Marruecos seduce al lector igual que a Edurne, protagonista de la novela
«Una novela en la que queda patente que puedes encontrar el amor donde menos te lo esperas. Si todos los viajes son así, quiero irme ya.» Sandra Fuster, lectora
Por: Alberto Berenguer Twitter: @tukoberenguer
Ediciones Tombooktu ha catalogado Pasión en Marrakech como novela erótica, por ello si el lector pidiese cita y consulta con el librólogo para saber qué lectura se adapta mejor a sus gustos o necesidades literarias como realizó la Escuela de Escritores en el Día del Libro, estoy seguro que recomendaría Pasión en Marrakech a los lectores de este género, porque saborearán un erotismo realmente refinado, distinguido y atractivo, dejando a un lado las escenas lascivas y tórridas habituales en bestsellers eróticos.
Pasión en Marrakech reúne una gran variedad de premisas potentes que elevan la calidad de la narración. En primer lugar, destacaría la ambientación de la novela felicitando a la escritora por su elección y el proceso de documentación. Los protagonistas disfrutarán a lo largo de su viaje por Marruecos de los rincones más bellos y exóticos del país como Tinerhir, Merzouga, Ouarzazate, Fez, Casablanca o Marrakech; siendo para el lector un gran incentivo turístico. También, Mar Montilla cautivará al lector con sus hermosas descripciones y refleja en la novela las diferencias sociales y culturales entre Marruecos y España.
Plaza Jamaa el Fna, centro neurálgico de Marrakech
En cuanto a los protagonistas, destacar que la autora intenta a través de los personajes, una buena y entretenida fórmula para educar a la sociedad, cambiar la visión estereotipada que tienen muchos españoles con respecto a la población marroquí y conocer sobre todo sus costumbres. Y precisamente esto es lo que le sucede a Edurne, la protagonista de la novela, que vivirá con continuas rupturas de esquemas en su cabeza. Edurne es una cuarentona propietaria de una clínica ginecológica, miembro de una familia numerosa de alta alcurnia vinculada al Opus Dei y que desde joven ha tenido la vida prácticamente resuelta. Debido al divorcio escamoso con su marido Víctor, llevará a la protagonista a replantearse muchos aspectos de su vida e intentar encontrarse a sí misma durante su viaje a Marruecos, elección motivada por un sueño. En Marrakech, Edurne establecerá grandes vínculos con sus compañeros de viaje como Nuria, Manuel u Omar, y sobre todo con los guías marroquís que les acompañarán durante todo el viaje: Rachid y Otman. Poco a poco, Edurne irá liberándose de sus ataduras morales y físicas, convirtiéndose Marruecos en el punto de inflexión en su vida. Tras regresar a España, tomará la decisión de agarrar por si sola las riendas de su vida.
Edurne narra en primera persona la historia de la novela, una mujer con carácter muy perfilado que en algunas ocasiones llega a ser cercana y en otras repele debido a sus puntos de despotismo y superioridad. Por ello, el lector puede simpatizar con otros personajes en el nudo de la narración y dejarse cautivar por la sensualidad de los hombres marroquís.
Por último, otro aspecto a destacar es la agilidad de la narración, que facilita la lectura de las doscientas diecinueve páginas englobadas en veinticinco capítulos de poca extensión. Como punto negativo, en mi opinión creo que Mar Montilla podría haber sacado más partido a algunos personajes secundarios como es el caso de Nuria o Manuel. Así podría haber aumentando la intensidad de la trama.
No me queda más que felicitar a Mar Montilla por su novela Pasión en Marrakech. Dar las gracias por el ejemplar y espero tener la oportunidad de leer una nueva obra de la escritora barcelonesa. También le sugeriría que continúe con toques multiculturales en futuros proyectos porque le aporta un exquisito toque personal.
Embarcaos en esta sensual aventura, no os dejará indiferentes.