Reserva Natural Laguna de San Vicente (noviembre de 2016)

Una reserva cercana a donde vivo que me enteré el año pasado hace poco más de un año y recién visité a fines de 2016 es la Reserva Natural Laguna de San Vicente, una pequeña área protegida urbana lindante con la ciudad homónima dependiente de la OPDS.
La laguna es de pequeñas dimensiones, de 180 hectáreas y desde mediados del siglo XVI hasta mitad de siglo XX este humedal era aprovechado por varias estancias, hasta que en 1977 la municipalidad decide recuperarlo por su potencial económico, turístico y natural, removiendo tierra y aumentando la superficie del cuerpo de agua. Es una laguna pampeana pero tiene algunas influencias de flora y fauna con la zona ribereña del Plata de la que no dista demasiado.
La reserva está bien cuidada en el predio donde funciona, el resto de la laguna recibe a sus orillas visitantes y el cuidado en general es aceptable aunque podría estar mejor; en cuanto a la vegetación está plagada de camalote (Eichhornia sp) una especie nativa del país pero exótica en esta ecorregión, cubriendo la mayor parte del cuerpo de agua junto a los repollitos de agua, lentejas de agua y otras plantas flotantes y sumergidas. También entre la flora crecen juncos, totoras y en las orillas cortaderas, sauces y algunas exóticas arbustivas y arbóreas. Otra planta invasiva y que cubre una buena superficie es el lirio amarillo.
Dentro del predio se ven muchas de las plantas mencionadas y en las zonas seas hay una gran profusión de alfalfa y entre los árboles acacio negro, ambas especies exóticas y muy invasivas.
De todos modos es una reserva que vale la pena visitar y donde se puede ver una buena variedad de especies de plantas, algunos reptiles y mamíferos a la que se suma una interesante cantidad de especies de aves. Un punto en mi opinión negativo es que la reserva solo admite visitantes sábados y domingos de 10 a 18 horas, un horario que en primavera y verano no es muy favorable para los observadores de aves y/o fotógrafos porque en ese horario la luz y el calor son muy intensos, afectando a los visitantes, las aves y la calidad de las fotos que se toman, lo que recomiendo es principalmente una visita en otoño o invierno aunque habría que ver la cantidad de aves presentes que posiblemente merme bastante, durante mí primera visita a mediados de primavera vi muchos plumíferos, en eso no me decepcionó.
Comparto algunas fotos de ese día.
Ambientes