Tomboy
Una Chica Ruda
Liz Prince
Al crecer, Liz Prince no era una niña muy femenina que digamos, no se ponía tutús rosas ni jugaba a ser una dulce princesa como las demás niñas de su vecindario. Pero tampoco era exactamente uno de los chicos. Era más bien algo en medio. Pero con las presiones de la secundaria, la preparatoria, los papás, la amistad y el romance empujándola a todos lados, ese "en medio" no era precisamente un lugar fácil en el cual estar.
Debo reconocer que al principio fue una tortura leer esta novela gráfica que por cierto la obtuve en formato digital gracias a Edición Anticipada y por más dispositivos que utilice, navegadores y hasta el móvil, jamás logré ver las paginas completas y la segunda página (la de la derecha) siempre tuvo un faltante que muchas palabras las tuve que completar yo y si me estaba poniendo de muy mal humor (así que nunca mental, jamás volver a solicitar novelas gráficas en esta colaboración), debido a que también tardaba un poco en cargarme (algo que no me sucedió con Serafina y la Capa Negra), pero bueno, después que me hice la idea (luego de batallar un par de hrs), es que aunque a pesar de tener expresiones un poco (demasiado) coloquiales que supongo las utilizaron para continuar con la narración que es muy, muy informal. Es que fue una historia que disfruté, se me hizo entretenida, me hizo ver con otros ojos algunas situaciones y créanme cuando les digo que se lee súper rápido que cuando sentí ya había terminado sin siquiera notarlo.
Después que la terminé es que me enteré que es autobiográfica lo que me parece le da un bonus al poder saber cómo trabaja o mejor dicho perciben las cosas que consideramos “normales”.
Creo que la novela es más apta para los adolescentes en busca de una identificación “fuera” de los estándares que la sociedad ha marcado, aunque sabía que no sería algo en plan de autoayuda y que más bien me parece una recopilación de anécdotas que de alguna manera fueron marcando a Liz y que hay algunas historias que solo muestran un conflicto aislado que a pesar de ser cronológica, como que brincaba un poco. Y podemos ver ese bullying que muchos padecen por no encajar en la perfección” y llevar el rol que le corresponde conforme al cuerpo (genero) con el que nació. Nos demostró Liz que desde muy pequeña y que gracias a que sus padres no la limitaron, ella decidió tomar decisiones con las que se sentí feliz y cómoda.
Me gustó que por el lenguaje tan informal (apoyándose obvio por lo gráficos), te puedes, no diré que identificar completamente, pero si comprender y quizá y hasta ponerte en algún momentos en sus zapatos, hace que sea una historia real, creíble y donde me atrevería a apostar qu a muchos les podría ayudar con respecto a que has lo que te dé la gana (mientras no afectas a los demás) y sé tú misma y no sigas a los demás como borregos solo para ser aceptada, dicen quién te quiera te va a aceptar tal y como eres ¿no? Así que sin duda ese mensaje es el más fuerte e importante de esta historia, lo que yo rescataría. Yo por ejemplo sufrí cierta discriminación por ser más grande que las demás desde el kínder o ya más grande por negarme a usar faldas, medias o zapatos de tacón y aunque no recibía burlas o bullying, si sabía que de alguna manera me veían (y me ven) como bicho raro).
Y curiosamente, este lenguaje informal, es uno de los peros que le pongo a la vez, ya que siento que pierde un poco de credibilidad y pudiera parecer que el tema está tomado a la ligera y no con la importancia que debería… yo quiero suponer que algunas frases al final las “adaptaron” al español y cambiaron algunas ideas o mejor dicho el contexto original.
Conforma vamos recorriendo las anécdotas de Liz, vamos viendo su necesidad de ella adaptarse a la sociedad conforme va pasando el tiempo, pero siempre manteniéndose fiel a ella misma.
Tomboy (que por cierto, aunque marimacho parece ser la traducción correcta, odio ese término y que bueno que no tradujeron el titulo) es una lectura entretenida y que de alguna manera nos hace abrir los ojos, ideal para los adolescentes para que comprendan que no todos debemos ser como la sociedad quiere. Y nos demuestra Liz que si de por sí es difícil cumplir las expectativas que impone la sociedad sin “ser diferente” quien se atreve a hacerlo, lo tiene más difícil, el chiste es aprender a lidiar con esto y ser honesto con uno mismo. Una lectura que se va como el agua y no te deja indiferente.
Liz Prince
Liz Prince nació en Boston en 1981 es autora de cómics, destacando por su estilo de hacerlos autobiográficos. Inicialmente comenzó a autopublicarse en Internet y más tarde se convirtió en una autora publicada. Actualmente vive en Maine.Web Twitter Instagram