Pierce Oliveira sabe qué hay después de la muerte, porque lo ha visto con sus propios ojos. Y lo que vio no fue precisamente un paraíso, sino un lugar lúgubre, un espacio a caballo entre el cielo y el infierno donde las almas esperan en un lago a ser dirigidas a su destino final. Un inframundo, protegido por el guardián John Hayden que, cansado de su soledad, la invita a formar parte de su mundo y quedarse con él para siempre. Pierce acepta sin comprender las consecuencias de sus actos, pero pronto advierte que está atrapada. Por suerte, logra escapar y volver al mundo de los vivos, pero no por mucho tiempo. Alguien ahí fuera no está contento con que haya vuelto a la vida. John Hayden y ella parecen predestinados a reencontrarse una y otra vez, no importa que huya, no importa dónde intente esconderse.
Esta atrapante historia de Meg Cabot es una original revisión del mito del rapto de Perséfone. Los nombres de los protagonistas evidencian aún más una novela cargada de referencias mitológicas. La protagonista, Pierce, actual Perséfone, es reservada y misteriosa, y transmite perfectamente esa sensación durante la narración a base de flashbacks incompletos y relatos a medias. Su personalidad está muy trabajada, y es quizás uno de los grandes aciertos del libro: no es una protagonista cargada de aplomo, ni demasiado segura, pero tampoco asustadiza. Solitaria, algo introvertida, esconde un interesante sentido del humor en su narración; en ocasiones, es bastante cínica.
John Hayden, el coprotagonista, es, por su parte, la versión moderna de Hades. Como guardián del mundo de los muertos está condenado a vivir eternamente en ese terreno entre el cielo y el infierno, y vive preso de una inevitable soledad a la espera de que alguien quiera compartirla con él. Claro que no es fácil encontrar a una compañera de viaje cuando eso conlleva una eternidad atrapada, amenazada además por los no pocos enemigos que ha gestado con el paso de los años. A fin de cuentas, ser el guardián del inframundo no te convierte en una figura demasiado popular.
Casi únicamente de estos dos personajes se vale Meg Cabot para crear esta cautivadora historia sobre el amor, la soledad, y la muerte. La fuerza de los protagonistas, unida a las cuidadas atmósferas y a la ya conocida calidad literaria del estilo de la autora hacen de Abandonada un libro que costará dejar de leer.