Una vez más, lo reitero, como lo he mencionado en otros espacios, el infame monstruo del subtitulaje, el marketing y el doblaje, hacen un detestable trabajo al intentar ponerle un nombre latino a una película cuando no tiene nada que ver con la película en sí.
Visions (sí, así de simple) como se titula este film dirigido por Kevin Greutert, quien hiciera su debut en la sexta entrega de la saga Saw, y participara como editor en la genial The Strangers. Visions es una película que aunque resulta muy inquietante y aterradora en algunas escenas, en conjunto da la sensación de ser bastante convencional, es decir, una película de terror común que pasaría desapercibida entre tantas; sin embargo al final nos sorprende con un giro que le da el toque salvador.
La película comienza con lo que parece ser la escena post-accidente automovilístico, se sabe por las sutiles imágenes, que estuvo implicado un bebé, y que después se confirma que murió en el accidente. Un año después Eveleigh, la protagonista representada por Isla Fisher ( El gran Gatsby), tras un largo proceso emocional, aún lleva en la consciencia la muerte de aquel bebé, aunque todo el mundo le haya dicho que no fue su culpa aquel accidente; ha logrado superar la mayor parte de ese trauma y además ahora ella misma está esperando un bebé.
Ella y su esposo David, representado por Aston Mount ( Supremacy), compran una gran finca en un poblado rural, e intentan iniciar una nueva vida dedicándose al negocio de la producción de vino. Pero en esa gran casa, Eve comienza a experimentar cosas extrañas: silbidos, voces y la visión de una figura encapuchada le harán temblar hasta los huesos.
La mayor parte de la película me recordó bastante al clásico Rosemary's Baby, pero el sorpresivo cambio casi al final es sin duda inteligente y certero; tal vez podrán intuir una parte los más observadores, pero les aseguro que les sorprenderá. Cabe destacar que cuenta con la participación de Jim Parsons (así es, el mismísimo Sheldon Cooper), Eva Longoria y Gillian Jacobs, que sin embargo no destacan ni aportan demasiado al film más allá de lo que sus papeles secundarios les exigen.
Una buena película, que sin embargo y por desgracia, pasará desapercibida por su poca publicidad y su pésimo marketing.
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