Antes de empezar con la reseña, un aviso a los lectores: si bien R y Julie trata sobre zombis en un futuro post apocalíptico, no son las criaturas muertas a las que estamos acostumbrados. Sí, se comen a los vivos sin piedad alguna, pero son algo más que entes hambrientos. Así que si eres un purista en este tema, tal vez R y Julie no te interese. O quizá quieras darle una oportunidad y disfrutar la lectura de esta historia tan peculiar, como hicimos nosotros.
R, el narrador de la novela, vive en un 747. Es un avión comercial, de esos que solemos usar para viajar de un lado a otro, y lo tiene repleto de recuerdos de sus idas y venidas a la ciudad: una Barbie, flores, libros... Incluso un tocadiscos que pone de vez en cuando. Todo sería normal si no fuera porque es un zombi. Puede pensar, razonar (pero le cuesta cuando el hambre se apodera de él), expresarse de forma muy básica, pero no recuerda quién es ni cómo llegó al aeropuerto. M, otro zombi parecido a él con un sentido del humor un tanto tétrico (aunque si eres un muerto andante es de lo más normal), es uno de los pocos amigos que tiene. En una de sus cacerías, R se topa con Julie, y en un arranque se la lleva al aeropuerto con él. No entiende qué ha pasado, pero ahí estan: R el zombi y Julie la viva. Lo que ninguno de los dos podía imaginar era lo que esa sencilla acción desencadenaría en su futuro.
Contar algo más de R y Julie encendería todas las señales de Spoiler Alert!. Isaac Marion demuestra sus dotes de escritor con el personaje de R, tan rico en matices (a pesar de ser un zombi), y una prosa maravillosa que consigue no hacernos pesada la lectura. El único inconveniente es que hay que estar atento a lo que nos explica R, pues es fácil perdernos en sus «personalidades» (ya sabrás a lo que me refiero si lees la novela, templario).
Hay que tener en cuenta que Isaac Marion no se ha andado con chiquitas en cuanto a descripciones, y algunas escenas podrían no ser del gusto de estómagos delicados. Tampoco esperéis al típico héroe de porte galante y actitud intachable: R es un zombi, y así se comporta.
¿Y la historia de amor?, preguntarás. La hay, una preciosa, pero para poder sentirla debes leer R y Julie. Y si te quedas con ganas de más, pronto podremos ver las aventuras de R y Julie en la gran pantalla.