Este relato fue un golpe duro, y agradezco no haberlo leído en un estado débil, porque habría llorado todo el día (sí, así de loca estoy)
Creo que esta fue una buena manera de terminar con la antología "El umbral de la noche" porque la mayoría de las historias son terroríficas, con criaturas abominables, con personajes que demuestran pura maldad y total falta de empatía. Y esta historia es todo lo contrario. Sin mencionar que ella trata sobre algo que a cualquiera de nosotros nos podría ocurrir en cualquier momento, cada uno de nosotros actuaria de distinto modo, pero de una cosa no puedo dudar, el hombre que aparece en este relato actuó con amor.
Una mujer está en sus últimos días de vida, se encuentra internada debido a un cáncer que la está consumiendo. Sus horas son un infierno, la vida que lleva ya no es vida.
Un relato muy emotivo que me dejó pensando en muchas cosas y no pude no llorar.