No sabemos si formaba parte de una estrategia de distracción para los villanos, pero el nombre de esta novela era hasta hace sólo unas semanas El título de este libro es secreto, y ni la portada era la misma. Un título tan rimbombante corre el riesgo de defraudar al lector, pero lo cierto es que el autor, escondido tras un seudónimo, engancha desde la primera página. No hay que leer ni cuatro líneas para entender que se trata de un libro muy, muy especial.
Primero, el narrador: no conforme con contar la historia, da consejos y sugerencias, descubre todas sus debilidades y sigue escribiendo como si nada, con una lucidez increíble. Esa pluma de humor es la que nos presenta a los dos protagonistas, Cas y Max-Ernest, dos jovencitos de once años que parecen condenados a encontrarse. Ella, por su afición manifiesta a predecir desastres naturales (nunca la verás sin su mochila de emergencias, con todo lo necesario para superar un huracán, una lluvia de asteroides o terremotos de la más alta escala), y él, hijo de padres divorciados, que no se pusieron de acuerdo ni con el nombre y por eso luce dos en su documento de identidad. Las rarezas de uno y otro producen diálogos verdaderamente cómicos, tratándose sin lugar a dudas de uno de los libros más divertidos del año.
Pero no todo son risas, y es que un mago ha desaparecido sin dejar más rastro que un siniestro olor a huevos podridos en la cocina. Sus últimas pertenencias han llegado al anticuario de los abuelos-de-mentira de Cas, y la chica descubre un mensaje de auxilio dentro de una antigua caja de frascos de cristal. Sin pensárselo dos veces, y acompañada de su “colaborador” Max-Ernest, la inusual pareja se embarca en una aventura que les enfrentará al doctor L. y la señorita Mauvais por descubrir el Secreto que todos persiguen con tanto interés.
Este libro es secreto es una lectura muy amena, en la que la forma vale más que el fondo, y donde el narrador se convierte sin pretenderlo en un personaje más de la historia. Aunque la trama no sea muy exigente (el libro puede ser leído por lectores a partir de diez años con total normalidad) son los elementos que la envuelven lo que la hacen más madura y apetecible para los lectores de más edad. Pseudonymous Bosch no pretende ser políticamente correcto, y más de un adulto se escandalizará con las escenas de divorciados, los abuelos homosexuales (aunque no se especifique a lo largo de la novela, es esa normalidad lo que más puede desquiciar a algunos) o la madre soltera de Cas. Todo eso, por supuesto, con el humor y el ingenio de un narrador que ya promete segunda entrega, Si estás leyendo esto, ya es demasiado tarde. Esperamos que no haya que esperar demasiado para leer la traducción en nuestro país.