¿Quién es Emily? Ante esta pregunta, inmediatamente se nos viene a la cabeza la imagen de una niña pálida, vestida de negro, de pelo largo y con cara de mala uva. Emily es rara, es siniestra y tiene un puntillo gótico. Su imagen comenzó a popularizarse en una serie de pegatinas, después saltó a la ropa y los complementos, más tarde a los comics y hoy, por fin, tiene una novela propia.
Pero, pese a que todo el mundo sabe quién es Emily, ella parece haberlo olvidado. Sentada en un banco del único parque de un lugar de mala muerte llamado Blackrock, nuestra protagonista comienza escribiendo en su diario las pocas pistas de las que dispone para recuperar su memoria y, con ella, su identidad. Así, bajo el nombre provisional de Tijereta, inicia una investigación que, paso a paso, la llevará a desvelar una serie de secretos sorprendentes en la búsqueda de su pasado. Y es que el anodino y somnoliento Blackrock no es, ni mucho menos, lo que parece.
Emily the Strange. Los días perdidos es una novela muy parecida a su protagonista: extraña, peculiar y original, donde no sabes qué va a pasar en el momento siguiente, con detalles que recuerdan a las extravagancias estilo Tim Burton y personajes que tienen su corazoncito a pesar de lo estrambóticos que parecen. Bajo el prisma del ácido humor de Emily descubriremos los mayores secretos de Blackrock y hasta qué punto está ella implicada en su propia y desastrosa pérdida de memoria. Gatos negros, artilugios imposibles, listas de trece elementos y hasta un gólem son algunas de las cosas que pululan por las páginas de esta novela. Lo mejor: que hay más, y que SM, responsable de la preciosa edición de Los días perdidos, también publicará la siguiente entrega, titulada Cada vez más extraño.
Si te gusta Emily no puedes dejar de leer este libro; y si no te gusta, como diría ella: piérdete.