Alice comienza el verano con dos malas noticias: repite curso y pasará el verano con sus padres en un camping al sur de Italia, en vez de irse con sus amigas a Cerdeña. Pero no hay mal que por bien no venga y lo que iba a ser un verano tortuoso pasa a ser uno de los mejores veranos su vida.
Todo cambia una mañana en la que se queda en el camping intentando estudiar, en vez de bajar a la playa con su familia: conoce a Daniele, un rastafari que se aloja en el camping de al lado y que pincha en un chiringuito llamado «Nueve semanas y media», que pasará a ser como su segunda casa, y los trabajadores y clientes habituales, su segunda familia. Pero no sólo ellos serán los quehagan su verano inolvidable, sino la presencia de alguien muy especial, Luca, su mejor amigo, que tras pasar varias semanas viajando por el mundo, decide hacerle una visita.
Veraniega y divertida, son los dos adjetivos que mejor describen esta novela, que ha llegado justo a tiempo para que la podamos disfrutar en estos meses en los que apetece leer algo ligero y ameno. Pese a la lentitud con la que avanza al principio, que consigue transmitir la sensación de monotonía de la protagonista, la novela coge ritmo tras una fiesta en el famoso chiringuito. Siempre estarás tú te absorberá y no podrás dejar de leer hasta el final.
Francesco Gungui nos sorprende con una descripción fiel de la frustración adolescente, los líos amorosos, las comeduras de tarro con los estudios, los padres, etc. El autor hace un retrato costumbrista de la juventud italiana, no muy lejana de la de cualquier otro país, con jóvenes con familias normales, como la de Alice, o no tan normales como la de Martina, la chica popular del instituto. Pero, sobre todo, la historia gira en torno a la amistad y el amor, la capacidad de diferenciar ambos conceptos, saber que estás sintiendo en realidad, y si lo haces por la persona adecuada. Y si el final te ha dejado insatisfecho, no te preocupes, porque Montena ya ha anunciado la publicación de la segunda parte, Si estuvieras aquí.