Título: Hijo dorado (Amanecer rojo #2)
Autor: Pierce BrownEditorial: RBAISBN: 9788427208773Páginas: 640Año de publicación: 2015Precio: 18,00€Tras una implacable competición en el Instituto de Marte, Darrow se ha ganado un puesto de honor entre la élite gobernante. Ahora luce la cicatriz curvada de los dorados, los más crueles y brillantes de los humanos. Pero Darrow no es como ellos…Para hacer realidad su objetivo de destruir el sistema desde dentro, Darrow debe convertirse en el mejor de los dorados. El más fuerte. El más inteligente. El más implacable. Solo así devolverá la luz a su pueblo. Aunque su sombra se torne más oscura a cada paso.
Es muy difícil escribir sobre esta novela, podría limitarme a llenar esta entrada con la palabra "genial" un millón de veces y no me bastaría para abarcar el calibre de lo genial que me ha resultado esta lectura.
Como nos había adelantado en Amanecer rojo, Brown no tiene un pelo de convencional. Cosa que demuestra en cada una de las seiscientas cuarenta páginas en las que podemos disfrutar del magnífico talento que despliega usando como herramienta una historia de plagada estrategia, intriga, traición en la misma proporción que incluye amor, amistad, acción y violencia.No sabía muy bien qué esperar de esta novela, sencillamente podía ser o muy buena o muy mala y la línea que separa una característica de la otra es lo suficientemente delgada como para temerla.
La historia se retoma en las últimas fases de la formación militar de Darrow, que como dorado ahora ostenta una posición de confianza en la casa Augusto para defender sus intereses. Pero no todo sale tan bien como cabía esperar y no solo peligran los intereses de su casa y su señor Augusto, también sus intereses menos honestos para con los dorados.
La sensación de que todos le han abandonado a la deriva de con escasa información y un objetivo difuso en un camino plagado de obstáculos hace mella en el ánimo del mejor dorado que haya dado su generación. Sin embargo hacer gala de su buena disposición para la estrategia y la batalla lleva a Darrow a empeorar las relaciones de la Casa Augusto o con su principal rival, el Clan Belona, además de alentar a todo aquel que tenga algo que ganar hostigándolos. Por lo que Darrow, lejos de su objetivo de conseguir comandar una flota, queda relegado a la marginalidad.Obviamente, eso no le paraliza.
Me ha encantado, imagino que no hace falta decirlo pero me siento mejor haciéndolo.
La novela tiene un inicio firme que plantea el nuevo escenario en el que se desenvuelve ahora la misión de Darrow. El autor lo primero que hace es poner acción, rabia y emoción ante el lector para después introducirle en ese palacio lleno de intriga, tensión contenida y pensamientos tergiversados. Da paso a una parte de la historia más sosegada, más meditada y frívola que se ve continuamente salpicada por acción, rabia, giros destructivos y destrucción simple. Una combinación muy potente que capaz de ponerte al borde del asiento en el momento más inesperado.
Por supuesto, tenemos la aclamada tensión sexual. Un elemento necesario en cualquier historia por muy bélica, futurista y romana que sea, y por muy genial que el autor haya demostrado ser. El truco en el triangulo amoroso de esta trilogía es que muy complicado, el autor ha añadidos tantos elementos contrarios que el equilibrio es casi imposible por lo que puede parecer muy fisiológico y no tan sentimental con un toque tierno y humano al final. Algo que me encanta porque no distrae de la acción principal hasta que se integra en las motivaciones del personaje.
Los escenarios que plantea el autor no pueden ser más diferentes de los que ya habíamos visto en la primera parte. En esta ocasión salimos más allá de los bosques y de la atmosfera para viajar de un punto a otro del sistema reuniendo a un elenco de personajes que dista mucho de lo que estamos acostumbrados en las odiseas juveniles.
Los personajes inaccesibles y distantes toman una nueva dimensión en esta novela, pues nada debe parecer inalcanzable para un dorado y mucho menos los personajes de alto rango que representan las más altas esferas de poder en la jerarquía elaborada por los dorados.
Los mismos personajes ahora situados en un tablero totalmente distinto obtienen un matiz mucho más cruel y propenso a la traición, aunque también se advierten la lealtad y veneración entre esas nuevas cualidades. Las nuevas incorporaciones recrean el ambiente tenso, mortal y despiadado al que ya nos había llevado antes, pero con una magnitud superior.
La combinación ha sido de nuevo genial, con un resultado que arrebata el aliento, la tensión no ahoga y las sorpresas no sobran. Una serie genial y emocionante.