Este relato es muy diferente a lo que vengo leyendo de Quiroga. Primero porque tiene un buen final (me refiero a que es un final positivo, feliz) Segundo porque es una fábula que por momentos parecía que estaba escrita para niños, como el hecho de que los animales hablen, pero en otros momentos encontraba escenas super fuertes como la descripción de cómo se encontraba el cuello de la tortuga gigante después de haber sido atacada por este tigre.
Leer Los buques suicidantes de Horacio QuirogaLa historia empieza con un hombre que vive en Buenos Aires. Él es feliz y sano. Pero un día enferma y el medico le aconseja que para su salud seria bueno que se vaya a vivir al campo.
El hombre no quiere hacer esto porque tiene que mantener a sus hermanitos pequeños.
Pero un día el director del zoológico le propone que puede ir a vivir al campo y si este le manda pieles de animales, el director se aseguraría de que sus hermanitos estén bien.
Eventualmente el hombre acepta este trato. Y una vez llegado a este nuevo ambiente. Más selvático. Empieza a sanar e incluso parece más fuerte que nunca.
Un día se encuentra con un tigre que estaba a punto de matar a una tortuga gigante. Él la salva y la sana.
Luego él vuelve a enfermarse. Y la tortuga como muestra de agradecimiento hace todo lo posible para ayudarlo. Incluso poniendo su propia vida en peligro.
Leer Reseña El almohadón de plumas de Horacio QuirogaEstoy acostumbrada a leer historias de Quiroga donde prácticamente la naturaleza es la enemiga del hombre. Pero este relato es todo lo contrario. Y eso me pareció genial.
Este relato nos muestra la fidelidad y las buenas intenciones que tienen los personajes ayudándose mutuamente. Y también nos enseña que los finales felices son posibles, más allá de las circunstancias.
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