El capitán Beniko Ishimura, censor de videojuegos, se dedica a captar posibles traidores, cuando un día recibe una misteriosa llamada del general Mutsuraga, al que sirvió hace muchos años, y su vida se convierte en una montaña rusa que le llevará a conocer a Akiko Tsukino, una oficial de la policía de Tokio que intenta descubrir la relación de Ishimura con el videojuego United States of America, que algunos insurgentes están usando para avivar el nacionalismo estadounidense. Los orígenes del videojuego subversivo son aún más polémicos y peligrosos de los que nadie sospecha.
Sinceramente, si estás leyendo esta reseña es porque te llama la atención la premisa de esta novela y lo primero que te puedo asegurar es que como mínimo no te va a decepcionar. Una novela ucrónica con mechas en una sociedad ficticia en la que Japón a ganado la segunda guerra mundial que se reporte con Alemania el territorio estadounidense.
Pero en la colonia americana del imperio japonés no todo es tan idóneo como parece, la férrea disciplina social, cultural, educativa, laboral y recreativa que mantiene fieles a todos los habitantes de Estados Unidos de Japón se ve seriamente amenazada por la propagación de un videojuego que simula cómo sería el mundo si Estados Unidos hubiera ganado la guerra.
Cómo está afectando a los supervivientes americanos y cómo ese videojuego empieza a ganar seguidores y dar esperanza e ímpetu a los sectores más violentos, ha llamado la atención de las autoridades que han empezado a seguirles la pista a los creadores de este videojuego.Se acusa como principal responsable de esta tecnología que está revolviendo las masas a un antiguo alto cargo militar. Y es a su pupilo a quien se ve envuelto en el caso con la agente encargada de seguirle la pista y atraparlo para liberar al emperador de su insidiosa manipulación. Se convierten en un dúo reactivo. Como he comentado algún vídeo recientemente hace un tiempo intenté leer El nombre del castillo de Philip K. Dick, novela en la que se ha inspirado el autor de Estados unidos de Japón, pero el tono del relato no terminó de engancharme y cabe por posponerlo pensando en que quizá no era el momento para esa novela. Así que al enterarme de cuál era la causa de tanta fascinación entre tantos lectores, no pude quedar más que fascinaba yo también ante una nueva oportunidad de leer una ucronía de este estilo. En esta novela encontré lo que esperaba: acción, aventura y una ambientación ucrónica con robots gigantes. Pero, sobretodo, me sorprendió encontrar una prosa y un tono moderno que hacen del relato una novela entretenida y estimulante para el lector. El texto es ligero modulado con intencionalidad resultando en un libro que se le muy fácilmente sin perder la calidad de la trama, o el simbolismo que guarda en los personajes o en el contexto. También encontré una trama oscura manejada con destreza y sujeta a las normas que impone el contexto en que se desarrolla, así que tiene un talante fresco novedoso. Los personajes están lleno de carisma y trasfondo, a lo que se suma una buena porción de acción desmesurada. Me encantó saberme fuera de la mentalidad tanto de los personajes como de la sociedad que plantea el autor. Entre los giros abruptos y los misterios que se encierra a lo largo de la novela hay bastante material para reflexionar y pasar un rato muy entretenido con ello. El contexto en el que el autor ha posicionado su historia no podía ser más apetecible sensacionalista. Esta novela explora esa posibilidad sin disfrazar los horrores ni la sangre ni la crueldad de la que es capaz del ser humano. Sin duda esta novela ha combinado muy bien los principales puntos de interés que unen sus lectores potenciales, como los avances tecnológicos, el modo de vida más parco y respetuoso con el mundo. A la vez que aprecian claramente los puntos flacos de la realidad alternativa que explora el autor.Estados Unidos bajo la bandera del imperio japonés supone un grupo de colonias pobladas por los descendientes de los que sobrevivieron a los horrores de la guerra que confían en que su incuestionable lealtad al emperador japonés sea bastante para protegerse de sus propios pensamientos revolucionarios o de los deseos de venganza del vecino habitual con el que esté enemistado. Ha planteado una sociedad férreamente sometida por ideales que no toleran los deslices, son todo líneas claras y concisas, solo salen de la norma cuando la corrupción propicia y se ha convertido en un hervidero de falso auto convencimiento. La crueldad que la sinceridad se separan por una línea fina y borrosa. Me encantó descubrir cómo ha evolucionado la sociedad mundial, cómo se percibían entre ellos los propios vencedores, los puntos de comunión y las claras disyuntivas que ha elegido el autor para acentuar, a la vez que todo el conjunto grita que somos humanos y que está en nuestra naturaleza que lleguemos a un momento de decadencia. Esperaba que fuera una novela buena pero me ha resultado muy, muy, muy buena y con ello me quedo corta es una genial experiencia que os hará abrir los ojos.