Una de las características que más llama la atención es que la historia está concebida como si fuera un videojuego. Nosotros iremos subiendo de nivel, consiguiendo bonus al mismo tiempo que la protagonista. De hecho al inicio del libro y en la propia página de la editorial Dolmen, podremos descargarnos un vídeojuego ideado para complementar el libro. Incluso nos aconsejan jugar primero y leer después. Yo no os puedo decir nada de este juego porque no me lo he descargado pero no obstante, me parece original.
Hope ha muerto y se encuentra en el infierno. Ella busca su segunda oportunidad, pero es qué acaso todo el mundo se la merece, a pesar del delito cometido. Se lo han prometido si consigue pasar las 666 fases. ¿Cómo conseguirlo? debe desalojar a todos los inquilinos del lugar donde se encuentra, es decir 666 ¿cómo? Muy sencillo, matándolos. Lo que se va a encontrar en cada una de las habitaciones es un misterio, hasta que no entre en ellas “pero una cosa es seguro: no estará sola. Y no será divertido”
Entre nivel y nivel, nos encontramos con muertes, desvaríos y locuras pero también con el pasado de Hope; en cada nuevo reto hay una figura que le desvelará retazos de sus recuerdos perdidos. Esta es la parte con la que tal vez más defraudada me siento ya que, en mi opinión, los autores no han sabido explotarlo al máximo dando más información y poder conocer a la protagonista mejor, para así tal vez sufrir más en el proceso. Apenas si nos dicen cual fue su vida pasada y porqué se quitó la vida, tan solo las pincelas justas para intentar comprender un final un tanto difuso, dejando entrever un personaje realmente interesante y creo que siniestro, quedándonos con las ganas de algo más.Cada pasaje es un asesino al que tiene que eliminar; ellos han conseguido con sudor y sangre su estancia en el averno, pero no con la suya, sino con la sangre derramada de inocentes. Una de las partes con las que más he disfrutado, si con ello es que se puede disfrutar, tan solo en mentes retorcidas como la mía supongo, es el darme cuenta que cada uno de estos demonios que se va sumando a la lista que Hope debe desahuciar para ir subiendo de nivel, son reales, algunos bien conocidos y otros vivos aún hoy día y es que estos “angelitos” están incluidos en algunas de las listas de los asesinos más sangrientos que han sembrado la tierra. Con cada nuevo capítulo yo iba rauda a internet, para conocer el curriculum de estas perlas. Eso sí que fue realmente terrorífico, conocer lo que llevaron a cabo y además de esa manera tan fría. De nuevo nos vienen a recordar, que el verdadero infierno puede residir en la tierra. En “Infernorama” converge la literatura de terror, con ciertos toques de gore, junto con la cultura y demás parafernalia que se esconde detrás de los vídeojuegos. El desarrollo de la aventura de esta chica es un tanto caótico; sin duda ha sido una propuesta arriesgada e imaginativa y si lo que pretendía era revolverme el estómago lo ha conseguido; hay determinadas imágenes que no podrás quitarte de la mente, realmente tienen una imaginación desmedida para lo macabro. Le faltó como ya he dicho, profundizar en esa vida que nuestra protagonista dejó atrás, que me dejó con ganas de más y le sobra demasiada inverosimilitud y desvaríos. No puedo decir que no me haya sorprendido y lo he disfrutado en algunos aspectos, pero podían haber conseguido más y aterrorizar realmente al lector con la titánica tarea de Hope por intentar salir del infierno, objetivo que nadie hasta ahora ha conseguido.