Ficha Técnica:Título: Tambores
Autore: El Torres
Ilustrador: Abel García Hernández
Editorial: Dibbuks
Encuadernación: Cartoné
Nº Páginas:104
Precio:16€
ISBN: 978-84-92902-77-4
Resumen Personal (sin spoilers):
Existe una antigua religión con muchos nombres y muchos aspectos.
Candomblé, Palo Mayombe, Santería… Vudú.
Martin Irons es un agente del FBI que trabaja en New Orleans. Una noche, estando de servicio, recibe una llamada de la sheriff de un pueblo llamado Santa Rosa pidiéndole ayuda. Irons piensa que algo raro ha pasado y tiene que ser lo suficientemente grave como para que la sheriff contacte directamente con el FBI.
Cuando Irons llega a la escena del “crimen”, lo que encuentra es un montón de cadáveres de personas que, al parecer, estaban realizando un ritual de santería. Los cuerpos no revelan ningún síntoma de violencia, por lo tanto se presume que se trata de un suicidio colectivo. Además, se encuentran utensilios y amuletos de varias religiones asociadas a la “magia negra”.Irons y su compañero se desplazan hasta la morgue, donde se han llevado los cadáveres para ser sometidos a las autopsias. Todo transcurre de forma normal hasta que, en un momento en el que estando el investigador a solas con los cuerpos, el cadáver de una mujer, una de las víctimas del “suicidio”, se levanta y le revela a Irons que aquello es sólo el principio. Algo malo va a pasar y nadie va a poder impedirlo.
Aunque Irons es distinto, el es diferente al resto de los simples mortales, está destinado a algo más. Por supuesto, Irons achaca el terrorífico episodio sufrido con el cadáver a alguna clase de toxina o droga que estuviese presente en los cuerpos y que le haya afectado.Poco después entra en escena Michelle Hernández, Antropóloga y asesora civil del FBI. Ella ayudará a Irons a esclarecer los hechos del “suicidio religioso”.
Lo único que puedo revelar después de esto, sin desvelar datos importantes de la trama, es que Irons y Michelle no están ante un simple caso de suicido colectivo. Se alzarán más cadáveres, correrá la sangre (zombis, zombis, zombis), se descubrirá el horrible motivo de la muerte del colectivo religioso y lo que estaban haciendo cuando murieron, todo ello bajo una tormenta que amenaza con barrer al pueblo de Santa Rosa y a los protagonistas de la historia de la superficie del planeta.Opinión Personal (sin spoilers):
Escalofriante. ¿Qué sucedería si mezclásemos una buena historia de detectives y lo mejor de American Horror Story? Pues que tendríamos algo muy similar a Tambores.
La historia me atrapó desde la primera página. El Torres sabe muy bien lo que hace y consigue acaparar la atención del lector desde las primeras páginas. El principio es similar a los primeros 15 minutos de una buena película de detectives al estilo Seven o True Detective: escenario, protagonista y BANG! Una escena horrible de un suceso escalofriante donde hay muerte y simbología extraña por todos lados. Automáticamente estás pensando “¡La leche! ¿Qué habrá pasado aquí?”, y sabes que el protagonista va a tener que vérselas con algo o alguien muy chungo.
Por supuesto, el hecho de que el protagonista tenga un pasado turbio e intrigante, que parece envuelto en telarañas, y que este pasado pueda tener algo que ver con el horroroso galimatías que le está tocando resolver, hace que siempre sintamos un interés especial por conocer más sobre él.Los secundarios que en este caso cumplen bien su papel, no caen pesados, no ralentizan la historia, simplemente forman parte de ella.
La atmósfera que crea el equipo artístico mediante el juego de “luces”, colores y los efectos de la tormenta es brutal. Casi podría decirse que la tormenta es otro personaje más de la historia. Para que os hagáis una idea, la tormenta aquí es algo como lo que ocurre en la película El Cuervo, donde no para de llover durante toda la historia. En este caso sucede lo mismo, hay escenas de lluvia en prácticamente todas las páginas del tomo.
Por otro lado, el dibujo le va muy bien a la historia: correcto y limpio en las escenas de interiores y conversaciones, sucio y oscuro en las escenas más terroríficas y se podría decir que esotérico en las escenas de “santería”.
En general, el cómic me ha parecido muy bueno, original e intrigante hasta el final. Es un ejemplo perfecto de cómic de terror bien hecho. Algunas escenas son sobrecogedoras de verdad. El capítulo 3: “Casa de Azúcar” es una obra maestra del thriller asfixiante y el cómic de terror.
Donde único flaquea la obra, para mí, es en lo abierta que queda la historia al final. No me entendáis mal, el asunto que sirve de motor a la historia (el suicidio colectivo) se resuelve por completo, pero la conclusión es como en una de esas películas de los años 80 en las que el protagonista resuelve la situación en el último momento, pero te deja con varias preguntas o él mismo se queda en una situación que a la larga sabes que es insostenible.
Para cerrar el tomo, El Torres nos ofrece un extraordinario texto en el cual explica muchas de las claves de la historia, cómo se le ocurrió y qué pretende contar con ella. Además, también nos deja un glosario completo sobre varios términos que aparecen a lo largo de la historia relacionados con la santería. Por su parte, Dibbuks nos ofrece las portadas originales de la edición de USA (cosa que siempre se agradece), la cual constaba de cuatro números y que han sido recopilados para la edición española en un único tomo.
Lo mejor:El capítulo 3. “Casa de Azúcar”, es simplemente magistral. Lo peor: Un final demasiado abierto para mi gusto.
7,5/10
¡Nos leemos!