Título: Quién sabe si mañana seguiremos aquí
Autor: Kim Young-Ha
Editorial: Temas de Hoy
Número de páginas: 160
ISBN: 9788499987675Precio: 16 €Puntuación: 7,5
Es un anciano con alzhéimer. Es un asesino jubilado. Su hija ha desaparecido. Solo la memoria puede ayudarlo.Hace veinticinco años que no mata a nadie. Hace tiempo que lo cambió todo por llevar una vida normal. Pero Unji, su hija, lleva días sin pasar por casa y los números del teléfono se desdibujan cuando intenta llamarla. ¿Cómo funcionaba esto exactamente? ¿Cuál era el número? De hecho…¿a quién quería llamar?
Para este asesino en serie retirado, la vejez no es el camino tranquilo que esperaba. Los primeros síntomas del alzhéimer se manifiestan al mismo tiempo que en su barrio comienzan a producirse una serie de crímenes. Alguien está secuestrando y matando a mujeres jóvenes, mujeres como su hija, ahora en paradero desconocido. Y, por si fuera poco, solo hace unos días que esta decidió presentarle a su prometido, un hombre con los ojos fríos como el hielo.Esta es una novelita muy corta, que no llega a las 200 páginas, pero es de esos relatos que con muy poco consiguen mucho, y que, desde luego, crean impacto.
Nuestro protagonista es un asesino en serie retirado. Lleva décadas sin matar, viviendo con su hija. Sin embargo ahora, en sus últimos años, le ataca el alzhéimer justo en el peor momento: ha aparecido un asesino y su hija lleva días sin aparecer por casa. Tal vez, si quiere salvar a su hija, tenga que volver a sus andadas. Sinopsis curiosa cuanto menos, ¿verdad?
Este libro se lee de una sentada, eso desde luego. Los capítulos son muy cortos, a veces sólo se componen de párrafos. La pluma es directa y sencilla, va al grano. Y te engancha desde el primer momento. Quieres saber qué está pasando. ¿Ha desaparecido la hija del protagonista? ¿Es realmente su novio un posible asesino en serio? ¿Es todo una paranoia del protagonista creada por su enfermedad? Toda la intriga de Quién sabe si mañana seguiremos aquí se basa en que el narrador no es fiable. Fue un asesino en serie en el pasado, lo cuál ya de por sí no es muy confiable, y encima tiene alzhéimer, por lo cual, no recuerda bien las cosas. En ningún momento podemos saber si tiene razón o si es todo obra de su mente. La duda es constante y la autora juega fantásticamente con ello.
El libro está escrito como a retazos, a trozos, que a veces parecen incluso inconexos. El estilo representa muy bien la mente fracturada del protagonista y llena de huecos, de agujeros que es incapaz de recordar. Su mente es una prisión, una cárcel, y encima tiene que cargar con su oscuro pasado. Creo que esa forma de narrar sencilla, esos capítulos tan cortos y esos pensamientos como a saltos cuadran perfectamente con la condición del protagonista.
Este libro podría ser un thriller, una novela de misterio, combinada con drama. Desde luego, se sale de los moldes, ya que no sería un misterio si el protagonista no tuviera alzhéimer. Pero, además de la intriga y la tensión que va construyendo, el libro es un reflejo de esta terrible enfermedad. Por lo tanto, también puede llegar a ser duro, ya que consigue que te compadezcas del protagonista, incluso sabiendo que fue un asesino en serie.
No puedo extenderme mucho más en esta reseña ya que no quiero desvelar nada y, siendo tan cortito, poco más os puedo contar. Dadle una oportunidad, desde luego es un libro diferente, con una idea muy original y un planteamiento que se sale de los moldes. El final me encantó, creo que es la guinda perfecta del pastel y no me pareció predecible. Hizo de este libro un relato redondo.
En resumen:Quién sabe si mañana seguiremos aquí es un relato cortito, pero que deja huella. Directo, duro, al grano, con una mezcla entre thriller y drama, es una historia que merece la pena conocer y que resulta una experiencia diferente y envolvente.