* Título:¡Te voy a comer, caramelito!
* Autor: M.L. Serrada
* Editorial: Círculo Rojo
* Páginas: 514
* Formato de lectura: Tapa blanda
Tom es joven, guapo y rico. Samantha es tremendamente eficiente en su trabajo. Tom es su jefe. Samantha es invisible a sus ojos. Hasta que algo hace que todo aquello cambie. Si antes ella era invisible, ahora no se la puede quitar de la cabeza... pero Tom tiene un secreto.
¡Te voy a comer, caramelito! es una historia de amistad verdadera, de amor y de deseo que te va a hacer disfrutas, reír y querer formar parte de sus vidas. ¿Te atreves?
¡Hola venteros! Creo que ya me he tomado un largo descanso estas vacaciones, así que aquí estoy al fin de vuelta tras mi laaaargaaa parada. El libro que vengo a reseñaros hoy es uno que leí antes de mis exámenes finales, así que haced cuentas, pero tranquilos que me acuerdo bastante bien, así que no habrá problema.
No sé por donde empezar a hablar de esta novela... en primer lugar la leí yendo a ciegas, ya que no había podido leer la sinopsis entonces no sabía muy bien de que trataba, aunque el título llegaba a ser muy sugerente. En esta novela nos encontramos con un género romántico que a su vez se divide en cómico y erótico, encontramos de todo un poco.
A lo largo de la novela nos reímos con las ocurrencias de nuestros protagonistas, sobretodo con Meg, quien hace el papel de la típica amiga "deslenguada" que te dice todo sin tapujos pero que es imprescindible en tu vida. Meg es la que aporta la chispa al libro y su actitud contrasta mucho con su trabajo, es maquilladora de muertos, con los que habla como si fueran sus amigos de toda la vida. Precisamente es en el trabajo donde conoce a Jamie, quien acude a la funeraria debido a la muerte de su abuela, momento en el que se queda fascinado por nuestra loca amiga.
Si os dais cuenta he empezado a hablar de los personajes y aún no he mencionado a los "protagonistas", pero es que al leer el libro me ha dado la sensación de que Meg y Jamie tienen muchísima más fuerza que Samantha y Tom. Sencillamente, Meg y Jamie son personajes que saben lo que quieren, que tienen acción y muchísima trama, cosa que me ha faltado con la otra pareja... con la que no se llega a intimar.
No quiere decir que la historia de Tom y Samantha sea insignificante, ellos también tienen su romance, con las complicaciones que supone al ser jefe-empleada, que eso sumado a la fama de Tom de mujeriego y que no se lo pone nada fácil a Samantha al tener esa actitud huidiza debido a un secreto que guarda muy bien...
En general la historia no está mal, está todo muy bien argumentado y hay bastante trama, a lo largo de la novela pasan cosas que te dejan en estado de shock y preguntándote como puede alguien tener tan mala suerte... (todo esto pasa por la aparición de una exnovia psicópata).
Pero no puedo acabar esta reseña sin decir el gran fallo que he encontrado a lo largo de la novela, en cada página y que me dolían los ojos. Hay laísmos por tooodooo el libro y lo siento, pero no puedo con ese gran error gramatical, es que no aparece una vez o dos, no, aparece a lo largo de toda la obra y eso es un problema tanto de la autora como de los editores y correctores. Me da coraje, porque esto ha hecho que baje mi puntuación del libro, pero son fallos garrafales y cada vez que veía uno me dolían los ojos, dificultando mi lectura. Os voy a dejar algunos ejemplos por aquí abajo:
" No la hizo falta levantar la vista para saber quién hablaba."
"La angustia la estaba consumiendo por dentro [...]"
"John la acarició la mejilla, después la apretó suavemente en la rodilla y continuó hablando"
Como veis en algunas frases había más de un laísmo junto y es que yo no puedo con eso. Posiblemente, las personas del centro de la península no lo notarán porque son laístas, pero los que no cometemos este error al hablar... de verdad duelen los ojos...
¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido?