Reseña: Medio Rey, de Joe Abercrombie

«Juré vengarme de los asesinos de mi padre. Seré medio hombre, pero pronuncié un juramento entero».
Yarvi, el hijo menor del rey, nació con una malformación en una mano que ha llevado a todo el mundo, incluso a su propio padre, a considerarlo «medio hombre». Por eso, en lugar de formarse como guerrero, al igual que el resto de varones de su estirpe, se ha dedicado a estudiar para convertirse en uno de los clérigos del reino. Sin embargo, en la víspera de la última prueba para ingresar en esta poderosa orden de sabios, a Yarvi le llega la noticia de que su padre y su hermano han sido asesinados. Él es el nuevo rey.
Pero tras una terrible traición a manos de sus seres queridos, Yarvi se encontrará solo en un mundo regido por la fuerza física y los corazones fríos. Incapaz de llevar armadura o de levantar un hacha, deberá afilar y agudizar su mente. Cuando se juntan a su alrededor una extraña hermandad de almas perdidas, descubrirá que esos compañeros inesperados tal vez puedan ayudarle a convertirse en el hombre que quiere ser.

Al igual que me pasó con Legión y El alma del emperador, de Brandon Sanderson, nunca había leído nada de Abercrombie, pero era de esos autores que sabía que tenía que leer en en algún momento. Así que en cuanto pude hacerme con una novela suya me dije: vamos a ello. E, igual que con Sanderson, he decidido, también, que todos sus libros deben estar en mis estanterías. 
Medio Rey es el libro más juvenil del autor, y la verdad es que no decepciona para nada. He leído muchísimas buenas críticas del autor, y no me he encontrado con casi ninguna (por no decir ninguna) mala, así que decidí adentrarme en las páginas de esta historia para así poder cogerle el tranquillo a Abercrombie y poder empezar a leer también sus novelas más adultas.
En esta historia conoceremos a Yarvi, el hijo del rey de Gettlandia, príncipe tullido, centro del desprecio de su familia y de los ciudadanos del país. Aspira a ser clérigo para huir de las palizas del rey y poder encontrar un lugar en el mundo para él. Pero todo su mundo cambia cuando le dan una muy mala noticia: la muerte de su padre y su hermano. Así, Yarvi debe convertirse en el próximo rey y es en ese momento cuando promete vengarles. Pero todo se trunca cuando una de las personas en las que más confiaba le traiciona, y a partir de ese momento es cuando empezaremos a ver al Yarvi de verdad, el Yarvi que se esconde dentro de ese cuerpo y al que llaman Medio Rey.
Poco a poco veremos como Yarvi tiene que hacer frente a un sin fin de obstáculos. Con el objetivo de que nadie sepa quién es realmente, cambia de nombre y de vida: pasa de ser el rey de Gettlandia a un simple aprendiz de cocinero. Pero no olvida. Ni a los asesinos de su padre y hermano y mucho menos aún olvidará a la persona que le traiciona.
Y así es como se disfrutan todas y cada una de las 378 páginas que componen este libro. Medio Rey es el primer libro de una trilogía que preveo será una pasada, y con el que te hace ver que no importa cómo seas, los defectos que tengas, las cosas malas que te pasen, que si tienes determinación puedes acabar saliendo a la superficie cuando crees que estás hundido.
En cuanto a los personajes, considero que todos y cada uno de ellos son imprescindibles para que la historia se pueda desarrollar. Hay personajes con más protagonismo que otros, pero ninguna historia puede funcionar sin secundarios. Yarvi es un personaje con fuerza, que a pesar de todo lo malo que ha vivido por su condición, se ha demostrado que es capaz de hacer lo imposible por aquello que se propone. Es un personaje que ha evolucionado muchísimo y ha pasado de menos a más en un suspiro. Sumael, Rulf, Ankran, Nada, Trigg, Shadikshirram,... son varios de los muchos personajes que componen la historia, y que nos harán sentir tantísimo: cariño, rabia, sorpresa, ternura,... Un sinfín de emociones que considero que hacen mucho más rica la historia.

Medio Rey está escrito en tercera persona, desde el punto de vista de Yarvi. Las descripciones que hace el autor son muy detalladas, puedes imaginarte en todo momento en qué lugar nos encontramos y el ritmo de la historia también es brutal. A pesar de que hay momentos un poco más lentos que otros, esas escenas son necesarias para poder entender bien el flujo de la historia, pero aún así no te da tiempo a aburrirte ni a parpadear.
Lo mejor de la historia es el final. Toda ella es maravillosa, pero es el giro argumental que toma la historia al final me ha sorprendido tanto que no puedo hacer otra cosa que aplaudir a Abercombie.
En definitiva, no tengo más palabras que decir que leáis este libro y os adentréis en el mundo de Abercombie. Una historia con un ritmo brutal que consigue hacerte sentir un sinfín de emociones que, como ya he dicho, hacen mucho más rica la historia. Maravilloso.