
Aquí llega la reseña de una novela erótica que no tenía pensada leer pero que me llegó por sorpresa. Se trata de Siete años para pecar, de Sylvia Day.
Cuando más tiempo se pone resistencia...
Hace siete años, la víspera de su boda, la recatada lady Jessica Sheffield presenció una escena de libertinaje que ninguna joven inocente podría imaginar. Escandalizada, pero extrañamente excitada, ha guardado silencio con respecto al escandaloso Alistair Caulfield, y recorrió el pasillo de la iglesia como se esperaba. Pero durante años de un matrimonio sereno y tedioso, la imagen de Caulfield ardió en su imaginación, alimentando sus sueños más ilícitos…
…más dulce es la recompensa
Alistair huyó lejos de la tentación de la recatada debutante con el fuego de la pasión grabado en sus ojos… hasta el Caribe. Convertido ahora en un comerciante de éxito, poco tiene en común con el joven libertino que ella conoció. Pero cuando Jessica, recién enviudada, sube a bordo de su barco para cruzar el océano, solo unas capas de seda mantienen a raya siete años de placeres reprimidos… y la certeza de que sucumbir los consumirá a ambos…

Siete años después, cuando Sinclair fallece, Jess decide viajar al otro lado del mundo para hacerse cargo de la plantación que su esposo le ha dejado en herencia. Nada le hace sospechar que en ese mismo barco se encuentra su propietario, Alistair Caulfield, convertido en un próspero comerciante y cuyo deseo por Jessica no ha desaparecido, pese a la distancia y el tiempo transcurridos.
Jessica y Alistair se embarcan en una turbulenta relación donde el placer y los sentimientos se hacen uno.
Mientras tanto, en Inglaterra, Hester, la hermana de Jéssica, sufre un matrimonio tormentoso. Y Michael, el cuñado de Jess, heredero del título de su hermano, vela por el bienestar de la hermana de su cuñada, de la que está secretamente enamorado desde joven.
Opinión personal (sin spoilers) Puesto que no me he leído la trilogía Crossfire, me he enfrentado a Siete años sin ideas preconcebidas ni expectativa alguna sobre la autora y su estilo.

de relaciones tórridas, pero descritas con gran sensibilidad, a pesar del deseo contenido que se respira en ellas.


Con todos los ingredientes de una novela de época, títulos nobiliarios, herencias, duelos, suicidios, Sylvya Day teje una historia con un lenguaje elaborado, aunque a veces algo discordante, sobre todo en las escenas de sexo. Pero como suele suceder a muchos autores, la historia acaba configurando un ritmo irregular; algo lento en casi toda la novela, se precipita en un final que concluye con un epílogo como último capítulo absolutamente previsible.
Nota final:
