Nocturna Ediciones || Octubre 2017
525 páginas || Papel y ebook
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Antes, las personas morían por causas naturales. Existían asesinos invisibles llamados enfermedades, el envejecimiento era irreversible y se producían accidentes de los que no se podía regresar.
Ahora, todo eso ha quedado atrás y sólo perdura una verdad muy simple: la gente tiene que morir. Y esa es la tarea de los segadores. Porque en un futuro donde la humanidad controla la muerte, ¿quién decide cuándo y cómo sembrarla?
Citra y Rowan acaban de ser seleccionados como aprendices de segadores. ¿Su objetivo? Superar las pruebas de su mentor, sean las que sean.
Aunque en el proceso renuncien a todo lo que les hace humanos.
El futuro es eterno, o eso podría creerse en un mundo en el que la muerte ha dejado de existir. Ya no hay enfermedades, ni asesinatos, ni accidentes que provoquen que las personas mueran, porque siempre se puede volver. La eternidad es un hecho, pero la Tierra no puede soportar tanta sobrepoblación. Por eso existen los segadores, porque ellos se encargan de que la gente siga muriendo, sin posibilidad alguna de volver. Para convertirse en segador tienen que pasar una serie de pruebas, y eso es lo que les ocurre a Citra y Rowan cuando son seleccionados por Faraday, quien se convierte en su mentor, para enseñarles todo lo que un segador debe saber, aunque en el camino incluso exista la posibilidad de perder todo lo que les hace humanos. Porque, ¿cómo puedes ser capaz de decidir quién vive y quién muere? ¿Por qué alguien debe tener ese poder?
No sabéis las ganas que tenía de leer esta trilogía, por la historia que promete, y por las buenas opiniones que hay de ella. Y os puedo asegurar que no me ha decepcionado para nada. 'Siega' nos habla de un futuro en el que la muerte ya no es una opción, ni una preocupación para nadie, al menos si intentas evitar pensar en que cualquier día puede venir un segador para acabar contigo, aunque ni siquiera te lo merezcas, aunque no hayas hecho nada para ello. ¿Os confieso algo? Me encantaría un mundo así, porque pocas cosas me dan más miedo que la muerte, la verdad, a veces incluso me obsesiono demasiado, lo reconozco. Así que si te quitaran esa preocupación, la vida sería mucho mejor. O eso podríamos creer, porque en el libro nos dejan claro que cuando no tienes ese miedo a dejar de existir, las cosas no las vives igual, ni las sientes igual. Y creo que es cierto, el pensar que todo se puede acabar un día es quizá lo que te anima a vivirlo todo intensamente, y si perdiéramos eso, quizá perderíamos una parte del ser humano, la más especial.
Creo que los mortales se esforzaban con más empeño en lograr sus objetivos porque sabían que el tiempo era esencial. Pero ¿nosotros? Podemos posponerlo todo con mayor eficiencia que los condenados a morir, puesto que la muerte se ha convertido en la excepción, en vez de la regla.El caso es que esta primera parte nos presenta a Citra y Rowan, dos adolescentes que únicamente piensan en terminar sus estudios y en qué va a ser de ellos después. Pero para su desgracia, el segador Faraday irrumpe en sus vidas, precisamente porque ellos no desean tener el poder de decidir quién muere, y porque ve en ellos una empatía y una compasión por los demás, que cree que es esencial para el trabajo. Así que al final ambos acceden a estar bajo su tutela, aunque tengan que dejar toda su vida para ello, y aunque sepan que aunque solo uno de ellos se convertirá en segador realmente y obtendrá su anillo, la vida nunca volverá a ser igual para ninguno de los dos. Sin embargo, algo está pasando en la organización de la Guadaña, y se darán cuenta de ello en el primer cónclave al que asistan como novicios. Y es que no todos los segadores están de acuerdo con vivir bajo normas y leyes, algunos desearían quizá matar cuanto quisieran. Y cada vez más adeptos se suman a ese pensamiento, lo que pone en peligro todo lo que la Guadaña es realmente.
Nos encontramos ante un libro que no solo nos presenta y nos explica lo que son lo segadores, o nos detalla al máximo la ambientación de la historia, a medida que nos cuenta los avances de Rowan y Citra. También nos habla de conflictos morales y éticos, y nos hace reflexionar, como creo que he dejado claro dos párrafos más arriba, sobre lo que sería un mundo en el que nadie muriera. También nos presenta la visión de otros segadores, para que podamos conocer su punto de vista, y nos muestra fragmentos de diarios en los que vemos las dudas que algunos puedan tener, o como comenzó todo. También nos habla del Nimbo, quién se dedica a satisfacer todas las necesidades básicas de la humanidad, lo que es la Nube hoy en día, pero que evolucionó hasta hacerse con el control de absolutamente todo, salvo de los segadores, ahí jamás entra, ni ayuda a nadie a interferir en su trabajo. La verdad es que es un libro con muchísima información, pero en ningún momento se hace pesado, para nada, porque te va dejando giros argumentales que no te esperas, y te deja con un final que hace que abras la boca y solo pienses en coger el siguiente libro y devorarlo también.
Hay tres razones para ello. La primera es conectarte con tus antepasados, revivir el dolor y el miedo al dolor, porque eso es lo que condujo a la civilización y a la humanidad a superar su propia mortalidad. La segunda es un rito de paso; algo que, por desgracia, ya no existe en nuestro pasivo mundo. La tercera quizá sea la más importante: sufrir dolor nos libera para sentir la alegría de ser humanos.La pluma del autor, me ha encantado. De él he leído Sed, que escribió con su hermano, y aunque esa historia me gustó mucho me falló un poco el final. En esta no me ha pasado, me ha gustado de principio a fin, y como digo, me muero de ganas de continuar con el segundo. Porque aunque es una historia que queda abierta, no te deja con la sensación de que te has quedado a medias, sino con la de necesito más, saber qué más va a pasar. Así que os aseguro que no tardaré mucho en ponerme con él. Y os aseguro también que si ya antes tenía ganas de leer otros libros del autor, como Desconexión, más ganas tengo ahora. Sabe cómo describir todo para que nos quede claro cada concepto, y cada lugar, incluso en las escenas en las que ocurren las muertes. Pero también lo hace con los sentimientos, dotando a cada personaje de su propia personalidad. Maravilloso.
En resumen, 'Siega' es la primera parte de una trilogía de ciencia ficción, o distopía, en la que nos encontramos con un mundo en el que la muerte ya no afecta a las personas, porque siempre se puede volver a la vida. Pero esto provoca una sobrepoblación incapaz de mantenerse en la Tierra, y para evitarla, existen los segadores, que son los que deciden quién muere de manera permanente, usando para ello diferentes motivos o cribas. En este primer libro conocemos a Rowan y Citra, quienes son escogidos por el segador Faraday para obtener el anillo y convertirse en segadores también, y veremos cómo es el proceso de entrenamiento y cómo tienen que dejar a un lado su humanidad para ello. Es un libro que nos hace reflexionar sobre la importancia de saber que todo acabará un día para que vivamos intensamente, y que nos sorprende por la historia, la ambientación, los personajes, y los giros que va dando totalmente inesperados. Os lo recomiendo si os gusta el género, porque lo vais a disfrutar de principio a fin.
Y, tal como yo lo veo, todos son inocentes, incluso los culpables. Todos somos culpables de algo y todos seguimos atesorando algunos recuerdos de nuestra inocencia infantil, por muchas capas de vida que lo envuelvan. La humanidad es inocente, la humanidad es culpable y ambos estados son indiscutiblemente ciertos.