El 9 de marzo de 2014 el blog «Desde El Exilio» publicó un artículo de Luis I. Gómez titulado «Nuevo estudio destroza algunos mitos veganos-vegetarianos». El artículo utiliza un estudio titulado «Nutrition and Health – The Association between Eating Behavior and Various Health Parameters: A Matched Sample Study» realizado por la Medical University, en Graz (Austria), y publicado en PLOS ONE el 7 de febrero de 2014. El artículo utiliza dicho estudio para defender la errónea idea de que el «vegetarianismo-veganismo» es una alimentación insana y que cuanta más carne se consume, mejor es para la salud.
Antes de dar una respuesta al artículo de Luis y al estudio, es importante tener en cuenta que respondo a antropocentristas. El antropocentrismo es una ideología irracional según la cual «los humanos deben ser respetados porque son humanos»[1], por eso los antropocentristas discriminan arbitrariamente a quienes no son humanos, en lo que se ha venido a denominar como «discriminación especista»[2], por eso los antropocentristas tratan a quienes no son humanos como si sólo fueran trozos de carne. En cambio, los antropocentristas rechazan matar a humanos para comer su carne aunque se demostrara que fuera más sano hacerlo.
Es un error llegar a la conclusión de que un tipo de alimentación no es sana basándose en la mala puesta en práctica de ese tipo de alimentación. Para saber si un tipo de alimentación es sana se debe seguir de manera correcta y comprobar los resultados en la salud. Una alimentación sana puede ser seguida de manera incorrecta por múltiples razones: por falta de información, por falta de preocupación por la propia salud, por problemas económicos, etc. La alimentación vegetariana estricta está avalada por la gran mayoría de estudios científicos sobre nutrición, por esta razón las más grandes asociaciones de nutricionistas profesionales, así como instituciones gubernamentales, avalan públicamente dicha alimentación[3]. Sin embargo, de vez en cuando aparece un estudio que afirma que la alimentación vegetariana estricta no es sana, como el que voy a analizar a continuación.
El estudio se basó en las respuestas dadas en la encuesta de salud austriaca «AT-HIS 2006/07», realizada en 2006, 8 años antes. El AT-HIS forma parte de la Encuesta Europea de Entrevistas de Salud (E-HIS). 15474 individuos, de 15 años o más, fueron interrogados en entrevistas personales asistidas por computadora. De los 15474 entrevistados sólo un 0,2 % eran vegetarianos puros o estrictos (practicantes de la llamada «dieta vegana»), lo cual equivale a sólo 31 personas. Los 31 vegetarianos puros fueron mezclados en un mismo grupo llamado «vegetarianos» junto con 125 ovolactovegetarianos y con 187 «vegetarianos comedores de peces»^@#!, haciendo un total de 343 personas, ¿esto es serio?:
«Mientras que el 0,2% de los entrevistados eran vegetarianos puros (57,7% mujeres), el 0,8% reportó ser vegetarianos consumiendo leche y huevos (77,3% mujeres) y 1,2% vegetarianos consumiendo pescado y/o huevos y leche (76,7% mujeres). El 23,6% informó combinar una dieta carnívora con gran cantidad de frutas y verduras (67,2% mujeres), 48,5% para comer una dieta carnívora menos rica en carne (60,8% mujeres) y 25,7% una dieta carnívora rica en carne (30,1% mujeres). Dado que los tres grupos de dieta vegetariana incluyeron un número relativamente pequeño de personas (N = 343), se analizaron como un grupo de hábitos alimentarios. Por otra parte, dado que el grupo vegetariano era el más pequeño, decidimos emparejar cada uno de los vegetarianos (1) con un individuo de cada grupo de hábitos alimentarios (dieta carnívora rica en frutas y Vegetales (2), dieta carnívora menos rica en carne (3) y carnívora rica en carne (4)).»
Nadie nos asegura que el emparejamiento no se hizo eligiendo a los sujetos no «vegetarianos» que tuvieran el mejor estado de salud, subiendo la media del estado de salud de dicho grupo.
Después del emparejamiento, el número total de sujetos usados para el análisis fue de 1320, habiendo 330 sujetos en cada uno de los 4 grupos: grupo vegetariano, grupo carnívoro rico en frutas y verduras, grupo carnívoro menos rico en carne y grupo carnívoro rico en carne. 13 sujetos del grupo «vegetarianos» no fueron incluidos en los análisis, ya que no se pudieron emparejar con un sujeto del mismo sexo, edad y SES de un grupo de hábitos alimenticios diferente, ¿alguno de ellos era vegetariano puro? No se dice. Recordemos que en la encuesta sólo había 31 vegetarianos puros.
El mismo estudio indica al final que los resultados son limitados por numerosas razones:
«Las posibles limitaciones de nuestros resultados se deben al hecho de que la encuesta se basó en datos transversales. Por lo tanto, no se pueden hacer declaraciones si la mala salud de los vegetarianos en nuestro estudio es causada por su hábito dietético o si consumen esta forma de dieta debido a su peor estado de salud. No podemos afirmar si existe una relación causal, sino describir asociaciones determinadas. Además, no podemos dar ninguna información sobre las consecuencias a largo plazo de consumir una dieta especial ni sobre las tasas de mortalidad. Por lo tanto, se necesitarán estudios longitudinales adicionales para fundamentar nuestros resultados. Otras limitaciones incluyen la medición de los hábitos alimenticios como una variable autodeclarada y el hecho de que a los sujetos se les preguntó cómo describirían su comportamiento alimenticio, sin darles una definición clara de los diversos grupos de hábitos alimenticios. Sin embargo, una asociación significativa entre el hábito alimenticio de los individuos y su peso y conducta de consumo de alcohol es indicativo de la validez de la variable. Otra limitación se refiere a la falta de información detallada sobre los componentes nutricionales (por ejemplo, la cantidad de carbohidratos, colesterol o ácidos grasos consumidos). Por lo tanto, se necesitan estudios más profundos sobre los hábitos nutricionales y sus efectos sobre la salud entre los adultos austriacos. Otros estudios deberían investigar la influencia de los diversos hábitos alimenticios sobre la incidencia de diferentes tipos de cáncer. Según nuestro conocimiento, este es el primer estudio realizado en Austria para analizar las diferencias en términos de hábitos alimentarios y su impacto en la salud. Admitimos que el gran número de participantes hizo necesario mantener las preguntas simples, para cubrir la gran muestra. En general, consideramos que nuestros resultados son de interés específico y contribuyen al conocimiento científico existente, a pesar de algunas limitaciones en cuanto a causas y efectos.»
A pesar de lo limitado del estudio, en el resumen no lo indican y en él parece que están muy seguros de que:
«nuestros resultados mostraron que una dieta vegetariana se asocia con una salud más pobre (mayor incidencia de cáncer, alergias y trastornos de salud mental), una mayor necesidad de cuidado de la salud y una peor calidad de vida. Por lo tanto, los programas de salud pública son necesarios para reducir el riesgo para la salud debido a factores nutricionales.»
Para hacer «estudios» así, mejor no hacerlos...
He traducido el estudio con Google Translator. Comparto la traducción con vosotros:
▼▲ Mostrar/Ocultar Texto sobre cómo nos pueden hacer un mal sin ser conscientes de ello
ESTUDIO: Nutrición y Salud - La Asociación entre Comportamiento Alimentario y Varios Parámetros de Salud: Un Estudio de Muestras Comparadas
Resumen
Los estudios basados en la población han demostrado consistentemente que nuestra dieta tiene una influencia en la salud. Por lo tanto, el objetivo de nuestro estudio fue analizar las diferencias entre los diferentes grupos de hábitos alimentarios en términos de variables relacionadas con la salud. La muestra utilizada para este estudio transversal se tomó de la encuesta de entrevista de salud austriaca AT-HIS 2006/07. En un primer paso, los sujetos fueron emparejados de acuerdo a su edad, sexo y estado socioeconómico (SES). Después del emparejamiento, el número total de sujetos incluidos en el análisis fue 1320 (N = 330 para cada forma de dieta vegetariana, dieta carnívora rica en frutas y verduras, dieta carnívora menos rica en carne y dieta carnívora rica en carne). Se realizaron análisis de varianza para controlar los factores de estilo de vida en los siguientes dominios: salud (autoevaluación de la salud, deterioro, número de afecciones crónicas, riesgo vascular), atención médica (tratamiento médico, vacunas, controles preventivos) y calidad de vida. Además, las diferencias en cuanto a la presencia de 18 condiciones crónicas se analizaron mediante tests de Chi-cuadrado. En general, el 76,4% de todos los sujetos eran mujeres. 40,0% de los individuos eran menores de 30 años, 35,4% entre 30 y 49 años y 24,0% mayores de 50 años. El 30,3% de los sujetos tenían un SES bajo, 48,8% uno medio y el 20,9% tenían un SES alto. Nuestros resultados revelaron que una dieta vegetariana se relaciona con un BMI más bajo y un consumo de alcohol menos frecuente. Por otra parte, nuestros resultados mostraron que una dieta vegetariana se asocia con una salud más pobre (mayor incidencia de cáncer, alergias y trastornos de salud mental), una mayor necesidad de cuidado de la salud y una peor calidad de vida. Por lo tanto, los programas de salud pública son necesarios para reducir el riesgo para la salud debido a factores nutricionales.
Introducción
Nuestra dieta tiene un impacto en nuestro bienestar y en nuestra salud. Los estudios han demostrado que una dieta vegetariana se asocia con una menor incidencia de hipertensión, problemas de colesterol, algunas enfermedades crónicas degenerativas, enfermedad arterial coronaria, diabetes tipo II, cálculos biliares, accidente cerebrovascular y ciertos tipos de cáncer [1 - 7]. Una dieta vegetariana se caracteriza por un bajo consumo de grasas saturadas y colesterol, debido a una mayor ingesta de frutas, verduras y productos integrales [3, 4, 8]. En general, los vegetarianos tienen un índice de masa corporal más bajo [1,4,5,7,9-12], un mayor nivel socioeconómico [13], y un mejor comportamiento de salud, es decir, son más activos físicamente, beben menos alcohol y fuman menos [9, 13, 14]. Por otro lado, los efectos en la salud mental de una dieta vegetariana o una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, productos de grano entero y los peces son divergentes [9, 15]. Por ejemplo, Michalak y col. [16] informan que una dieta vegetariana se asocia con una elevada prevalencia de trastornos mentales. Se ha demostrado que una pobre ingesta de carne está asociada con menores tasas de mortalidad y mayor esperanza de vida [17], y una dieta que permite pequeñas cantidades de carne roja, pescado y productos lácteos parece estar asociada con un riesgo reducido de enfermedad coronaria, así como la diabetes tipo 2 [18]. Además, la evidencia relativa a tasas más bajas de cáncer, enfermedades del colon, incluyendo cáncer de colon, las quejas abdominales y la mortalidad por todas las causas es, sin embargo, inconsistente [5 - 7, 19 - 22].
No sólo es la ingesta de ciertos nutrientes, como la carne roja, asociada con un mayor riesgo para la salud [18, 23 - 26], la ingesta de calorías altas también desempeña un papel crucial [23, 27]. Por otra parte, parece haber pruebas de que los factores de estilo de vida como la actividad física puede ser más crucial en la reducción de las tasas de enfermedad que los hábitos alimentarios individuales [20, 28 - 29]. Mientras que, en general, las dietas basadas en plantas, como las dietas vegetarianas, parecen estar asociadas con un cierto beneficio para la salud, un menor riesgo de contraer ciertas enfermedades crónicas [30], y la capacidad de mejorar la salud [31-32]. Dietas vegetarianas monótonas incluyen el riesgo de déficits nutricionales [2,18,19,30,33]. Baines et al. [9] informan que los vegetarianos toman más medicamentos que los no vegetarianos.
En resumen, una serie de estudios han demostrado que las dietas vegetarianas y las dietas con poca ingesta de carne se asocian con tasas de mortalidad más bajas para ciertas enfermedades. Sin embargo, la investigación sobre los hábitos alimenticios en Austria es bastante escasa y se centra principalmente en factores genéticos [33-36]. Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue investigar las diferencias de salud entre los diferentes grupos de hábitos alimentarios entre los adultos austríacos.
Métodos
Diseño del estudio y población de estudio.
La muestra para este estudio transversal se tomó de la encuesta de entrevista de salud austriaca (AT-HIS) que se desarrolló desde marzo de 2006 a febrero de 2007 [37]. El AT-HIS es una encuesta estandarizada que se realiza a intervalos regulares en Austria (actualmente cada ocho años). Los sujetos incluidos en la encuesta forman una muestra representativa de la población austríaca. Fueron elegidos del registro central de población y se distribuyeron a través de las diferentes regiones geográficas de Austria. El AT-HIS forma parte de la Encuesta Europea de Entrevistas de Salud (E-HIS, http://www.euhsid.org), una importante encuesta de alta calidad. Las entrevistas fueron llevadas a cabo por lanceros libres contratados por la Austrian Statistic Agency. Para asegurarse de que todas las entrevistas se llevaron a cabo de la misma manera, los entrevistadores tuvieron que participar en un día de capacitación donde se les instruyó sobre cómo llevar a cabo la encuesta. Se realizaron mediciones de tiempo, análisis de no respuesta y análisis de diálogos de errores para asegurar la consistencia entre los entrevistadores. Además, todos los entrevistadores fueron supervisados por supervisores de campo. En general, 15474 individuos, de 15 años o más, fueron interrogados en entrevistas personales asistidas por computadora (CAPI, 54,7% mujeres, tasa de respuesta: 63,1%).
Mientras que el 0,2% de los entrevistados eran vegetarianos puros (57,7% mujeres), el 0,8% reportó ser vegetarianos consumiendo leche y huevos (77,3% mujeres) y 1,2% vegetarianos consumiendo pescado y/o huevos y leche (76,7% mujeres). El 23,6% informó combinar una dieta carnívora con gran cantidad de frutas y verduras (67,2% mujeres), 48,5% para comer una dieta carnívora menos rica en carne (60,8% mujeres) y 25,7% una dieta carnívora rica en carne (30,1% mujeres ). Dado que los tres grupos de dieta vegetariana incluyeron un número relativamente pequeño de personas (N = 343), se analizaron como un grupo de hábitos alimentarios. Por otra parte, dado que el grupo vegetariano era el más pequeño, decidimos emparejar cada uno de los vegetarianos(1) con un individuo de cada grupo de hábitos alimentarios (dieta carnívora rica en frutas y Vegetales(2), dieta carnívora menos rica en carne(3) y carnívora rica en carne(4)).
Proceso de coincidencia
En un primer paso, se identificaron los sujetos que consumían una dieta vegetariana (N = 343). Todos los vegetarianos se clasificaron de acuerdo a su sexo, edad (en grupos de edad que abarcan 5 años, por ejemplo, de 20 a 24 años) y el nivel socioeconómico (SES). Cada uno de esos vegetarianos fue emparejado con un sujeto que consumía una dieta carnívora rica en frutas y verduras, un individuo que comía una dieta carnívora menos rica en carne y un sujeto que consumía una dieta carnívora rica en carne. Sólo 96,2% de los vegetarianos fueron incluidos en los análisis, ya que no todos correspondieron a un sujeto del mismo sexo, edad y SES de un grupo de hábitos alimenticios diferente. Por lo tanto, el número total de sujetos analizados fue de 1320 (de los cuales 330 vegetarianos, 330 sujetos consumían una dieta carnívora rica en frutas y verduras, 330 individuos comían una dieta carnívora menos rica en carne y 330 sujetos consumían una dieta carnívora rica en carne). Cada grupo de hábitos alimentarios se estableció de acuerdo con las características demográficas mostradas en la Tabla 1.
Aprobación ética
El estudio se llevó a cabo de conformidad con los principios establecidos en la Declaración de Helsinki. No se incluyeron ni menores ni niños en el estudio. El consentimiento informado verbal fue obtenido de todos los sujetos, testificados y formalmente registrados. El Comité de Ética de la Universidad Médica de Graz aprobó el procedimiento de consentimiento, así como la condonancia de este estudio (EKnumber: 24-288 ex11 / 12).
Variables y Mediciones
Las entrevistas cara a cara se realizaron cuestionando a los sujetos sobre sus características sociodemográficas, comportamiento relacionado con la salud, enfermedades, tratamientos médicos y también aspectos psicológicos.
La variable independiente en este estudio fue el hábito dietético de los individuos. En cuanto al comportamiento alimenticio, a los encuestados se les dio una lista de seis hábitos dietéticos diferentes y se les preguntó cuál describía mejor su comportamiento alimenticio (1 = vegano, 2 = vegetariano comiendo leche / huevos, 3 = vegetariano comiendo pescado y / = Dieta carnívora rica en frutas y verduras, 5 = dieta carnívora menos rica en carne, 6 = dieta carnívora rica en carne).
Los participantes describieron su hábito dietético, sin que los entrevistadores dieran una definición clara de las diversas categorías de comidas. Dado que, en general, sólo el 2,2% de todos los participantes consumieron una dieta vegetariana, estos individuos fueron analizados como un grupo de hábitos alimentarios. Se creó una escala que reflejaría la ingesta de grasa animal para cada hábito dietético (1 = dieta vegetariana, 2 = dieta carnívora rica en frutas y verduras, 3 = dieta carnívora menos rica en carne, 4 = dieta carnívora rica en carne).
Dado que la edad, el sexo y el nivel socioeconómico de los sujetos tienen una influencia sobre la salud [38 - 41], coincidimos con los sujetos de acuerdo a estas variables con el fin de controlar su influencia. El SSE de los sujetos (entre 3 y 15) se calculó utilizando las siguientes variables: ingresos netos equivalentes, nivel de educación y ocupación. El ingreso equivalente neto se calculó sobre la base de una escala de equivalencia proporcionada por la OCDE [42], y dividido por quintiles. El nivel de educación se mide por una variable ordinal, distinguiendo entre (1) educación básica (hasta 15 años), (2) aprendizaje/escuela vocacional, (3) educación secundaria sin diploma, (4) educación secundaria con diploma, Y (5) educación universitaria. La ocupación de los sujetos se diferenció en los cinco niveles siguientes: (1) trabajador no cualificado, (2) aprendiz/trabajador calificado, (3) trabajo independiente/intermedio, (4) trabajo calificado/académico, (5). Para verificar la combinación de variables que sirvieron para calcular el SES, se calcularon las correlaciones con las diferentes variables. Ellos oscilaron entre r = 0,70 y r = 0,80.
El índice de masa corporal (IMC) y los factores de estilo de vida (actividad física, tabaquismo y consumo de alcohol) se incluyeron como covariables en todos los análisis. El IMC se calculó dividiendo el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de su altura en metros (kg / m2) [43]. El ejercicio físico se midió utilizando la versión corta del Cuestionario Internacional de Actividad Física (IPAQ), un instrumento autodeclarado que solicita una estimación de la actividad física semanal total (caminar, actividad de intensidad moderada y vigorosa) realizada durante el último semana. La versión corta del IPAQ no discrimina entre la actividad física de ocio y no de ocio. La puntuación MET total se calculó ponderando los minutos informados por semana dentro de cada actividad mediante una estimación de gasto de energía MET asignada a cada categoría [44]. El comportamiento de fumar se midió como el número de cigarrillos fumados por día. El consumo de alcohol fue encuestado como el número de días en los que se consumió alcohol durante los últimos 28 días.
Las variables dependientes que se centraban en la mala salud incluían la salud autoperceptable, que variaba de 1 (muy buena) a 5 (muy mala) y de deterioro a la salud, que variaba de 1 (muy deteriorado) a 3 (no deteriorado). También se evaluó la presencia de 18 enfermedades crónicas específicas (asma, alergias, diabetes, cataratas, tinnitus, hipertensión, infarto cardíaco, apoplejía, bronquitis, artritis, dolores sacrospinos, osteoporosis, incontinencia urinaria, úlcera gástrica o intestinal, Enfermedad mental (trastorno de ansiedad o depresión) y cualquier otra condición crónica). Cada condición se codificó como presente (1) o ausente (0). Se calculó una puntuación total de la frecuencia mediante la suma de las condiciones crónicas presentes (0-18, índice de suma). Además, se calculó una puntuación de riesgo vascular sumando las variables hipertensión arterial, nivel de colesterol en sangre mejorado, diabetes y tabaquismo (0-4, índice de suma). Cada variable se codificó como presente (1) o ausente (0).
Se creó una variable dependiente de la atención de salud como el índice de suma del número de médicos consultados en los últimos 12 meses (0-8, índice de suma). Cada uno de los 8 tratamientos médicos (médico de cabecera, ginecólogo, urólogo, dermatólogo, oftalmólogo, internista, ortopedista y otorrinolaringólogo) fue codificado como "consultado" (1) o "no consultado" (0). El número de vacunas se analizó mediante el cálculo de un índice de suma combinando 8 vacunas diferentes (gripe, tétanos, difteria, poliomielitis, FSME, neumococo, hepatitis A y B, 0-8, índice de suma). Cada vacunación se codificó como presente (1) o ausente (0). Además, la atención preventiva se analizó mediante el cálculo de un índice de suma de las variables "controles preventivos", "mamografía", "control de la glándula prostática" y "prueba Papanicolaou" (0 -4, índice de suma). Cada variable se codificó como presente (1) o ausente (0). La variable dependiente relativa a la calidad de vida se midió utilizando la versión corta del WHOQOL (WHOQOL-BREF) [45]. Se calcularon cuatro puntuaciones de dominio (salud física, salud psicológica, relaciones sociales y medio ambiente). Estas puntuaciones del dominio oscilaron entre 4 y 20.
Análisis estadístico
En un primer paso, los sujetos con diferentes hábitos alimenticios (dieta vegetariana, carnívora rica en frutas y verduras, dieta carnívora menos rica en carne, dieta carnívora rica en carne) se compararon según su sexo, edad y SES. Las diferencias en los factores de estilo de vida (IMC, puntuación MET total, número de cigarrillos fumados por día y consumo de alcohol en las últimas cuatro semanas) entre los diferentes grupos de hábitos alimentarios se calcularon mediante análisis de varianza multivariante.
Para analizar las diferencias entre los grupos de hábitos alimenticios, se calcularon análisis de varianza multivariante para los tres dominios: (1) salud (salud autoinformada, deterioro por problemas de salud, número de afecciones crónicas, riesgo vascular) ), (3) calidad de vida (salud física y psicológica, relaciones sociales y medio ambiente). Para analizar el sesgo de los factores de estilo de vida que afectan la salud, se calcularon los análisis de varianza, controlando las variables de estilo de vida mencionadas (IMC, actividad física, hábito de fumar y consumo de alcohol).
En el ámbito de la "salud", las dos variables "salud autoinformada" y "deterioro debido a problemas de salud" se evaluaron originalmente utilizando una escala ordinal. Por lo tanto, controlamos los resultados utilizando pruebas no paramétricas (Kruskal Wallis Test). Dado que los resultados fueron los mismos, sólo se informan los resultados de los análisis de varianza.
Además, se calcularon las pruebas de Chi-cuadrado para las 18 afecciones crónicas antes mencionadas, con el fin de establecer cuál se produce significativamente más a menudo, dependiendo de la forma de nutrición.
Resultados
Características de los participantes y diferencias en el estilo de vida entre los grupos de hábitos alimentarios
En total, se analizaron los datos de 1320 individuos (330 en cada grupo de hábitos alimentarios). Cada grupo de hábitos alimenticios se estableció de acuerdo con las características demográficas mostradas en la Tabla 1. En general, el 23,6% de todos los sujetos eran varones y 76,4% mujeres. El 40,0% de los individuos eran menores de 30 años, 17,8% entre 30 y 39 años, 17,6% entre 40 y 49 años, 9,4% entre 50 y 59 años, 8,4% entre 60 y 69 años, 4,4% entre 70 y 79 años , Y 2.4% que 80 años o más viejo. El 30,3% de los sujetos tenían un SES bajo (tenían un puntaje SES de # 6), 48,8% un medio (SES entre .6 y # 10) y 20.9% tenían un SES alto (SES.10).
Nuestro análisis multivariado sobre el estilo de vida mostró un efecto principal significativo para el hábito dietético de los individuos (p = .000), lo que demuestra que los diferentes grupos de hábitos alimentarios difieren en su comportamiento general de salud. Sin embargo, los resultados de los análisis univariados mostraron que los grupos de hábitos alimentarios sólo difieren en cuanto a su IMC y su consumo de alcohol.
En cuanto al IMC: los vegetarianos tienen el IMC medio más bajo (M = 22,9), seguido por los sujetos comiendo una dieta carnívora menos rica en carne (M = 23,4), rica en frutas y verduras (M = 23,5) y rica en carne (M = 24,9). Los comedores de carne pesada difieren significativamente de todos los demás grupos en términos de su IMC (p = .000).
En cuanto al ejercicio físico: no se encontró diferencia significativa en la puntuación MET total entre los diversos grupos de hábitos alimentarios (p = .631).
Con respecto al comportamiento de fumar: el número de cigarrillos fumados por día no difirió entre los diferentes grupos de hábitos alimenticios (p = .302).
Con respecto al consumo de alcohol: Los sujetos que siguen una dieta vegetariana (M = 2,6 días en los últimos 28 días) o una dieta carnívora rica en frutas y verduras (M = 3,0 días) consumen alcohol significativamente menos que aquellos que consumen una dieta carnívora menos rica en carne (M = 4,4 días) o rica en carne (M = 4,8 días; p =, 000).
Diferencias de salud entre los grupos de hábitos alimentarios
En el dominio de la salud, el análisis multivariado de varianza mostró un efecto principal significativo en el hábito alimentario de los individuos (p = .000). En general, los vegetarianos están en un estado de salud más pobre en comparación con los otros grupos de hábitos alimentarios. En cuanto a la salud autoinformada, los vegetarianos difieren significativamente de cada uno de los otros grupos, hacia una salud más pobre (p = 000). Además, estos sujetos reportan mayores niveles de deterioro por trastornos (p = 0,002). Los vegetarianos también reportan más enfermedades crónicas que aquellos que comen una dieta carnívora menos rica en carne (p = .000, Tabla 2). Significativamente más vegetarianos sufren de alergias, cáncer y enfermedades mentales (ansiedad o depresión) que los otros grupos de hábitos alimentarios (Tabla 3). Los sujetos que comen una dieta carnívora rica en carne suelen reportar incontinencia urinaria (p = 0,023). No se encontraron diferencias entre los individuos que consumían diferentes formas de dieta en cuanto a su riesgo vascular (p = .150, Tabla 2).
Diferencias en el cuidado de la salud entre los grupos de hábitos alimentarios
Nuestro análisis multivariado sobre el cuidado de la salud ha demostrado un efecto principal significativo en los hábitos alimenticios (p = .000) y confirmó que, en general, los sujetos con un menor consumo de grasa animal muestran peores prácticas de atención sanitaria. Los vegetarianos y los sujetos que comen una dieta carnívora rica en frutas y verduras consultan a los médicos con más frecuencia que aquellos que comen una dieta carnívora menos rica en carne (p = 0,003). Por otra parte, los vegetarianos son vacunados con menos frecuencia que todos los demás grupos de hábitos alimenticios (p = 0,005) y hacen uso de controles preventivos con menos frecuencia que los sujetos comiendo una dieta carnívora rica en frutas y verduras (p = 0,033; Tabla 2).
Diferencias en la calidad de vida entre los grupos de hábitos alimenticios
En cuanto a la calidad de vida, el principal efecto del análisis multivariado de varianza no mostró diferencias significativas entre los grupos de hábitos alimentarios (p = 0,291). Los resultados obtenidos en el análisis de varianza univariante, sin embargo, revelaron que los vegetarianos tienen una menor calidad de vida en los dominios de '' salud física '' (p = .026) y '' ambiente '' (p = .037) que Sujetos que consumen una dieta carnívora menos rica en carne. Por otra parte, los vegetarianos tienen una menor calidad de vida en relación con las "relaciones sociales" que los individuos que comen una dieta carnívora rica en frutas y verduras, o aquellos con una dieta carnívora menos rica en carne (p = 0,043). Todos los resultados se muestran en la Tabla 4.
Discusión
En general, nuestros hallazgos revelan que los vegetarianos reportan peor salud, siguen tratamiento médico con más frecuencia, tienen peores prácticas preventivas de salud y tienen una calidad de vida inferior. En cuanto a la variable "comportamiento alimenticio", intentamos generar una variable que reflejara la ingesta de grasa animal (1 = vegetariana, 2 = dieta carnívora rica en frutas y verduras, 3 = dieta carnívora menos rica en carne, 4 = carnívora Dieta rica en carne). El IMC medio de los sujetos se acopla en una progresión casi lineal con la cantidad de ingesta de grasa animal. Esto está en línea con estudios previos que muestran que los vegetarianos tienen un índice de masa corporal más bajo [1,4,5,7,9-12].
Nuestros resultados han demostrado que los vegetarianos reportan condiciones crónicas y peor salud subjetiva con más frecuencia. Esto podría indicar que los vegetarianos en nuestro estudio consumen esta forma de dieta como consecuencia de sus trastornos, ya que a menudo se recomienda una dieta vegetariana como un método para controlar el peso [10] y la salud [46]. Lamentablemente, la ingesta de alimentos no se midió con más detalle, p. La ingesta calórica no estaba cubierta. Por lo tanto, serán necesarios más estudios para analizar más detalladamente la salud y su relación con diferentes formas de hábitos alimentarios.
Al analizar la frecuencia de enfermedades crónicas, encontramos tasas de incidencia de cáncer significativamente más altas en vegetarianos que en sujetos con otros hábitos alimenticios. Esto está en línea con los hallazgos anteriores, informando que las pruebas sobre las tasas de cáncer, las quejas abdominales y la mortalidad por todas las causas en los vegetarianos es bastante incoherente [5 - 7, 19 - 22]. La mayor incidencia de cáncer en los vegetarianos en nuestro estudio podría ser una coincidencia, y es posible que esté relacionado con factores distintos a la cantidad general de ingesta de grasa animal, como el comportamiento consciente de la salud, ya que no se encontraron diferencias en el comportamiento de fumar y la actividad física en Austria Adultos como se informó en otros estudios para otros países [9, 13, 14]. Por lo tanto, en Austria se necesitarán más estudios para analizar la incidencia de los diferentes tipos de cáncer y su asociación con factores nutricionales con mayor profundidad.
Varios estudios han demostrado que los efectos en la salud mental de una dieta vegetariana son divergentes [9, 15, 16]. Los vegetarianos en nuestro estudio sufren significativamente más a menudo de trastorno de ansiedad y / o depresión. Además, tienen una peor calidad de vida en términos de salud física, relaciones sociales y factores ambientales.
Por otra parte, el uso de la atención de la salud difiere significativamente entre los grupos de hábitos alimentarios en nuestro estudio. Los vegetarianos necesitan más tratamiento médico que los sujetos que siguen otra forma de dieta. Sin embargo, esto puede ser debido al número de condiciones crónicas, que es mayor en los sujetos con una dieta vegetariana.
Entre los puntos fuertes de nuestro estudio se encuentran: el gran tamaño de la muestra, la concordancia por edad, sexo y antecedentes socioeconómicos, y la medición estandarizada de todas las variables. Otros puntos fuertes de nuestro estudio incluyen considerar la influencia de los factores de peso y estilo de vida en la salud, por ejemplo el ejercicio físico y el hábito de fumar.
Las posibles limitaciones de nuestros resultados se deben al hecho de que la encuesta se basó en datos transversales. Por lo tanto, no se pueden hacer declaraciones si la mala salud de los vegetarianos en nuestro estudio es causada por su hábito dietético o si consumen esta forma de dieta debido a su peor estado de salud. No podemos afirmar si existe una relación causal, sino describir asociaciones determinadas. Además, no podemos dar ninguna información sobre las consecuencias a largo plazo de consumir una dieta especial ni sobre las tasas de mortalidad. Por lo tanto, se necesitarán estudios longitudinales adicionales para fundamentar nuestros resultados. Otras limitaciones incluyen la medición de los hábitos alimenticios como una variable autodeclarada y el hecho de que a los sujetos se les preguntó cómo describirían su comportamiento alimenticio, sin darles una definición clara de los diversos grupos de hábitos alimenticios. Sin embargo, una asociación significativa entre el hábito alimenticio de los individuos y su peso y conducta de consumo de alcohol es indicativo de la validez de la variable. Otra limitación se refiere a la falta de información detallada sobre los componentes nutricionales (por ejemplo, la cantidad de carbohidratos, colesterol o ácidos grasos consumidos). Por lo tanto, se necesitan estudios más profundos sobre los hábitos nutricionales y sus efectos sobre la salud entre los adultos austriacos. Otros estudios deberían investigar la influencia de los diversos hábitos alimenticios sobre la incidencia de diferentes tipos de cáncer. Según nuestro conocimiento, este es el primer estudio realizado en Austria para analizar las diferencias en términos de hábitos alimentarios y su impacto en la salud. Admitimos que el gran número de participantes hizo necesario mantener las preguntas simples, para cubrir la gran muestra. En general, consideramos que nuestros resultados son de interés específico y contribuyen al conocimiento científico existente, a pesar de algunas limitaciones en cuanto a causas y efectos.
Conclusiones
Nuestro estudio ha demostrado que los adultos austriacos que consumen una dieta vegetariana son menos saludables (en términos de cáncer, alergias y trastornos de salud mental), tienen una calidad de vida inferior y también requieren más tratamiento médico. Por lo tanto, se requiere un programa fuerte y continuo de salud pública para Austria para reducir el riesgo para la salud debido a factores nutricionales. Por otra parte, nuestros resultados hacen hincapié en la necesidad de estudios adicionales en Austria, para un análisis más profundo de los efectos sobre la salud de los diferentes hábitos alimenticios.
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