Laura, Matt y Luz han escapado por muy poco de La Agencia. La misteriosa organización, que pretendía dar cobijo a gente con habilidades especiales, resultó ser una tapadera militar para la experimentación con estos sujetos poco comunes. El destino de los jóvenes fugitivos parece incierto, pues están convencidos de que les pisan los talones. Hay algo en Luz que les interesa de manera muy especial y no piensan dejarla escapar tan fácilmente. En su huída intentarán dar con el paradero de la primera persona que escapó de La Agencia, tantos años atrás. Aquél al que todos se refieren como El sujeto número 1 y que, según todos los indicios, debe de ser el padre biológico de las hermanas. Mientras que para Luz es esencial encontrar al que ella está convencida que es su progenitor, Laura y Matt no pueden dejar de albergar esperanzas por que ese hombre sea la clave que les permita volver a las bases militares de La Agencia para rescatar a los niños que aún permanecen recluidos; así como a Jane, la psicóloga infantil que los cuida, y a Zack, el doctor que ocupa un importante hueco en el corazón de ambos jóvenes.
Un viaje a contrarreloj a través de Estados Unidos hasta las heladas costas de Canadá, emociones a flor de piel, acción sin límites y personajes con capacidades extraordinarias. Todo eso nos espera en esta segunda parte de El sujeto nº1. La autora vuelve a capturar al lector con una trama que equilibra acción y sentimientos de forma que cualquier público pueda encontrar en la novela un relato entretenido e interesante. La peculiar narración, que alterna la primera persona de la protagonista con la tercera para el resto de personajes, puede resultar en un primer momento desconcertante pero pronto hace que te acerques más a la historia de cada uno de los sujetos que pasan por las páginas de este libro.
Si tuviésemos que sacarle una pega a la historia, sería la necesidad que ha sentido la autora por emparejar a prácticamente la totalidad de los personajes, pretendiendo que todos puedan alcanzar (o al menos lo intenten) su happy endding. Un libro para el que, como pasa en muy pocas ocasiones, hubiésemos deseado una tercera parte, pues consideramos que esas últimas 50 páginas se habrían podido desarrollar en un nuevo tomo de forma tan intensa e interesante como sus predecesores.
Desde la revista, te animamos a leer la novela, cuya primera parte ya fue finalista en el II Premio El Templo de las Mil Puertas.