¿Un libro de vampiros? ¡No puede ser! ¡Si últimamente apenas se publican libros de esta temática! ¿Que tiene la portada negra? ¿Letras rojas? ¿Una flor en la portada? Debe ser alguno de la saga de Stephenie Meyer ¡Ah! ¿Que no? ¿Que lo acaban de editar en Montena? Pues vaya plag... bueno, de acuerdo, démosle una oportunidad antes de quemarlo en la hoguera.
Ironías aparte, la editorial Montena, de la mano de la autora Claudia Gray, nos trae otra saga vampírico-romántica (nuevo género) para engrosar las filas de las que ya saturan las estanterías de las librerías y bibliotecas en las secciones de literatura juvenil.
Pese a que la ya mencionada presentación del libro, una portada negra con grandes letras rojas y una flor también roja en ella, la hace sospechosa de querer seguir la estela (captando a los fans) de la saga de Crepúsculo, desde el Templo hemos querido estar libres de pecado (leyendo el libro) para poder tirar, o no, una primera piedra.
La historia del libro está centrada en la protagonista, Bianca, que es la encargada de contarnos en primera persona su propio relato. Atrapada en la academia Medianoche, un antiguo internado para estudiantes de familias acomodadas, al que ha podido acceder gracias a que sus padres han entrado como parte del cuerpo docente, Bianca está segura de que el principio del fin está a punto de llegar. Rodeada de estirados snobs y a la sombra de unos muros centenarios y aterradores, la protagonista siente que no encaja y sólo encuentra consuelo junto a Lucas, el misterioso y atractivo joven que no se relaciona con nadie más en la escuela.
Lo sé. Este libro ya lo habéis leído. Pero es que lo que os hemos contado, es solo el principio, porque, como la mayoría de las historias, hay mucho más donde rascar. Si el lector aguanta el previsible ritmo del principio de la historia, encontrará que, a mitad de relato, las pulsaciones se aceleran para dar un giro de 180º a la historia. Un alarde de originalidad que si bien es cierto que puede llegar a romper con el relato inicial, no deja indiferente a nadie. Y éste es el sello de calidad de Medianoche, un sello que os corresponde a los lectores comprobar.
Además, a favor de la saga, os diremos que las portadas, puro marketing editorial, no son las originales, y que no creemos que las coincidencias vayan mucho más allá de las inevitables en libros de una temática idéntica.
En definitiva, un libro para todos aquellos que, pese a la avalancha, no se hayan saturado aún de mordeduras vampirescas.