Reseña | Quédate Siempre, Marta Santés

Quédate Siempre

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Romantic Ediciones20 Agosto 2015ContemporáneoIndependiente

Desde la infancia, Elías y Noa se adoran de una forma inusual. A medida que crecen, la inocencia de cada uno de sus gestos de afecto se va transformando en algo más, algo intenso que todavía no comprenden.
Aunque intentan mantener su amor en secreto, compartiendo caricias a escondidas, un incidente cambiará sus vidas. Elías se marchará junto a su familia, pero cuando vuelva, años después, descubrirá que hay cosas que nunca se olvidan a pesar de los duros obstáculos que se interponen entre ellos y su felicidad.

Nunca una novela me pareció tan intensa y a la vez extraordinariamente dulce, pues bien, Quédate siempre de Marta Santés, de la cual os presento la reseña, se ajusta a la perfección a esta sencilla descripción. Entre sus páginas nos encontramos con una historia maravillosa sobre la inocencia, el despertar de los sentidos y el eterno primer amor, el cual se volverá mágico y forjará los cimientos que darán paso a ese sentimiento puro y eterno que ni siquiera la distancia y el paso del tiempo podrán borrar.
Noa tuvo que ver hace algunos años como su mejor amigo Elías salió de su vida sin que ninguno de los dos pudiera impedirlo. Desde que nacieron fueron prácticamente inseparables, lo hacían todo juntos y sus momentos inolvidables no tenían cabida si el otro no estaba al lado. Así, los dos amigos fueron creciendo al igual que su amistad y los sentimientos que compartían. De tal manera lo que en un principio fue cariño infantil evolucionó con el tiempo a un amor inocente que les dio la oportunidad de experimentar emociones más adultas, los primeros besos a escondidas, las caricias de dos adolescentes inseguros y el deseo de algo más que todavía no llegaban a comprender. No obstante, su mayor temor se hizo realidad cuando tuvieron que decirse adiós y aprender a vivir separados. Este hecho ha marcado a Noa durante todo este tiempo, no ha podido olvidar a Elías y todo lo que él significó para ella. Ahora tiene que mirar hacia adelante, sin embargo parece que el destino vuelve a ponerla aprueba, su mejor amigo ha regresado pero no parece la misma persona que se fue y puede que sus sentimientos también hayan cambiado.

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Elías ha querido a Noa desde que aprendió a respirar. Cuando eran niños compartieron risas y llantos, momentos que ha atesorado en su corazón. La amistad que forjaron desde su más tierna infancia los unió en todos los aspectos, se comprendían y no necesitaban palabras para saber lo que pensaban, en definitiva eran un solo ser. Cuando ese cariño especial dio paso a un amor puro, él lo mantuvo en secreto para no perderla. Sin embargo, pronto los sentimientos fueron compartidos y pudieron experimentar juntos la pasión de dos jóvenes que estaban aprendiendo a amar. En el momento en que la vida los alejó, Elías tuvo que sobreponerse a un dolor que lo dejó marcado, ahora su regreso a Valencia le ha dado la oportunidad de volver junto a Noa, pero las cosas no son como antes, no puede entrar de nuevo en su vida y hacerle más daño.
Después de años sin verse Noa y Elías sienten que irrumpir en la vida del otro es recordar todo lo pasado, esos sentimientos compartidos y las nefastas consecuencias que acarrearon. No obstante, ahora son más maduros y pueden seguir siendo amigos sin que el corazón entre en juego. Ambos están equivocados, el amor que sienten es infinito y no ha disminuido en intensidad, al contrario, ahora existe un deseo más adulto que los tienta a rendirse a lo inevitable. Sin embargo, los miedos siguen presentes en ellos, el rechazo de sus familias a una posible relación y el daño que puedan hacer a las personas que están cerca, barreras que tendrán que salvar si quieren dejar de sentirse desdichados y estar juntos tal y como desean desde siempre.
Marta Santés me ha dejado maravillada con esta historia profunda y emotiva sobre un amor incondicional, un sentimiento que, como nos ha mostrado la autora, es capaz de hacer girar tu mundo dando alegrías, pero también puede hacerte experimentar dolor y sufrimiento. La trama nos sumerge en la vida de Noa y Elías, desde niños han ido forjando un sentimiento que los unirá para toda la eternidad, la distancia, el tiempo y los reveses del destino no serán obstáculos para lo que hay en su corazón. Además son dos personajes fuertes y valientes que saben lo que quieren desde el principio y, aunque les lleva tiempo darse cuenta, lucharán por ese futuro juntos. Asimismo, el apoyo de amigos y familia será primordial para que se decidan a dar el paso definitivo. Por otro lado, el lector va a disfrutar de una narración fluida y aunque nos adentra en los pensamientos de Noa y en los recuerdos del pasado, cuando ambos eran niños, no resulta nada pesada y se vuelve completamente adictiva. Pero, si tengo que quedarme con una sola cosa sería la manera que ha tenido la autora de plasmar lo que nuestros protagonistas sienten en todo momento, Noa nos va a describir todos los matices de un amor profundo y verdadero que me ha tenido en vilo toda la lectura consiguiendo que comparta con ella todas sus emociones, riendo, llorando, amando y entregando mi corazón a esta inolvidable novela.

Quédate siempre de Marta Santés ha resultado ser una novela maravillosa donde los profundos sentimientos que experimentan Noa y Elías se verán plasmados en una auténtica y conmovedora historia en lo que seremos testigos de un amor infinito y eterno, aquel capaz de mantenerse vivo en la distancia y en el tiempo.

- Con la colaboración de Romantic Ediciones -