Autora: Maggie Stievater
Trilogía Los lobos de Mercy Falls (2 de 3) · Editorial SM
425 páginas · ISBN: 9788467643643
Lee los primeros capítulos
El invierno ha acabado.
Para algunos es una época de cambios. De transformaciones.
Pero solo para algunos.
Sam sigue siendo Sam. Cole sigue siendo Cole.
Isabel no sabe lo que quiere, pero sigue siendo quien es.
Solo Grace no está a gusto en su propia piel.
Primavera: una estación de historias que empiezan y de otras que terminan.
De despedidas. De abandonos.
Pero todo abandono deja un rastro.
Por más que lo desees, es imposible detener el tiempo: pasa y lo cambia todo Y lo malo es que te arrastra consigo
En mi reseña de Temblor no pude dejar de plasmar lo mucho que me había gustado el libro: la pluma de Stiefvater enamora, de eso no hay duda. Ello, unido a un precioso escenario invernal, unos personajes que se hacen querer y un romance que lo puede todo, ha hecho de esta trilogía una de esas que no se olvidan fácilmente. No obstante, si bien la primera parte - un poco introductoria, pero bastante buena - me gustó mucho, lamento decir que Rastro no estuvo a la altura del primero ni de mis expectativas. Quizás sea por el hecho de que me esperaba más aventura, más acción y solo he encontrado una historia con un ritmo irregular, que de momentos lograba instaurar la tensión en mi cuerpo, pero que en otros solo quería pasar las página lo más rápido posible.
En Rastro nos volvemos a encontrar con Grace y Sam, nuestra pareja protagonista que se ha reencontrado tras un duro invierno que no parecía tener fin. Su amor, tan sincero e incondicional ha logrado que la maldición de nuestro chico lobo se haya roto, pero eso no quiere decir que el invierno dejará de acecharles con el fin de separarlos. Ahora el problema es otro. Y los lobos seguirán ahí, siempre presentes en la vida de nuestros protagonistas y de todos los personajes de Mercy Falls.
Mi primera crítica para la novela va por parte de la sinopsis y el comienzo del mismo: Rastro es un libro que debe disfrutarse sin saber mucho más que lo que el lector conoce tras leer su primera parte. Pero una vez que se lee el prólogo (y en los primeros capítulos, en caso de no haberlo captado al comienzo) uno ya se va imaginando de qué va el asunto, lo que le resta emoción a la historia. En lo personal, no hay nada que me disguste más de un libro que saber lo que va a pasar y estar esperando que llegue el momento en que tengo que decir "lo sabía".
No obstante, mientras Sam y Grace se ven enfrascados en una lucha por seguir juntos, son Isabel y Cole los que pasan a ser el centro de atención de la historia (al menos para mí, ya que de ellos sabía poco o nada). Isabel me pareció un personaje genial, que aporta la dosis de ironía a la novela. Cole no se queda atrás y mientras busca su lugar en el mundo, aquel carácter suyo tan chispeante robará una que otra sonrisa. Ambos son los que me han mantenido en vilo durante las cuatrocientas y tantas páginas del libro y que me han hecho reír, soñar y enojarme con sus peripecias. Están hechos el uno para el otro y espero más de ellos en la siguiente novela.
Como bien dice la sinopsis, Rastro en un libro de despedidas, de melancolía. Aquí los personajes tendrán que enfrentarse a sus problemas personales si quieren ser felices: Cole está en busca de una razón para seguir viviendo. Isabel quiere superar la pérdida de su hermano y conseguir algo de tranquilidad e su familia. Grace también tiene problemas en casa, pero hay algo mucho peor que le preocupa. Y Sam tendrá que enfrentarse a aquellas cosas que creía que eran ciertas y que pueden dejarle un terrible vacío en el corazón. Todo ello aderezado con la carismática y casi poética pluma de Stiefvater dan como resultado un libro muy bonito, pero que quizás pudo ser mejor. Pese a aquellos detalles, espero poder leer pronto Siempre, la continuación y última parte de una trilogía que rezuma frío, invierno y un romance que va más allá de un simple enamoramiento.
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