Si os digo la verdad, no tengo muy claro que mis veranos de adolescente fueran especialmente lectores. Leía, claro, nunca he dejado de hacerlo, pero, seguramente, entre preparar los exámenes de septiembre (a los que solía tener que presentarme, sí), salir y entrar con amigos, las vacaciones familiares en la playa o el campo yo todo eso, seguramente no leía mucho más que el resto del año. Lo que sí cambiaban eran los momentos y los lugares, menos de noche, más de día, en la piscina, la playa… Y también recuerdo que las lecturas de verano tenían, como ahora, un aire diferente, no sé, las disfrutaba (y disfruto) de otra manera. En cualquier caso, las lecturas en estos meses son especiales y vale la pena que nos demos permiso para leer de verdad con calma, cuando nos apetezca, lo que nos apetezca, sin presiones y si no nos apetece, ¡no leemos! Eso forma parte de la magia, ¿no?
El libro que traigo hoy puede ser una buena opción para lectores jóvenes, con ganas de asomarse a problemas e historia, a veces, muy diferentes a los suyos.
Alberto es un chico enamoradizo que tiene una vida como la de cualquier otro de su pandilla, las clases, quedar con sus amigos, jugar con su hermano a la videoconsola… Lo normal, vamos, aunque, por algún motivo, esta vida empieza a resultarle un poco vacía.
Henry llegó de Colombia a España para hacer algo grande y precisamente por eso, acaban de darle una pistola, un teléfono móvil y su primer trabajo con el que ganar mucho dinero.
¿Cómo se encuentran estas dos vidas tan distintas? De la mano de Érika, una chica con ganas de vivir y con mucho que contar y esconder.
Este es un libro narrado a dos voces, desde dos puntos de vista, el de Henry, en 3ª persona y el de Alberto, en 1ª. Dos mundos a años luz de distancia pero que se tienen que encontrar. Es interesante ver el contraste entre sus dos vidas y el enfoque tan diferente que cada uno le da a las mismas.
Aunque el relato cae, bajo mi punto de vista, en algunos tópicos, la acción y el drama mezclados con la inocencia y el humor, lo convierten en un conjunto intrigante, con una tensión que te atrapa casi desde el primer momento y que te obliga a seguir leyendo porque parece imposible que el desenlace no sea una terrible mezcla de sangre y lágrimas.
Por suerte, el autor sabe darle a la historia giros inesperados, momentos sorprendentes y hacer de esta una lectura ágil y ligera, que no cansa y que continuamente nos ofrece algo por lo que seguir leyendo.
Este libro me ha gustado por su sencillez, por su crudeza en según qué aspectos, por atreverse a mostrar una realidad que no siempre es bonita y que nos cuesta mirar, por dejar muy claro que la vida tienes diferentes aristas y decorados y que según la que te toque vivir todo se ve de una manera o de otra.
Bastante apropiado para lectores a partir de 13 o 14 años, que tienen ganas de sabes más, que no se asustan como los adultos y que conocen realidades muy diferentes a las de las generaciones que les precedemos a su edad. Una historia razonablemente bien escrita que, si bien parte de una base más que conocida, nos da un enfoque algo diferente.