Este viernes llega a nuestras pantallas la comedia francesa El arte de amar, dirigida por Emmanuel Mouret y protagonizada por el tan de moda François Cluzet (Intocable, Pequeñas mentiras sin importancia), Julie Depardieu, Gaspard Ulliel (Hannibal, el origen del mal, Largo domingo de noviazgo), Laurent Stocker, Judith Godréche (El hombre de la máscara de hierro, Una casa de locos) y Philippe Magnan entre otros.
Precedida por el éxito de crítica y público de los festivales de Montreal y Locarno, esta comedia coral con tintes dramáticos relata cinco historias de amor teñidas por la infidelidad y el deseo.
Construida a modo de sketches con principio y final, el film presenta las parejas con especial sutileza mientras desgrana situaciones habituales, y a veces no tanto, que pueden darse en el ámbito amoroso. Sin detenerse especialmente en ninguno de los personajes, se muestra una visión intensa del amor, el proceso del enamoramiento y las dificultades que éste entraña a según qué edades.
La película goza de ese estilo francés tan peculiar, reconocible en el tratamiento de las relaciones humanas con transcendencia y profundidad y especialmente en sus diálogos, frescos y originales, que suponen un gran aliciente para el espectador. Aun careciendo de hilo argumental que lo conecte todo, los personajes se entrecruzan en la ciudad y en sus respectivas relaciones sociales, sin saberlo en muchos de los casos, para otorgarle un realismo y una causalidad al imprevisible nacer del amor.
Emmanuele Mouret, actor, director y guionista de gran prestigio en Francia, no sólo dirige con sencillez y gran acierto el film, sino que también forma parte del reparto y protagoniza una de las historias más singulares de la película (si sois del género femenino, después de visionarla me entenderéis mejor).
No puedo negar que tiene encanto, es entretenida y aborda cuestiones amorosas muy bohemias (algunas casi bizarras) que el cine americano apenas roza con los dedos, pero la media hora final se torna lenta. La falta de expectativas o quizás la brevedad de las situaciones, que en muchos momentos te deja con ganas de saber más, tira por tierra el interés e incluso adormece, pero precisamente eso la diferencia del resto de comedias románticas al uso y hay que tenerlo en cuenta.
En mi caso provocó un tándem de sentimientos a medio camino entre el gusto y el aburrimiento que puede ser sobrellevado según sean los ojos que la ven. Me ha recordado a Manuale d´amore pero más floja, más ínsipida…A colación diré que si tuviese que comparar la película con una relación de amor lo tendría todo menos las mariposas en el estómago así que con eso está todo dicho.
Para los que prefieran las notas, le doy un 6.
Yolanda Díaz Esteban