Cáprica Ediciones || Noviembre 2019
284 páginas || Papel y ebook
Comprar Libro
He vivido la posibilidad de saber de lo que somos capaces si echamos de menos a quien un día se convirtió en un recuerdo, haciendo del dolor lo único real. ¿Y si pudieras empezar de nuevo? No os engaño cuando os digo que las entradas más fantásticas no tienen forma de puerta.
¿Qué le dirías a esa persona que ya no está? A donde vayamos, Ciudad Recuerdo nos espera
Una historia de realismo mágico que nos adentrará en un mundo secreto donde el tiempo, la nostalgia y el recuerdo son los verdaderos protagonistas, invitándonos con delicadeza a pasear por esa fina línea que separa la realidad del sueño.
¿Qué haríais si tuvierais la oportunidad de volver a ver a esa persona que os dejo? ¿Qué le diríais? En este libro nos encontramos con la posibilidad de que ese reencuentro sea real, aunque en todo momento mantengamos la duda de si lo que le ocurre a nuestro protagonista es algo más que un sueño. Pero y si no lo es, ¿qué importa? La oportunidad de decir todo lo que nos hemos quedado sin decir, sigue ahí, aunque sea a través de nuestra mente, aunque nos lo imaginemos. Yo daría lo que fuera por soñar cada noche con mi madre, de una manera tan nítida como ocurre en esta historia. Que me hiciera plantearme si lo que estoy viviendo es real o no, que recordara perfectamente lo vivido. Me daría igual que no fuera más que un sueño con tal de poder volver a verla, y a sentirla, como siento a cualquier persona que permanece a mi lado. ¿No sería maravilloso? A mí si me lo parece.
¿Y sabes que es lo mejor de todo? Que esto es verdad, Javi. Todas estas risas, gritos y abrazos son de verdad. Más verdad incluso que cuando solo conocíamos una verdad. Aquí no hay dobles raseros, se es feliz por el simple hecho de ser feliz. Tampoco hay miedo. Los mayores miedos en la vida se tienen por el propio miedo a la muerte. Aquí ya no le tememos a eso.
En este libro conocemos a Javier, quien perdió a su abuelo cuando solo era un niño, y es algo que le marcó para siempre. 30 años después, viaja a Ciudad Recuerdo, y allí se reencuentra con él, al mismo tiempo que conoce a otros personajes que parecen vivir en un mundo paralelo, en un lugar extraño, en el que el tiempo pasa de una manera distinta. Él aprovecha los días que tiene para compartir con su abuelo, para volver a hablar con él, para contarle cómo le ha ido todos esos años, cómo están los demás sin su presencia. Pero lo que más valora son las enseñanzas que le va dejando su abuelo, y el poder hablar con él y conocerlo como no lo conoció siendo niño. Y es inevitable que, conociendo su historia, no pensemos en aquellos que nos faltan a nosotros mismos, y soñemos con vivir algo parecido.
Crecer te hace ver las cosas y las personas desde otro punto de vista. El recuerdo que tuve de niño se iba diluyendo por momentos y la persona iba ganando terreno a la idealización.Al autor ya lo conocía, porque hace unos años leí Cosas que escribí mientras se me enfriaba el café, un libro de relatos que me gustó bastante. Así que cuando me propuso volver a leerlo, no pude negarme, lo que siento es haber tardado tanto en hacerlo. Mis disculpas a Isaac y a la editorial por ello. A lo que iba, ya entonces me gustó mucho la forma de escribir de Isaac, y ahora, ha vuelto a conquistarme. Tiene una forma de narrar tan delicada, y tan bonita, que es imposible no querer leerlo una y otra vez. No negaré que en esta historia, al final, me han faltado quizá algunas páginas, aunque no es que el final quede abierto ni mucho menos, este sí queda a la libre interpretación del lector pero no me ha molestado, como si me ocurre con otros. Porque aquí realmente cada uno podemos imaginar el final como queramos, porque durante toda la lectura se juega con ese «realidad o sueño» y somos libres de tomárnoslo como nos apetezca. Y eso me gusta. Aquí sí. Pero aun así, no me hubiera importado que todo fuera un poquito más despacio en esa última parte de la historia, conocer un poco más el lugar al que viaja, y los personajes con los que allí se encuentra. Pero ya os digo que el libro, tal y como está, merece muchísimo la pena.
Me encantan los aplausos, tienen un poder especial. Tan especial que son capaces de poner los pelos de punta, aunque no vayan dirigidos a uno mismo.
En resumen, 'Te diré que estoy vivo' es una historia de realismo mágico en la que conocemos a Javier, un chico que perdió a su abuelo siendo un niño, y 30 años después se encuentra con la posibilidad de volver a verlo en Ciudad Recuerdo. Es un libro que en todo momento juega con la duda de si lo que está viviendo es real o un sueño, y que nos hace replantearnos qué haríamos nosotros en su situación, qué le diríamos a esa persona con la que nos gustaría volver a encontrarnos. Es un libro que te hace recordar, sentir y emocionarte, un libro con grandes reflexiones y enseñanzas de vida, y que te deja claro que debes aprovechar el tiempo cuando puedes y con quien quieres, por si llega el día en el que ya no lo tienes. Os lo recomiendo si queréis disfrutar de una historia muy bonita, escrita con mucha delicadeza, y con la que es muy fácil sentirse identificada, o querer vivir algo así en algún momento. Soñar es vivir, y sentir, no dejéis de hacerlo.
No estés triste. Por muy lejos que estés siempre estaremos cerca, eso ya lo sabes. Solo tienes que pensar en mí, como lo has hecho hasta ahora. Y cada vez que decaigas o vea que bajas la guardia, Javi, te lo haré saber, te diré que estoy vivo.
Gracias al autor y a la editorial por el ejemplar.