Reseña: "Qué hacer cuando en la pantalla aparece THE END" de Paula Bonet

Título: Qué hacer cuando en la pantalla aparece THE ENDEscritora e ilustradora: Paula BonetEditorial: Lunwerg EdicionesPáginas: 195Tema: Sentimientos¿Cómo llegó a mí? Fue un regalo después de recibir una mala nueva
Un libro sobre finales que llegan, sin avisar, que nos parten en dos mitades, que se arrastran durante años y que nunca se acaban porque confunden orgullo con recuerdo. Y entonces cogemos trenes, reservamos habitaciones de hotel en pueblos olvidados, vivimos enganchados a pantallas esperando que alguien decida hablarnos para informarnos del siguiente movimiento, el que nos acercará conscientemente a un final que hace años que buscamos. Pero ese final no llega. Y de repente un día nos despertamos y sentimos el vacío: en la pantalla aparece THE END y decidimos empezar otra historia. Una en la que nunca tengamos que fingir que no nos conocemos.
★PRIMERAS IMPRESIONES★Había visto algunas ilustraciones por encima y me parecieron sublimes. Me encantaba cómo estaban realizados los rostros de las personas, era muy expresivo. Me llamó la atención que fueran relatos y que todos hablaran sobre finales. Me esperaba algo variado, triste y alegre (COMO LOS FINALES).
Si digo la verdad, no leí ninguna reseña porque tanto su publicación como el día que me lo regalaron estaba pasando una mala racha y no me acercaba apenas a la blogosfera... Así que iba sin ideas preconcebidas.
★OPINIÓN★(LAMENTO LA AUSENCIA DE FOTOGRAFÍAS DEL LIBRO, PERO ESTA VEZ NO PUDO HACERSE)Me dejó totalmente arrollada. Lo he terminado leyendo dos veces porque la primera creí que me había precipitado y por eso me dejó ese mal cuerpo... Sin embargo, la segunda lectura me dejó igual de tocada.
El libro nos habla de finales. Cuarenta finales para ser concretos. Es un poco extraño leer un libro que sólo trate de finales, ¿no? Al fin y al cabo, te tienes que imaginar lo que hubo antes a partir de ese final la mayor parte de las veces. Con ello digo que, si lo que buscáis es una historia con su presentación, nudo y desenlace, lamento deciros que aquí sólo encontraréis el desenlace y, en muchas ocasiones, cerrado a cal y canto para que no pueda continuar. Dado que el argumento podría identificarse con el de una antología, tampoco me entretendré mucho en este apartado porque quiero enfatizar en dos de los siguientes.
Está bien, a ver. La narración nos deja claro que Paula Bonet no es escritora, pero que intenta expresar todo lo que puede con las palabras. Así que la felicito por ese esfuerzo porque, al final, consigue transmitir algunas sensaciones con las palabras (AUNQUE SEAN MENOS QUE LAS ILUSTRACIONES). Sin embargo, puede que esa transmisión se deba únicamente a lo que nos cuenta. Ya os digo que se nota que no es escritora. En algunas ocasiones parece haber dudas en lo que escribe, como si no estuviera segura de cómo seguir. Demasiadas comas, demasiadas pausas... A mí me ha recordado a esos blogs personales donde narramos de una forma un tanto poética y musical nuestro día nefasto, ¿me entendéis? Es más, había relatos cuyas palabras pasaron por mi cabeza sin causar absolutamente nada. Ya digo que no te encandila con las palabras, aunque haya frases que quieras recordar siempre (CONTADAS).
Aviso que Paula Bonet escribe sin filtro, tal cual lo piensa y puede llegar a tachar unas palabras hasta dos veces. Lo digo para quienes os exasperáis con las narraciones pausadas, dubitativas y, en ocasiones, totalmente incomprensibles.
Bien, he llegado a las ilustraciones, ya era hora.
Os recordaré que quería el libro principalmente por estas ilustraciones que me parecieron fantásticas. Lo que quiero matizar es que en este libro las palabras van con las ilustraciones, es decir, las ilustraciones son la raíz. He de admitir que una buena raíz y que te hace ver los retratos de otra manera (os lo asegura una que simplemente veía un dibujo de un rostro y su reacción la podría haber imitado una seta). Observando los dibujos podemos ver los juegos con los colores que en ocasiones remarcan algo importante de la persona. Quizás lo más visible sea el sonrojo de las mejillas o las narices en tonos cálidos (EN OCASIONES CUANDO EL RESTO DE LA CARA PERMANECE EN BLANCO), pero fijaos en las líneas oscuras, las ondas que hacen o el sombreado que transmiten. No sé, es extraño porque te inspira a crear una historia.
Me ha gustado algún que otro detalle (QUE NO SÉ SI SON O NO INTENCIONADOS) de algunos. Por ejemplo, que de pronto la persona no tuviera pupilas ni siquiera brillo en los ojos, sino que fuera de un color opaco y frío; o el de dibujar tal cual se dice como el relato Nº. 36: "Llorar mares y que se te queden dentro".
También hay trazos de objetos o paisajes. Un tanto desdibujados, tirando más de óleos, pero los hay. Es un deleite que queda reforzado con las palabras que lo acompañan. Es decir, lo que más destaca del libro son las propias ilustraciones. Las sensaciones quedan reforzadas en ocasiones por las palabras, pero lo principal son los retratos que hay a lo largo de las páginas.
No hay mucho más que contar, la verdad, lamento la corta extensión de la opinión.
   
★¿ENTONCES?★No considero que sea un libro de lectura, sino uno de ilustraciones con leyendas que ocupan varias líneas (QUE EN OCASIONES NI SE ENTIENDEN, ASÍ QUE)... Es decir, no va a ser ni el libro de mi vida y probablemente no lo quiera volver a tocar hasta que mejore de lo mío, así que haceros la idea de que, si lo leéis, será bajo vuestra propia responsabilidad.
Os aseguro que el libro me dejó maltrecha, es decir, me dio un bajonazo de impresión porque me hizo pensar y, en mi situación, pensar no es bueno. Entiendo que los finales sean para zanjar ciclos, para poner punto final con posibilidad de segunda parte o sin posibilidad, ¡lo entiendo perfectamente, yo misma estoy cerrando líneas en mi vida, caray! Pero, maldita sea, si estáis un tanto sensibles, mejor dejadlo pasar mientras tanto.

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