Todos los grandes imperios de la historia han estado dominados por hechiceros que peleaban entre sí por hacerse con el poder. Todos excepto el Jerusalén de Salomón, donde hasta los hechiceros más poderosos obedecían y temían al emperador. ¿Cómo era esto posible? ¿Tal vez por la proverbial sabiduría de Salomón? Lamentablemente, no. ¿Por su incuestionable encanto personal? Tampoco. Entonces, ¿será que Salomón era un hechicero de mayor nivel que el resto? Ni muchísimo menos. Pero, en su juventud, había tenido la suerte de encontrar un anillo mágico capaz de invocar a un espíritu invencible, un espíritu capaz de llevar a cabo cualquier petición de su amo.
Cuando la reina de Saba rechaza por tercera vez la petición de matrimonio de Salomón, recibe un mensaje: deberá pagarle un tributo anual de cuarenta sacos de incienso si no quiere ver su reino destruido. Naturalmente, la reina no quiere ceder a la extorsión. Las defensas de Jerusalén son inexpugnables, pero quizás una persona sola pueda pasar desapercibida, llegar hasta el emperador y matarlo antes de que tenga ocasión de usar su anillo. Esa es la misión de Asmira, una joven de dieciséis años que pertenece a la guardia personal de la reina.
En su camino se cruzará con Bartimeo de Uruk, un poderoso genio de cuarto nivel, cuya astucia y valor le hacen comparable a cualquier efrit. Por desgracia para él, su amo actual es Khaba, uno de los hechiceros a las órdenes de Salomón, que ha decidido castigarlo por su sarcasmo, su irreverencia, su descaro natural… y porque se comió a su amo anterior.
El anillo de Salomón es la precuela de la saga que hizo famoso a Jonathan Stroud y que protagonizaban el genio Bartimeo y el hechicero Nathaniel (El amuleto de Samarkanda, El ojo del Golem y La puerta de Ptolomeo). Evidentemente, en la época de Salomón, Nathaniel aún no había nacido, pero eso no supone ningún problema puesto que la «sal» de esa saga es la desbordante personalidad de Bartimeo, uno de los narradores más carismáticos y memorables de la literatura juvenil.
Si te gustó la trilogía original, El anillo de Salomón no te decepcionará. Volvemos a tener grandes dosis de acción y de humor, una ambientación más realista, una trama que encaja a la perfección y unos personajes con mucho más trasfondo del que pueda parecer a simple vista. Una historia más en la línea de Harry Potter que de la fantasía urbana de los últimos años.
No es necesario haber leído ninguna de las novelas anteriores para disfrutar de El anillo de Salomón. Esta es la oportunidad perfecta para adentrarse en la saga de Jonathan Stroud y conocer al genio Bartimeo.
Revista Cultura y Ocio
Reseña literaria El anillo de Salomón (precuela de El amuleto de Samarkanda), Jonathan Stroud
Por Eltemplodelasmilpuertas @Templo_Revista
Editorial Montena