La familia de Hazel se ha roto: su padre ha abandonado a su madre por una mujer poco mayor que ella y su madre, para intentar superar la ruptura, ha decidido que las dos se trasladarán a su pueblo natal. Umberfield, con 231 habitantes (“uno más, uno menos”, como reza el cartel) da la bienvenida a madre e hija con un árido clima y un aspecto de pueblo fantasma que a Hazel le hará cuestionarse la cordura de Margaret. Y si eso no fuera suficiente, también tendrán que cuidar de su excéntrica tía Violet. Por suerte contarán la ayuda de Poppy, dueña de un pequeño restaurante en el pueblo, y Eric, un botánico loco por las especies raras de plantas.
Margaret y Hazel se trasladarán a la vieja casa de la familia sobre la que cuentan historias de lo más variopintas y a cada cuál más tétrica: que si está encantada, que si vivía una bruja que plantó un peculiar jardín... Hazel no da crédito a esos cuentos hasta que a través del círculo de flores de su jardín llega a una feria llena de extraños seres vestidos de manera estrafalaria y animales parlantes. Es allí donde conocerá a Gálmax, un divertido hurón, y al Contable, un misterioso chico encargado de vigilar los dos mundos.
Así empieza Flores de sombra, el debut de Sofía Rhei en el campo de la literatura juvenil. En él recrea una Feeria creíble y bien descrita, aunque quizá poco explotada. Sus puntos fuertes son la narración, ya que sin darnos cuenta nos habremos leído cien páginas del tirón, los personajes tan llenos de humor como Gálmax o la misma Hazel y el misterio que rodea al Contable. Los puntos más débiles son la historia de amor, que resulta precipitada y díficil de creer, y el escaso protagonismo que se le da al mundo de los heléboros y sugreles que, como ya comentábamos anteriormente, esto último es comprensible dada la extensión de la obra y que casi todo ocurra en el mundo de los humanos.
Aunque sea su primera novela juvenil, Sofía Rhei ya es veterana en el mundillo literario, pues cuenta a sus espaldas con varios libros de poesía y narrativa, y fue ganadora del IV Premio Zaidín de Poesía Javier Egea en 2007. Con este currículum no es de extrañar que Flores de sombra tenga unos personajes tan frescos y simpáticos ni un final tan redondo, aunque la autora ha afirmado en una entrevista que ya está terminando de pulir la segunda parte.
Por nuestra parte os recomendamos esta magnífica incursión en la literatura juvenil; pero tened cuidado: todo intercambio en el mundo mágico conlleva un precio y puede que os enganchéis irremediablemente a la novela.