Bruno, Ester, María, Valeria, Elísabet y Raúl son los miembros de El Club de los Incomprendidos. Se conocieron hace más de dos años, desde entonces no se han separado y se reúnen todos los domingos en la cafetería de la madre de Valeria para organizarse la semana y ponerse al día. Pero las cosas han cambiado desde que se conocieron: ya no son tan incomprendidos y entre ellos surgen sentimientos que no esperaban que fueran a surgir jamás.
Elísabet está pillada por Raúl, pero no es la única del club que siente algo por él. Bruno hace tiempo que se declaró anónimamente a Ester, pero ella no le corresponde. La vida de María está a punto de dar un giro inesperado por culpa de su padre. Valeria conoce a un chico en el metro de la manera más peculiar e inesperada posible, y ya no se lo podrá quitar de la cabeza.
Blue Jeans comienza la novela un sábado por la noche presentando a los personajes uno por uno. Lo que al principio parece algo lioso se comprende a la perfección a medida que avanza la noche y las páginas. Los seis miembros de El Club de los Incomprendidos son personajes verosímiles y cercanos; son como cualquiera de nuestros compañeros de clase.
¡Buenos días, princesa! esta dividido en días de la semana y cada capítulo cambia de narrador, lo que nos permite ir experimentando lo acontecido desde distintas perspectivas. Esta estrategia, unida a unos finales de capítulo que siempre dejan al lector intrigado y a las muchas tramas que forman el argumento, hace que sea casi imposible soltar el libro.
Estamos ante una novela con gran cantidad de referencias culturales actuales que la hacen más cercana aún, perfecta para leer en la playa o la piscina, con un ritmo perfecto para el verano y con momentos tan románticos que ponen la piel de gallina. ¿Quién no querría, al fin y al cabo, despertarse con la mítica frase de la película La vida es bella: «¡Buenos días, princesa!»?
Nos alegra saber que Blue Jeans ya está escribiendo la segunda parte porque, con el cariño que se le coge a los personajes, los echaríamos de menos.