El thriller que te obliga a mirar lo que no quieres ver
Por: Alberto Berenguer / Instagram: @tukoberenguer; @delecturaobligada

Imaginad que estáis en un puente disfrutando de un día en familia, y de pronto… el horror. No hay tiempo para entender, solo para quedarse congelado. Así arranca La estrategia del avestruz, y creedme: ese sobresalto inicial no os soltará hasta el último punto.
Marcos Paricio, autor que leo por primera vez, no escribe thrillers, los disecciona. Esta novela es un bisturí narrativo que abre en canal la mente humana para mostrarnos lo que pasa cuando preferimos esconder la cabeza como las avestruces, y fingir que el peligro no existe.
Aquí no hay asesinos de guante blanco ni policías de manual. Andrea, la subinspectora al frente del caso, está tan rota como el sistema que representa. Como el sistema educativo español, permitidme la comparación. Además, la acompañan Sagra y Guillem, un equipo que funciona entre la desconfianza y la lealtad a trompicones. Lo mejor es que no hay héroes; solo personas con heridas, contradicciones y pasados que duelen. En otras palabras, el escritor no busca gustar, busca inquietar. Y, sin duda alguna, el policia lo consigue.
Marcos Paricio nos traslada desde las calles húmedas de Vigo hasta una isla que parece sacada de una pesadilla costera, donde cada vecino esconde más secretos que una caja negra. Y justo cuando crees haber atado cabos, el suelo desaparece bajo tus pies. Los giros son limpios, lógicos y devastadores. Además, hay una pregunta que me ronda a menudo la cabeza, ¿qué tiene el norte de la Península Ibérica, y especialmente la costa gallega, para inspirar tantas novelas negras y thrillers policíacos?. A pesar de ello, el autor muestra un lugar poco conocido de Vigo.
Así pues, la historia se mantiene con un ritmo endiablado, una ambientación cinematográfica y personajes carismáticos que te atrapan desde un primer momento. Si eres de los que necesitan un respiro entre tanta tensión, aquí no lo vas a tener. Paricio no te deja mirar hacia otro lado, ni siquiera para pestañear.
Para acabar, el norte huele a sal, a lluvia, y a secretos mal enterrados. Y eso Paricio lo sabe. Por ello su historia no se cierra con la última página, sino cuando notas, sin querer, que también tú has bajado la vista. La estrategia del avestruz no solo es un thriller muy recomendable, es una bofetada elegante al autoengaño colectivo. Porque ignorar el miedo no lo hace desaparecer. ¿Lo alimenta?.
