Imagina que empiezas a trabajar en una librería y descubres que tu jefa y una clienta habitual son en realidad de otro mundo. ¿Sorprendido? Pues esto es lo que le pasa a Katia, una joven de dieciséis años que se va a vivir con su hermana a Madrid y empieza a trabajar en la librería El Dragón Rojo. Allí conocerá a Tomás, compañero de trabajo y amigo de su hermana; a su jefa, la excéntrica Victoria, y a Valeria Asworth, una extraña mujer que pide libros casi imposibles de encontrar. De hecho, alguno de esos ejemplares que tanto anhela pertenece a la biblioteca privada de la jefa. Y Katia, que se compromete a hacer esos encargos, lo va a tener bastante complicado para cumplirlos.
Mientras tanto, en Araldor reina el caos. Los reyes han muerto y los príncipes herederos están congelados. El culpable es Rashafin, un hechicero malvado que fue desterrado por ambicionar el trono de Ciudad de Cristal.
Con este panorama, Katia viaja hacia la tierra mágica para liberarla de su maldición. Valeria, Lon Escalón y Sir Mortenguer, un caballero de Araldor, intentarán ayudarla en su misión de derrotar al malvado hechicero y restablecer la paz en ese mundo. Y es que, si Araldor cae, la Tierra también se verá afectada. ¿Podrá una joven imponer la paz en este universo paralelo lleno de magia y seres fantásticos?
La casa mágica de la señora Asworth es la primera obra publicada de la joven Eva Pérez Rodríguez. La historia, que en ningún momento se hace pesada, está compuesta por capítulos cortos y amenos los cuales se centran solo en hechos importantes. Poco a poco, los secretos de algunos personajes salen a la luz. Aunque están bien definidos y a lo largo de la historia se les llega a conocer bastante, se echa en falta que no haya profundizado en algunas de sus relaciones, como la de Sir Mortenguer con la bella Rebeca o la de Vicky Rialuna y el joven Leo.
Dado que la propia autora trabajó en el pasado como librera, algunas de las anécdotas más curiosas de la novela están basadas en experiencias personales, como el hecho de que un cliente cambie ligeramente el título de una obra conocida o que otro pregunte por la parada más cercana de autobús.
Un buen libro que te hará pasar un rato agradable en estas calurosas tardes de verano y que te hará reflexionar sobre si la puerta a un mundo mágico y refrescante estará en tu librería favorita.