Hace años, en una época neblinosa en la que la literatura juvenil se reducía a las prescripciones escolares, cuando Harry Potter apenas había llegado a las librerías como un completo desconocido, la editorial Montena apostó por unas colecciones que hoy han caído en el olvido y las librerías de saldo. Además de Humor, Terror o Misterio, una colección dedicada a Fantasy pretendía llenar ese espacio adolescente pre-tolkiniano que sólo hoy se vuelve a completar. Hablamos de la saga Redwall, de Brian Jacques, cuyos primeros títulos se tradujeron al castellano al inicio del nuevo siglo.
A pesar de contar con casi una veintena de títulos en su lengua original, los lectores españoles sólo pudimos disfrutar de los cuatro primeros, una introducción deliciosa al universo zoomórfico del autor inglés. Todos los relatos giran alrededor de una abadía llamada Redwall, aunque cada libro profundiza en un personaje y época. Se trata de fantasía épica de primer nivel, con la peculiaridad de que sus protagonistas no son humanos, elfos o enanos, sino ratoncillos, serpientes y hasta águilas. Un compendio de animales que repiten las características de los ciudadanos del Medievo, pero adaptados a sus cuerpos diminutos y enemistades biológicas.
Mossflower, la segunda entrega de esta saga, merece especial atención por su historia emocionante y viajera. Esta vez la trama nos saca de la famosa abadía para adentrarnos en territorios inhóspitos, donde Martín el Guerrero deberá completar una misión para la que cuenta con muy pocos aliados y muchos enemigos. Pero no es nuestra única recomendación: También Redwall, o Martimeo, o cualquiera de los otros títulos bien merece una lectura y recomendación. Se trata de una saga de gran popularidad en los países anglosajones, que no tienen prejuicios con las historias protagonizadas por simpáticos -o no- animalillos. Una lástima que España no le concediese la oportunidad que se merecía, y que éstos y el resto de títulos de Brian Jacques hayan sido descatalogados.
Desde aquí os animamos a conseguir esta historia irrepetible, que bien merece regresar a las mesas de novedades de nuestro país. Una obra adelantada a su tiempo, cuando ni el fantasy ni los libros gruesos en rústica estaban pensados para el público juvenil. Diez años después, es posible que esa época ya haya llegado.