Paz. Serenidad. Buenas emociones. Relajación. Fuera prisas. Fuera estrés. Todas esas sensaciones y otras muchas, todas positivas, son las que han marcado los últimos días de mi vida. Días en los que he tenido la oportunidad de conocer África. Nunca pensé que un viaje de las características que había planificado me diera tanta paz. He pasado unos días en Maputaland, al este de Sudáfrica, en la zona noreste de KwaZulu-Natal y ha sido maravilloso. Ha sido un viaje de placer y no he vivido la realidad más cruda de gran parte de las regiones de este diverso continente y tampoco era el objetivo. Me he centrado en la parte buena, su sabana, sus paisajes, su gente, sus animales, su comida... No había imaginado que un viaje así me dejara tanta huella y espero que me dure muchísimo! Os dejo una foto de uno de los atardeceres, no me digáis que no es para para parar el tiempo y quedarse allí, contemplando el horizonte, horas y horas, sin móvil, sin tele, sin ni tan siquiera un libro, sin nada! Simplemente respirando África.
Tengo muchas anécdotas y cosas bonitas para contaros sobre este viaje, historias de los zulús que viven allí que te dejan maravillada por ese concepto tan diferente de entender la vida, de manejar las prioridades, historias sobre los animales, chascarrillos sobre "confusiones lingüsticas" con las que nos hemos partido de la risa (que atrevida es la ignorancia, la nuestra me refiero)... prometo ir contandolas pronto por aquí.