Una de dos: o Spice it up (algo así como Ponele sabor o picante) termina en cola de pescado, o el final en principio discutible resulta consecuente con esta crónica de una producción cinematográfica a la que le falta definición. La primera impresión le retacea puntos a la comedia canadiense que participa de la competencia internacional del 21º BAFICI. La segunda la posiciona, no a la altura, pero sí cerca de The woman in the septic tank, falso documental filipino que causó sensación en el BAFICI de 2012.
Calvin Thomas y los hermanos Lev y Yonah Lewis lucen su destreza a la hora de encastrar tres historias: la crónica mencionada, que recrea las dificultades que una estudiante universitaria enfrenta a la hora de terminar su primera película; el relato concebido para el trabajo práctico; la porción de vida personal que lo inspiró.