Este segundo volumen complementa lo mejor de la ciencia ficción de George R. R. Martin: relatos con escenarios futuristas y misiones espaciales extremas, el telón de fondo perfecto para extraterrestres que deben resolver situaciones absolutamente humanas.
El genio inagotable del autor nos ofrece aquí clásicos como «La ciudad de piedra», «Esa torre de cenizas» o la novela corta «Viajeros de la noche», cuya atmósfera inquietante rodea a la tripulación de una nave controlada por un misterioso viajero, en una expedición para hallar a los volcryn, esa mítica raza de nómadas interestelares que nadie ha visto nunca.
Viajeros de la noche es el segundo volumen de la recopilación de relatos de ciencia ficción escritos por George R. R. Martin. A diferencia de el primer volumen, Una canción para Lya, este es mucho menos melancólico y se centra más en lo cotidiano y en el horror.
Ninguna de las historias tiene algo que se considere “un final feliz”, por excepción de Hieles de Tierra.
Los más destacables para mí son:
- La Ciudad de Piedra, sobre un hombre abandonado y sometido a la desesperanza en un mundo alienígena, intentando escapar de allí y llevado por su desesperación llega a la raíz de la antigua ciudad, perdiéndose irremediablemente.
- Aliados veloces, donde un hombre va en busca de su amada por las estrellas, a la vez que persigue la que sería LA oportunidad para volverse rico.
- Viajeros de la Noche, una novela corta donde un grupo de especialistas sale al espacio en busca del rastro de los volcryn, una misteriosa raza alienígena que está presente en muchas leyendas y que nadie ha visto, pero que uno de los integrantes de la tripulación asegura que existe. En este contexto, conocemos a los temores, deseos y esperanzas de los integrantes de la tripulación y también, el misterio que trae consigo el capitán de la nave y que se relaciona de cierto modo con los volcryn.
Esta novela es demasiado buena, es de esas cosas que no podría catalogar solo en ciencia ficción. Para mi hay mucho de horror en Viajeros de la Noche, horror del bueno. Te mantiene sentada y sin parar de leer, inventando teorías sobre lo que sucederá.
Viajeros de la noche, como libro, no deja indiferente y junto a su pareja, Una canción para Lya, solo deja la sensación de que es indispensable buscar más material de este George R. R. Martin que es tan diferente a lo visto en Canción de Hielo y Fuego.