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Reseña: Te daría el mundo, de Jandy Nelson

Publicado el 26 marzo 2015 por Arsenico @Arsenico85

Reseña: Te daría el mundo, de Jandy Nelson

Hay libros que no son libros, que son historias que un puñado de personajes nos van susurrando al oído. Sientes su aliento pegado a la nuca, el latido de sus corazones, las emociones que te arrastran hacia vidas que no son la tuya pero que vives, sufres y sientes como si lo fueran. Libros que traspasan el papel, que te llenan y que a la vez te dejan un extraño vacío . Libros que te hacen sentir felicidad, una felicidad que solo un lector como nosotros sería capaz de comprender. Esos libros son los que te recuerdan lo bonito de la lectura. Te daría el mundo es uno de esos libros eternos que te cambian aunque no sepas en qué sentido; o al menos, así ha sido para mí.

Que Jandy Nelson tiene un don es algo que supe desde que leí El cielo está en cualquier lugar, libro que se fue directo a mi lista de imprescindibles. Pero este libro... este libro es distinto. Desde que te sumerges en las primeras líneas caes en otra dimensión. Eres Noah, con sus miedos e inseguridades, con ese vacío que no sabe llenar; y su visión te inunda de colores radiantes hasta dejarte casi ciego. Eres sentimientos. No ves pero sientes; lo sientes todo. Solo empiezas a ver en cuanto Jude toma el control de la historia y crea el mundo para ti. Ella crea, su hermano le da color; solo entonces puedes comprender.

Es increíble. Dudo que cualquier cosa que diga exprese lo que sentí y lo que siento por esta maravillosa novela. Es asombroso lo bien que está hilado todo, pasado y presente, la manera en que los dos hermanos te van haciendo partícipe de su historia. Noah narrando el pasado desde los 13 años, cuando todo empezó a cambiar para él; y lo hace con tanta imaginación que te mete en el bolsillo sin que te des cuenta. Su vida, su precepción del mundo, su sexualidad, su amor por el dibujo, la manera en que todo se vino abajo hasta quedar reducido a escombros. Y luego viene Jude a narrarte el presente, tres años después, mostrándote cómo son las cosas ahora, cómo pasó de ser la extrovertida a esconderse y vivir en las sombras, aplastada por el miedo.

Es la historia de dos hermanos mellizos que se entendían sin palabras. No había nada más importante que el otro, dos almas fusionadas sin posibilidad de ruptura. Hasta que se rompen y después ya no queda nada. ¿Qué pasó? Eso es lo que nos cuentan, pasito a pasito, ambos hermanos, sin dejarse nada en el tintero. Y lo bonito de cómo te lo cuentan, lo que lo hace tan especial, es que no se limitan a mostrarte solo lo bueno. Jude y Noah sienten un amor por el otro que no les cabe en el cuerpo, pero ni sus vidas ni ellos forman parte de un cuento de hadas. Son humanos, son adolescentes, se enfrentan a numerosos cambios y tienen problemas en casa. Hay celos, rivalidad, mentiras, malentendidos, orgullo y todo eso que llevamos dentro y que no podemos evitar mostrar alguna vez en mayor o menor medida. También hay miedos, y pérdidas, y dudas, y silencios, y ausencias, y dolor; muchísimo dolor.

"¿Sabéis lo que quiero? Quiero coger a mi hermano de la mano y echar a correr hacia atrás en el tiempo, dejando que el aire nos arranque todos los años como un abrigo que se suelta despreocupadamente.

Jandy Nelson vuelve a hablarnos de los lazos entre hermanos de una manera íntima y especial, añadiendo otros lazos como los de la sangre y esos que no te han tocado al azar sino que eliges. No voy a hablarlos de la cantidad de personajes maravillosos que encontraremos por el camino porque no acabaría nunca, tan inolvidables como los propios protagonistas. Pero sí que quiero hablaros de ellos dos.

Noah y Jude. No sabría decantarme por uno. Noah tiene en sus manos la mitad de la historia y Jude la otra mitad. ¿Serán capaces de volver a unir sus almas y reconstruir su mundo?

Noah es quizá con el que más sufres, el que consigue abrumarte con su sinceridad, con su manera preciosa y a la vez desgarradora de ver el mundo. Él dibuja el mundo para ti, le da color y consigue que vuelvas a ser un adolescente perdido cuyo mapa para orientarte es el que dibujan tus propias manos desnudas. A través de Noah sientes la soledad, el anhelo a mostrarte cómo eres en realidad, los sueños que están por llegar y los que se quedan atrás, irrecuperables. Es maravilloso y maravillosa la forma que tiene de contártelo, su sensibilidad y todas y cada una de sus ocurrencias.

No sé cómo es posible pero lo es: una pintura exactamente igual pero del todo distinta cada vez que la miras. Así son las cosas ahora entre Jude y yo.


Y en cuanto a , con ella sentiréis una extrema felicidad. Jude es el alma, la esperanza, la locura, de la historia. Sufre también, evidentemente, pero lleva su sufrimiento bien atado a sus amuletos, al fantasma de su abuela y a la biblia que esta le dejó antes de morir, a esa mala suerte que quiere evitar a toda costa. Es un personaje extravagante hasta el extremo y un contrapunto excelente para Noah. Su personalidad tan peculiar no le resta realismo al personaje, pues en ella también veremos dibujada la adolescencia de manera acertada. O más que dibujada, la veréis moldeada, porque si Noah dibuja ella hace esculturas.

-Alucinante -responde, y nos partimos de risa-. Solo que, la mayor parte del tiempo -añade-, tengo la sensación de estar representando un papel.
-Yo también -alcanzo un palo y empiezo a hurgar la tierra con él-. O puede que las personas estén hechas de muchas personalidades distintas -sugiero-. A lo mejor estamos siempre acumulando nuevos yoes.
Sumando personalidades a medida que tomamos decisiones, buenas y malas, que metemos la pata o progresamos, que perdemos la cabeza y recuperamos el sentido, que nos hundimos, nos enamoramos, lloramos a un ser querido, crecemos, nos apartamos del mundo o lo agarramos por los cuernos, a medida que creamos cosas y las destruimos.

Sé que no he contado nada, pero es que no quiero hacerlo. Leedlo, solo leedlo; no os arrepentiréis. Por cómo está escrito, por cómo todo -la historia, los detalles, los personajes- está conectado de una manera exquisita, por cómo es capaz hacerte sentir mil sensaciones y conseguir que estés siempre a medio camino entre la carcajada y las lágrimas. Además, la autora también nos regala dos historias de amor preciosas que nos robarán el corazón a pesar de ser algo secundario (lo que es de agradecer).

[...] El amor hace y deshace. Atrae la dicha y la desdicha con igual tenacidad.

Te daría el mundo es uno de esos pocos libros que más que historias te regalan un pedacito de vida, que te guardas como un tesoro y que nadie, ni siquiera el tiempo, te podrá arrebatar. Narrado de una manera preciosa Jandy Nelson nos regala una historia igual de preciosa de dos hermanos que, sin saberlo, te darán el mundo.

10/10 Una historia maravillosa que te roba el corazón y se olvida de devolvértelo. De esos libros que, al acabarlos, necesitas abrazar hasta recuperar el aliento.

¿Lo habéis leído? ¿Os ha robado el corazón como lo ha hecho conmigo?


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