Reseña: odisea, michael p. kube-mcdowell..

Esta es la sección de reseñas literarias, aquí encontrarás mi opinión acerca de cualquier libro que me haya leído. Consulta el resto de reseñas aquí.

Título: OdiseaAutor: Michael P. Kube-McDowellEditorial: TombooktuColección: AsimovNúmero de páginas: 248¿Saga?: Sí. 1#/12Precio libro físico: 10,95€Precio libro ebook: 5,99€ 

Derec, nuestro protagonista, despierta dentro de una cúpula de salvamento en medio de un asteroide helado. Pronto se dará cuenta de que no recuerda nada de su vida anterior, ni siquiera su nombre. Los únicos habitantes de ese asteroide son un grupo de robots mineros que criban la superficie buscando un misterioso tesoro y para los que su inesperado visitante no constituye más que un estorbo. En esta situación, Derec concentrará todos sus esfuerzos en escapar de la helada roca para poder averiguar su verdadera identidad. Acompaña a Derec en su maravilloso viaje y conoce una metrópolis fantástica que supera todos los sueños, dirigida y habitada exclusivamente por robots.

Este libro ha sido cedido por ediciones Tombooktu. Desde aquí, muchas gracias. Más información sobre sus publicaciones pinchando en el link.

 1. Un robot no puede causar daño a un ser humano ni, por omisión, permitir que un ser humano sufra daños.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, salvo cuando tales órdenes entren en conflicto con la primera ley.
3. Un robot ha de proteger su existencia, siempre que dicha protección no entre en conflicto con la primera o segunda ley.
¿Sabéis lo que son esas reglas? Sí, eso mismo. Las tres leyes de la robótica creadas por Asimov, uno de los estandartes de la ciencia ficción. Y, además, las tres únicas cosas que la maltrecha memoria de Derec, nuestro protagonista, recuerda al despertar. En la oscuridad de una cápsula espacial, bajo los cuidados de un robot que siempre parece estar en continuo dilema sobre qué hacer y cómo hacerlo, Derec se cerciora de que no puede evocar ni su nombre ni su pasado. No sabe quién es ni los propósitos que le llevaron hasta allí. Mucho menos entiende por qué parece tener la sensación y certeza de que algo importante está por ocurrir. Completamente aislado, sin poder comunicarse con el exterior, su único pensamiento coherente es el de volver a casa, sea donde sea, y plantar los pies en tierra firme. Después, buscar respuestas. Sin embargo no es tan fácil escapar de la enorme metrópoli robótica que allí se ha cimentado, esa que amenaza con distorsionar las leyes que tanto tiempo han mantenido ciencia y humanidad en frágil equilibrio. Mientras Derec se repite una y otra vez que los robots no están programados para matar, que jamás dañarían a un ser humano, los problemas comienzan a solaparse uno detrás de otro. Para empezar, ¿por qué él es el único humano allí? ¿Se desmoronarán sus creencias finalmente? ¿Habrán vivido todos equivocados, engañados? ¿Es posible que un robot no sea sólo la conciencia y personalidad predefinida que el creador haya elegido para él? ¿Acaso es el principio de una revolución? Inmerso en su propia odisea, luchando por sobrevivir, Derec intentará encontrar respuesta a todas esas preguntas. No tenéis ni idea de cómo echaba de menos la ciencia ficción. La ciencia ficción de verdad, quiero decir, no la pseudo-descafeinada que últimamente nos venden. La que se basa en robots, alienígenas, viajes al espacio y naves interestelares. La que eleva la ciencia a su máximo esplendor y juega con la irrealidad más realista posible. La de la vieja escuela, vamos. Y Odisea es uno de esos libros que ya casi no se encuentran, de los que andan en peligro de extinción. Ambientado en los cimientos del mundo creado por Isaac Asimov, el autor nos adentra en una historia que, reinventando el género, también se permite beber de los tópicos y típicos que contiene toda historia del estilo que se precie. Porque si Odisea tiene algo es justamente eso: todos los ingredientes necesarios para engancharte desde las primeras páginas. Un protagonista perdido pero que por supuesto debe llevar una importante misión a cabo, robots que se sublevan, o quizás no, ayudas inesperadas que llegan en el momento más esperado, y una gran caga de profunda reflexión moral y filosófica. Creo que ya todos los amantes de la ciencia ficción sabemos que uno de sus paradigmas es convertir a los seres humanos en dioses, en creadores de vida, aunque esta sea artificial, aunque a veces las cosas acaben mal. Así que en su lectura es inevitable preguntarnos, tal y como hace Derec, ¿hasta qué punto es máquina algo a lo que se le da conciencia? ¿Cuenta la vida de un robot como tal o no son más que meras piezas? ¿Está bien que mueran por y para nosotros? He aquí tenemos el dilema servido, amigos.   Si algo me parece digno de destacar es que Michael P. Kube-McDowell nos introduce en la historia de manera rápida y pausada al mismo tiempo. Difícil, ¿verdad? Pero no imposible. La historia comienza de manera desconcertante, con Derec abriendo los ojos y no recordando nada. La información que él recibe es la misma que recibimos nosotros, sus conocimientos básicos son los únicos que asumimos de primeras y su problema de memoria, el nuestro también. El autor consigue que nos identifiquemos con el personaje principal, que no sabe lo que hace ni lo que hará a continuación mientras que, poco a poco, va descubriendo -y descubriéndonos- toda esa serie de misterios y entresijos que aquél mundo esconde. Así mismo, comenzando la lectura desde un punto que bien podría ser el nudo de la historia, el autor consigue captar la atención, tomándose a continuación su tiempo para situar cada elemento en el lugar que le corresponde. Sin prisa pero sin pausa. Y pasando unos primeros capítulos algo más densos, el ritmo de la novela se vuelve tan ágil como explosivo.  Escrita con una prosa fluida y ligera, con cierto aire que recuerda al del propio Asimov, el autor nos sumerge en Odisea, en sinónimo de aventura y acción. Mucha acción. Gracias a un estilo fácil de seguir y bien estructurado, dónde tanto diálogo como narración están en equilibrio, la novela se vuelve directa y adictiva. Una novela de giros que esperas expectante y de otros que no ves venir. Odisea es una historia para crear tus propias teorías, que te invita a implicarte en el desarrollo de la trama, donde en cada capítulo brillan las pequeñas pistas y al mismo tiempo se juega al despiste. Es un libro sobre humanos y robots, con protagonismo por igual. Un libro gris, donde ni la maldad ni el bien son absolutos y nada se tiene claro hasta el último momento. Es una historia intrincada y bien desarrollada, esquematizada hasta el último punto, que aún podría dar muchísimo más de sí. Totalmente recomendada tanto para los que añoramos la ciencia ficción más clásica como para los que quieran sumergirse de lleno en el género, empezando por sus bases y principios. Mención especial al glosario con las palabras clave que encontramos al final del libro, pues una ayudita nunca viene mal.  Y ahora, una vez he dejado claro lo maravillada que la historia me ha dejado, aclaro, para todos los que teméis a las interminables sagas, donde yo misma me incluyo, que este es el primer tomo de una saga llamada Robot City. Cuenta con doce títulos los cuales están ya todos publicados, sin embargo, cada historia es independiente. Aún siendo Derec el protagonista central, en cada libro podemos encontrar resuelta la trama que se nos plantea a priori. Esta saga está caracterizada por desarrollar las tres leyes básicas de la robótica creadas por Asimov y, en cada libro, plantearnos un problema que deriva de ellas.  

PUNTUACIÓN:

  ¿Surcamos el espacio con Derec?  

¿Quieres afiliar la reseña? Pincha aquí o dímelo en un comentario.

Visita el blog amigo de la semana: Alma Lectora.

¿Todavía tienes ganas de más? Puedes visitar a mis ahijadas: Bookgirls, Nuestra historia en papel y Claudia Gutierritos.