Revista Cultura y Ocio

Reseña literaria Fairy Bad Day, Amanda Ashby

Por Eltemplodelasmilpuertas @Templo_Revista
Editorial Speak / Penguin
Fairy Bad Day Amanda Ashby

Emma Jones es la hija de una de las cazadoras de dragones más grandes de todos los tiempos. Es de esperar, enton­ces, que siga sus pasos, y su especialidad en la Academia Burtonwood sea esa. Sin embargo, para su sorpresa y la de todos en la escuela, las pruebas que hacen a los alumnos de segundo grado la apuntan como cazadora de hadas. ¿De hadas? En toda la historia de los cazadores de ele­mentales, desde que Sir Francis cerrara la puerta de Lingaria, nunca ha habido un cazador de hadas. ¿Para qué? Las ha­das son seres inocuos. Molestos, pesados, charlatanes… y escurridizos, pero inofen­sivos, al fin y al cabo. Ni siquiera existe un manual del cazador de hadas porque no era necesario.

Cinco semanas más tarde Emma si­gue intentando cazar hadas sin éxito en el centro comercial (sí, a las hadas les gusta la moda, les encanta el café de Starbucks y les pirran los Skittles). Mientras, en la escuela intenta todo lo habido y por ha­ber para que el director cambie de opi­nión y le dé a ella el puesto de cazador de dragones en vez de a Curtis Green, su archienemigo «con especial énfasis en el archi» (pero eso es sólo porque se llevó su puesto, no porque él sea mala persona. De hecho, es súper simpático, amable y muy atractivo).

Un accidente en la zona de los res­taurantes en el centro comercial desen­cadenará una serie de eventos que sólo complicarán aún más la situación de nues­tra heroína. Un hada peligrosa y malvada intentará por todos los medios acabar con ella y nadie podrá ayudarla porque sólo la joven puede verla.

Amanda Ashby es una escritora aus­traliana de literatura juvenil. Con Fairy Bad Day nos trae una novelita de fanta­sía sin pretensiones muy, muy entreteni­da. En ella nos presenta un mundo fan­tástico dentro de nuestro mundo: el de los cazadores, aquellos que pueden ver a los elementales. Los cazadores tienen su correspondiente mitología, en la que nos introduce con bastante naturalidad intercalando las explicaciones necesarias para entender la historia, de una forma inteligente y sin que parezcan forzadas, sobre todo, teniendo en cuenta que es una novela única.

Fairy Bad Day es la novela ideal para pasar una tarde lluviosa de sábado. Te ga­rantizamos varias horas de entretenimien­to y más de una sonrisa. Una novela así siempre merece la pena.


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