Portada de la novela
En esta ocasión, seré claro y directo desde un principio. Esta novela me ha dejado con la boca abierta. No se si será porque siento predilección por la literatura de aventuras con una historia real tras sus espaldas, por la excelente definición del escritor almeriense, por el desconocimiento de una gesta mítica ocurrida a principios del siglo XX o por un cúmulo de circunstancias literarias; pero lo que tengo muy claro es que Lo que el hielo atrapa es una novela para recomendar sin ningún titubeo. Una historia que accede íntegramente al torrente sanguíneo del lector por vía intravenosa.
La sensación que tengo en estos momentos mientras escribo estas líneas es que escriba lo que escriba, no honra la calidad novelada de las cuatrocientas cuarenta y una páginas que dan forma a la historia. Hace tiempo que no leía algo que me llenase tanto y que removiese mis emociones tan descaradamente. Es más, os confesaré algo, tanto engancha Lo que el hielo atrapa que iba leyendo en el tren de cercanías Alicante-Murcia y me pasé de parada. Acabé en Orihuela, a 15 Km de mi pueblo natal. Otro día puse el despertador a las 4.30am para retomar la lectura antes de ir a clase o incluso me posé sobre el rompeolas de Guardamar del Segura y bajo su faro en pleno invierno para crear una buena ambientación, -no muy recomendable por los posibles constipados-. En escasas ocasiones me ha sucedido eso. Sin duda, lo que menos te deja esta novela es gélido porque ha hecho conmigo lo que ha querido.
He leído muchos comentarios de lectores y de compañeros de profesión del almeriense a través de las redes sociales y de las plataformas digitales. Si hay algo que destacan todos es en la gran progresión de Bruno Nievas. Una progresión realmente exponencial. Yo parto de cero. Mis compañeras de blog, Tania J. Baeza y Marta Juan, si han leído sus anteriores novelas, pero yo, aunque conocía al escritor, nunca había leído nada de él. Ahora entiendo la agitación que causó en la red y su fichaje por una de las editoriales más importantes como es Ediciones B.
El Endurance atrapado por el hielo en 1915. Foto: Frank Hurley
Bruno Nievas nos embarca en el último grande objetivo de la épica glacial, a bordo del navío Endurance que zarpa desde el puerto de Plymouth (Inglaterra), el 8 de agosto de 1914, con el objetivo de hacer historia atravesando la Antártida. Desde un principio, el lector conocerá a Ernest Shackleton y a su tripulación. Una tripulación que nada tiene que envidiar en esta novela al personaje principal, Ernest Shackleton. Bruno Nievas presenta a los personajes de esta historia mediante alternancias temporales para conocer sus vidas antes de embarcarse en la mayor travesía de sus vidas y las razones por las que a cada uno les llevó a participar en esta proeza. Y casi proeza es también que con toda la documentación que hay sobre esta época, que Bruno Nievas haya sido capaz de novelarla con gran maestría. Una historia que podría ser muy densa, espesa y perderse por la cantidad de datos históricos, el escritor ha conseguido que pasemos de página sin cesar. Mucho tiene que ver los excelentes diálogos entre personajes que deslumbran por su positividad, humanidad, tenacidad, esperanza, compañerismo y fidelidad; algunos de estos valores camuflados en nuestra sociedad actual.
El autor almeriense Bruno Nievas. Fuente: http://www.lavozdealmeria.es
Bruno Nievas ha tenido la licencia de crear dentro de este apasionante viaje real e histórico por la Antártida, un personaje ficticio como es Zara Foley. Una mujer londinense que encuentra en esa travesía su medio de escape para huir de su propia y cruel realidad. Un personaje que consigue conectar excelentemente con la expedición y sobre todo con Ernest Shackleton. Su creación pienso que es un gran acierto porque engrana la historia y conecta con la sensibilidad del lector en cada momento.
En cuanto a las alternancias temporales o a los flashbacks de los expedicionarios puedo llegar a entender que algunos lectores piensen que los primeros capítulos resultan embarazosos o que te crean cierta incertidumbre porque no sabes por dónde va a seguir la historia; a mi me pasó. Es más, debes tener puestos todos tus sentidos con una gran concentración, pero en breve el lector agradece esa singularidad y esos vaivenes en la lectura. Esta técnica narrativa que altera la secuencia cronológica de la historia, conectando momentos distintos y trasladando la acción al pasado, consigue aligerar la lectura y la dinamiza conociendo la disparidad entre personajes. Bruno Nievas dirige al lector por los garroteros antárticos que le interesan hasta finalizar el libro al más estilo Juan Rulfo, perteneciente a la generación del 52.
Para finalizar y no alargar más esta reseña, dar la enhorabuena al escritor Bruno Nievas por elegir esta gran travesía para narrar en su novela. Una apuesta arriesgada pero con la que está recogiendo muchos frutos debido al exquisito trabajo presentado al lector. Considero que la novela Lo que el hielo atrapa es un regalo para la literatura del siglo XXI, ya que incita, como pocas, la relectura y promueve con ímpetu agarrar un nuevo libro entre tus manos. Una novela para recomendar sin titubeo.
PD: Me gustaría pedir disculpas a Julia Ruiz de la Editorial Ediciones B por el retraso de la reseña, al no cumplir con la fecha establecida. Aunque el libro lo leí hace más de tres semanas, por temas familiares y académicos me ha sido imposible escribir esta reseña. No estaba en mi mejor momento y la reseña no hubiese estado al nivel que merece. Espero que la espera tenga sus frutos viniendo de un reseñador amateur. Muchísimas gracias a Julia, a la editorial, a Bruno Nievas y a todos los lectores.