“La abadía de Northanger” es una novela corta de la primera época de Jane Austen. Fue la primera de sus novelas terminadas para su publicación. Escrita en torno a 1798-1799, lo revisó para imprenta en 1803 y ese mismo año se lo compró un vendedor de libros de Bath que nunca lo publicó. Fue el hermano de Jane Austen quién diez años después se lo volvió a comprar a ese vendedor por el mismo precio. La obra fue revisada de nuevo y se publicó a título póstumo en 1818 junto a otra de las obras de Jane: “Persuasión”.Concebida en parte para parodiar la novela gótica tan en boga en esa época, Jane Austen, nombrará y hablará sobre un libro: “Los misterios de Udolpho” de la escritora Ann Radcliffe que había publicado en 1794 sirviendo al mismo tiempo de homenaje y de defensa de las novelas frente a las críticas por no ser consideradas lecturas “dignas y elevadas” para la época, y así lo veremos reflejado en una de las páginas de esta novela donde Jane Austen escribe: “si una heroína de una novela no es defendida por la otra, ¿de quién se puede esperar protección y consideración?”
El libro está dividido en dos partes bien diferenciadas y diferentes. La primera parte compuesta por catorce capítulos nos presenta a la joven Catherine Morland, nuestra heroína. Una chica de dieciete años que vive feliz con su familia en un pueblo y disfruta leyendo novelas góticas y de quién poco se puede destacar en su vida insulsa y anodina pero eso va a cambiar pues se le presenta la oportunidad de acompañar a los vecinos: el señor y la señora Allen, a Bath una ciudad muy conocida por su vida social y por sus baños. Aunque la primera desilusión surge rápido pues al no conocer a nadie en la ciudad todo parece aburrido y sin alicientes. Parece que la suerte está de su lado y en uno de esos bailes a los que acuden, Catherine conocerá a un joven clérigo llamado Henry Tilney, con el cual tendrá una conversación de lo más interesante, deliciosa y extraña que dejará a la joven interesada e intrigada por el tal Henry. Además entrará en escena otra jovencita: Isabella Thorpe quién se convertirá en amiga del alma pero a la que Jane Austen con su ironía habitual veremos que retrata como alguien egoísta, inconstante y muy superficial, claro Catherine en su inocencia sólo verá una amiga con quién compartir tardes maravillosas. La trama se va tejiendo y los enredos no tardarán en aparecer a la vez que surgen otros personajes y gracias a los diálogos no faltos de la ironía austiniana y sus actos cada uno de los personajes quedará bien retratado para el lector. La sinceridad brilla por su ausencia en esta primera parte, Catherine está asombrada de no entender nada de esas conductas inconstantes.La segunda parte compuesta por dieciséis capítulos nos llevará a la residencia de los Tilney: la abadía Northanger, a la que Catherine es invitada por la hermana de Henry, Eleonor Tilney. Allí veremos como Catherine, cuya mente está influenciada por las novelas góticas que lee, comienza a imaginarse historias de lo más increíbles, dándole así a cada uno de los habitantes un papel que dista bastante de la realidad y que le darán más de un sobresalto.Como de costumbre en las novelas de Jane Austen tendremos algún giro inesperado que mantendrá algo de suspense en la trama sin saber muy bien como terminará.Una novela en la que la escritora se dirige continuamente al lector para que no sea demasiado crítico con su heroína ni con su historia y que termina con una moralina si bien deja que sea el lector, quién deberá decidir cuál de las dos opciones que ella plantea será la más correcta a la vista de los acontecimientos acaecidos.
“dejo en manos de quién lo consideré oportuno decidir si la intención de este libro es recomendar abiertamente la tiranía paterna o recompensar la desobediencia filial”.
Y después de todo lo dicho, dejo en vuestras manos que decidáis, adentraros o no, en esta deliciosa novela para descubrir que aventuras vivirá nuestra heroína la joven Catherine Morland en su descubrimiento del mundo.