Respira, Rebecca, respira...
~ Bárbara Alves ~304 páginas || 16'00€ || Ediciones B
Rústica con solapas || 9788466660563
4/5
Rebecca, la protagonista de esta novela, tiene tres hijos, un marido guapísimo con tendencia al escaqueo, una madre pesada y adorable, un trabajo de mierda y un grupo de amigas totalmente locas.
Rebecca piensa que los problemas son muy maleducados. Tienen la fea costumbre de aparecer todos juntos, sin avisar.
Rebecca es imperfecta, malhablada, ingeniosa y sincera.
Tal vez como tú….
Rebecca es una mujer de treinta y ocho años, trabajadora, madre de tres hijos y esposa de su marido desde hace veinte años. Trabaja en la recepción de un gimnasio que, según su jefa, es elitista, y desde hace tiempo, no consigue tener tiempo para sí misma. Y es que compaginar la maternidad y el trabajo se puede volver muy complicado sobre todo si tu marido se escaquea cada dos por tres. A pesar de ello, Rebecca es feliz... ¿o no?
La verdad es que Rebecca está en crisis: se siente insegura de sí misma, gorda, nada atractiva, y está totalmente convencida de que Diego, su marido, ese hombre con el que lleva desde que eran unos adolescentes, la engaña con una mucho más joven y delgada que ella. Y, por si fuera poco, se sienta infravalorada en su trabajo y cada día soporta menos a su jefa Sofíííí.
Conocer a Rebecca ha sido algo extraordinario, no os voy a engañar. Es toda una drama queen, solo necesita un tema para montarse ella sola una de las películas más dramáticas que uno se pueda imaginar. Pero según avanzamos en la trama, vamos conociendo a la verdadera Rebecca, y esta Rebecca es una malhablada, muy insegura, loca, malpensada, sincera hasta el punto de no tener filtros y con mucho amor que dar a la gente que la quiere. Es humana, una mujer con sus virtudes y sus defectos, a la que los problemas parece que se le han puesto de acuerdo para ir juntos a llamar a la puerta de su casa.
Ella es la narradora de su propia historia. Nos va presentando poco a poco a la gente de su entorno: su marido Diego, sus hijos Keanu, Uma y Chloé, su mejor amiga Janet, su mejor amiga/vecina Andy, sus amigas de tren: Rosa, Ángela, Anna y Carmen (aunque esta última no es su amiga), su compañero de trabajo y amigo Manu, su jefa Sofííí, su madre Lucía (habladora sin límites) y una de las mujeres más famosas e influyentes del mundo empresarial: Susana Echevarría.
Lo cierto es que la historia cuenta con un abanico muy amplio de personajes, todos ellos con sus propios caracteres, algunos más disparatados que otros, que influyen de forma positiva y negativa en la vida de Rebecca.
La trama avanza según la vida de Rebecca se va complicando. Su desconfianza hacia su marido crece cada día un poquito más, a lo que se suman los malos consejos de sus amigas (malos aunque "bien intencionados") y esa inseguridad hacia su propia persona que hace que desconfíe aún más de todo el mundo. Vemos como va decayendo cada vez más y más hasta que toca fondo y ya solo tiene una opción posible: resurgir de sus cenizas.
Lo que más me ha gustado de la historia, a parte de esa gran variedad de personajes, es el mensaje que, en mi opinión, encierra esta historia. Por un lado, un mensaje esperanzador que nos dice que aunque la vida en algún momento pueda ir mal y todo nos salga mal, esa oscuridad al final llega a su fin y después de esa tormenta aparecerá el sol, que es algo así lo que le sucede a nuestra protagonista. Y, por otro lado, el mensaje más importante de todos: el de quererse a uno mismo tal y como es, algo que, gracias a los cánones que la sociedad nos marca muchas veces, es muy difícil de conseguir. Y es que, como os he dicho, Rebecca no es perfecta: es bajita y curvilínea, una mujer entrada en carnes, pero no por ello deja de ser atractiva y, mucho menos aún, toda una profesional en su trabajo.
Otra cosa que también me ha encantado ha sido el estilo de la autora: sencillo, directo, moderno y armónico, porque la forma en la que está narrado se adecua perfectamente a la forma de ser de la protagonista y narradora, con esos tintes humorísticos y socarrones que caracterizan este tipo de historias. Esta combinación hizo que la lectura fluyera con una facilidad extraordinaria, algo en lo que también influye el ritmo ágil y rápido de la historia, que te anima a continuar leyendo según vas acabando los capítulos.
El desenlace final, aunque no me ha sorprendido mucho, me ha gustado y me ha parecido el perfecto para la historia de Rebecca. Y aquí debo mencionar esa "Carta a Rebecca" que aparece al final del libro que no solo me ha encantado, sino que me ha conmovido muchísimo. Creo que la novela tiene el desenlace perfecto que se merece.
Respira, Rebecca, respira... es una novela chick-lit divertida, fresca, adictiva y entretenida, con una pequeña dosis de drama aportado principalmente por su alocada protagonista. Un título indispensable para los amantes de este género.
Gracias a Ediciones B.