* Editorial: Booket
* Páginas: 352
* Formato de lectura: Tapa blanda
Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres.
Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar.
Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.
¡Hola venteros! Ya os dije que iba a usar los miércoles para adelantar reseñas porque se me estaban acumulando demasiadas (tengo reseñas programadas para un mes de libros que ya he leído) y así me quito el "mal sabor" de mi opinión sobre el libro del lunes.
Esta fue mi primera lectura de verano y simplemente me encantó. Había oído hablar mucho y bien de los libros de Alice Kellen pero nunca por x o por y me había decidido a leer algo de la autora. Iba a ciegas con este libro porque es de los típicos que nunca quiero saber nada para que me sorprendan y tengo que decir que lo ha hecho.
Los protagonistas me han parecido fascinantes, tanto Axel como Leah. Leah sufre estrés postraumático y ansiedad tras perder a sus padres en un accidente de coche en el que ella también iba. A raíz del accidente se fue encerrando en su propio mundo porque en su cabeza no entra ser feliz y hacer como si nada hubiera pasado porque su mundo entero de ha desmoronado. Axel también sufrió la pérdida de los padres de Leah y Oliver (mejor amigo de Axel) porque desde que llegaron a Byron Bay se convirtieron en familia.
Una cosa que no he dicho es que Axel y Leah se conocían de siempre, Leah nació cuando Oliver y Axel tenían 10 años, por lo que Leah para Axel siempre había sido su hermana pequeña. En cambio Axel para Leah siempre fue su amor platónico y su mayor "obsesión". Por tanto cuando Oliver tiene que irse durante un año a Sidney decide dejar a Leah en casa de Axel.
Me parece muy bonita la relación que tienen entre ellos porque a pesar de que Axel lleva una vida solitaria y odia que invadan su espacio acepta a Leah en su casa y es más intenta recuperar parte de la persona que era antes del accidente. Es un personaje muy cabezota, no acepta un no por respuesta pero en esta ocasión las consecuencias no son malas y es la persona que quizás mejor entienda a Leah.
Vale voy a parar de hablar de los personajes ya, pero es que me ha parecido magnífica la construcción de ambos.
La pluma de la autora me ha encantado así que no será la única vez que lea algo suyo. Me ha parecido ligera lo que hace que la lectura sea amena y entretenida. Además hay dos cosas que me han encantado. La primera es la extensión de los capítulos, ya que la mayoría son muy cortos (una o dos páginas) porque odio los libros con capítulos muy extensos, no puedes decir eso de un capítulo más y me duermo (y al final acaban siendo 5 más).
Y la otra cosa es que está contado a dos voces, por lo que podemos conocer en profundidad a ambos protagonistas y saber qué sienten o cómo viven las mismas situaciones porque lo que desde un lado se puede ver "feo" desde el otro lado ves que a ese personaje le ha costado decidir eso o actuar así y que lo hace por una buena razón. Así que todas las novelas que tienen este formato de lectura son, para mí, un acierto seguro.
En conclusión me ha parecido muy buena lectura, entretenida y ligera, es una novela romántica pero me ha parecido que tiene un enfoque distinto y siempre es un plus que hayan libros que normalicen problemas mentales tan comunes en nuestras vidas como el estrés postraumático y la ansiedad.