Como en los tres tomos anteriores, la historia está narrada en tercera persona, lo que nos permite conocer a todos los personajes. Si en el primer libro Gemma la clara protagonista (ella era la sirena, la que llevaba el peso de la historia), en los siguientes Harper, su hermana, ha ido cogiendo más protagonismo hasta posicionarse en el mismo nivel que Gemma. No sabría decir cuál de las dos es más importante para la autora.
El tema de las sirenas sigue siendo el principal. La busca de un remedio para poder romper la maldición de las sirenas ocupa a nuestros personajes. Sinceramente creo que la autora podría haberse ahorrado, al menos, un libro. He notado que introducía mucho relleno, situaciones repetidas hasta lo insaciable y otras tantas que no tenían por qué aparecer. Quizá pudiese habernos metido un tanto de relleno sin que nos diésemos cuenta, incluso podría haberlo disfrutado, pero la forma de escribir de esta autora no me parece nada fuera de la común, se limita a narrar lo que está ocurriendo, punto.
También se le da importancia a los temas amorosos, tenemos unas cuantas tramas abiertas. La que más me ha llamado la atención ha sido la de Daniel y Penn, que dista bastante de lo que se dice amor, pues es básicamente un acuerdo establecido entre Penn y Daniel. De todas formas he disfrutado descubriendo un poco más a la peligrosa y enigmática Penn. Sin embargo Thea me parece un personaje mucho más interesante al que casi se le da de lado.
Los personajes, en general, no me gustan demasiado. Ni Gemma ni Harper me convencen, van vagando de un lado a otro sin aportarme nada, realmente son personajes que no me dicen nada. Tenemos a las sirenas, Penn y Thea, que son un poco más interesantes, o incluso a Marcy, que es utilizada para poner el punto cómico a algunas de las situaciones. Sin embargo el peor personaje de todos, es Alex. No porque esté mal construido o porque sea totalmente plano, no es por eso, es porque se le maltrata. No me refiero en absoluto a maltrato físico, pero me da la impresión de que es un personaje pegote, la autora lo utiliza completamente. Quiero decir, se supone que debería de ser uno de los más importantes, pero solo aparece de vez en cuando para soltar alguna frase y desaparecer hasta nuevo aviso.
En realidad se le da demasiadas vueltas al mismo asunto, e incluso los lectores podemos llegar a adivinar antes que los personajes (que se limitan a dar bandazos de un lado a otro) el misterio que tanto quieren resolver. De todas formas me ha parecido un libro entretenido, de esos que sigues leyendo por saber qué es lo siguiente que puede pasar.
El final está plagado de alegrías y melodramas baratos a partes iguales, aunque en conjunto me ha gustado. Se trata de un final cerrado que da fin a una historia que, aunque no sea de las mejores, ha logrado entretenerme.
Una conclusión de saga aceptable