Reseña literaria: El Arcángel de Luz #1

EL ARCÁNGEL DE LUZ #1
Autora: Raquel CruzEditorial: Última líneaGénero: romance paranormal, suspenseCubierta: rústica con solapasISBN: 9788416159017Edición: 2014Páginas: 415Precio en papel: 17,95€ Digital: 2,99€

Qué pasaría si un día descubres que no eres quién crees ser? ¿Cómo aceptarías que tu destino no es el que con esfuerzo habías proyectado?

Dana es periodista, intrépida, rebelde e insolente. Y su único propósito es ganar el juicio contra el hombre que quiso asesinarla.
Abel Rumsfeld es el abogado de la defensa y el ser más perverso sobre la faz de la Tierra. No dudará en usar todo su poder para salirse con la suya.
La rivalidad y la animadversión saltarán enseguida entre ellos. Pero las circunstancias se sucederán y la hostilidad se convertirá en otra clase de sentimientos mucho más intensos.
Hasta que Dana descubre una verdad que amenaza con poner en jaque el mundo de los humanos.BOOKTRAILER:
OPINIÓN PERSONAL:El Arcángel De Luz es una obra asombrosa que engancha gracias a la pulcra y versátil pluma de Raquel Cruz, la química entre los protagonistas y lo adictivo de la trama. Huelga decir que Abel Rumsfeld se ha convertido en uno de mis amores literarios y Dana en una protagonista del cuadro de honor.

La novela tiene momentos que me han recordado, levemente, a alguna saga internacional, pero lejos de ver ese rasgo como algo negativo, creo que es bueno:  demuestra que aquí podemos tomar como referencia algo de fuera y tirar por otros derroterlos, dando vida a una historia distinta y con personalidad.
El Arcángel de Luz combina suspense y romance, con unas pinceladas de erotismo y el germen de una acción que se desarrollará en la secuela.Los fluidos diálogos me han arrancado sonrisas, suspiros e incluso han humedecido mis ojos. ¿Cómo no sucumbir a la oscuridad cuando conoces lo que en verdad alberga...?

Uno de los niños que estaba subido encima del portal disfrazado de ángel, perdió el equilibrio. Pero Abel lo interceptó en pleno vuelo y evitó el accidente.—Ten más cuidado, ¿o quieres er un ángel caído?—Es por culpa de estas alas, ¡pesan mucho! —se quejó el pequeñoAbel le sonrió con complicidad.—Oh, pequeño, no sabes cómo te entiendo. Pero, ¿por qué las llevas si tanto te molestan?—Es que si no lo hago no seré un ángel —expuso lleno de razón.—¡Claro que seguirás siendo un ángel! Un ángel que se rebela contra la estupidez de quien le ha dicho que debe cargar peso solo para demostrar lo que ya es.El niño se  mostró dubitativo por un instante y esbozó una sonrisa.—¡Tienes razón! A partir de ahora seré un ángel sin alas  —anunció, desprendiéndose de ellas.El ritmo a lo largo de sus más de cuatrocientas páginas es equilibrado, hasta que somos arrastrados a un final que se me antoja precipitado, pero  que nos deja con la miel en los labios para una segunda parte que promete despejar algunas incógnitas y crear otras.
Por desgracia, un sorprendente giro me ha resultado del todo espontáneo, ya que la autora no ha guiado al lector con ninguna pista hacia esa resolución, por lo que, aunque sorpresivo, no termina de convencer ni encajar, simplemente lo damos por válido y seguimos hacia delante.

Volviendo a los personajes, he de decir que los secundarios son simplemente deliciosos, sobresaliendo de entre todos ellos la hosca Ántrax, una guerrera de las sombras cuyas acciones y observaciones han ayudado a mitigar momentos de tensión.Algo que me ha gustado muchísimo es el cómo la autora nos ha trasladado a diversas localizaciones, del plano terrenal y del mundo sobrenatural, haciendo gala de su capacidad descriptiva e invitándonos a ser testigos de una historia de amor prohibida. Hemos acompañado a la testaruda Dana y al arrogante Abel desde el centro de Valencia hasta la boscosa isla de Pemba, pasando por las profundidades del tenebroso Seol...No negaré que el libro tiene algunos errores de puntuación, pero estos no restan calidad a una novela casi redonda, cuya trama, el estilo y los personajes me tienen completamente hechizada.

—Eres el aire que se filtra por una fisura de mi escudo, hasta llegar a mí, y yo soy el agua que amenaza con derribar tu muro. Los dos somos elementos de la naturaleza, indómitos e imparables. Solo así hemos podido apresarnos mutuamente.
—No es una buena combinación —musité temblorosa—. El aire y el agua forman tempestades.
—Pero de vez en cuando es la brisa que mece suavemente las olas.Lo mejor: sus diálogos adictivos y carismáticos protagonistas.Lo peor: Lo precipitado de la resolución a uno de los conflictos y algunas pequeñas erratas.VALORACIÓN: