo el mundo calificaba como magnífico, así que no pude resistir la tentación de subirme al carro y leerlo yo también.
El narrador de esta breve historia es un escritor a las puertas de la muerte, un personaje sin nombre que dice haber conocido a El ruletista en su juventud, y que ahora se dispone a narrarnos cómo fue la existencia de este hombre que siempre parecía ganarle la partida al destino. Este escritor que ya tiene ochenta años escribe esta historia para combatir la soledad, como una forma de alcanzar la inmortalidad y de combatir el terror que le produce la muerte. Un relato que no está destinado a ningún lector, que no busca ser leído por nadie.
Como bien dice la sinopsis, El ruletista es un hombre que busca la fortuna participando en sesiones de la ruleta rusa y que, contra todo pronóstico, siempre consigue salir con vida. Es precisamente por esto que le llamaban El ruletista, porque ninguna otra persona se había jugado la vida tantas veces de esa manera y había sobrevivido.
Cuando yo haya muerto, mi cripta, mi guarida, seguirá flotando en esa niebla negra y sólida, y llevará estas hojas a ninguna parte para que nadie las lea. Pero en ellas está, al fin y al cabo, todo.
Por las pocas páginas que tiene el relato, puede parecer que es un libro ligero y fácil, de esos que se leen en una sola tarde. Se puede leer en un par de horas, efectivamente, pero para nada es un libro para pasar el rato, de leer y olvidar. El ruletista es uno de esos libros que dejan huella, para bien o para mal. Está escrito con una increíble maestría, con un vocabulario exquisito y culto, que te envuelve en la historia. Las descripciones y los monólogos del narrador me impresionaron como lectora constantemente.
No quiero deciros mucho más sobre esta pequeña obra, sólo añadir que todas las reseñas que leí en su día no se equivocaban, en verdad que El ruletista es una obra única y, como leí en este blog, un clásico actual.
El ruletista es un relato que, a pesar de sus pocas páginas no deja indiferente al lector, que consigue atrapar y envolver en una atmósfera única. Escrito con una pluma impecable, no puedo dejar de recomendarlo.