Restaurante El Labriego, en Miguel Esteban (Toledo)
Situado justo enfrente de la Cooperativa de Nuestra Señora del Carmen, en el número 23 de la calle García Morato, en este pequeña población manchega de la provincia de Toledo, localizada a mitad camino entre Alcázar de San Juan y La Puebla de Almoradiel, a escasos kilómetros del Toboso y a su vez también próximo de otras poblaciones, ya históricamente reflejadas en la mundialmente conocida novela "El Quijote de La Mancha, escrita por Miguel de Cervantes". Recomendable restaurante, en el que pude por sorpresa venir a comer el Martes 26 de Abril 2016.
Merece la pena hacer unos kilómetros para disfrutar de una comida diferente, con platos muy originales y un servicio estupendo. Por fuera parece un bar típico de pueblo, pero al pasar al comedor, el cual no resulta demasiado grande (aproximadamente unos 40 comensales), nuesta percepción y sensación cambia de manera radical, al existir un decorado rústico, un servicio atento, un trato educado y cercano, que permite comer en un ambiente relajado.
Fantásticos platos elaborados con las últimas tendencias en cocina cuyo resultado ofrece unas sensaciones muy gratificantes a la hora de comer, ya sean gracias a unos aperitivos innovadores como las uvas de queso (que saben a beso), que nos fueron servidos a la mesa, al poco instante de tomar asiento. Interesante presentación de unos granos de uva, recubiertos de queso fresco de cabra, y una capa de pistacho molido con semillas de girasol. Aunque una de las cosas que más me llamó la atención, fue sin lugar a duda el plato de Virutas de Foie con Pedro Ximenez. Una muy original presentación sobre un plato muy frío, con explosión de sabor y sensación muy untuosa al entrar en la boca, bocado que con el paso de los segundos va ganando mucho volumen y se complementa con u sabor y una sensación dulce, realmente deliciosa.
Seguidamente fueron servidos Jamón Ibérico cortado a cuchillo, presentado sobre una piedra de pizarra y a su vez acompañado al lado de un plato de queso curado junto a nueces. Es obvio que tal combinación es digna de unos de los mejores placeres de la gastronomía española. Estoy completamente seguro, que no debe resultar nada fácil encontrar a alguien, que no tenga una notable debilidad por estos platos estrella, de nuestra variada cultura gastronómica.
Por hacer un poco de hincapié en el queso, me pareció bastante interesante contrastar el sabor de un elemento más dulce como lo aportan los frutos secos y mas concretamente la nuez, con ese sabor algo más desarrollado y potente que se puedo encontrar en el queso curado, elaborado a partir de leche de oveja. Para ser un poco constructivo en mi descripción y ayudar a mejorar algún aspecto que desde mi posición anoté, a lo mejor hubiese acompañado mejor un poco de tomate o algún otro elemento de función similar, tanto en ensalada o como triturado para untar en pan. Debo reconocer que esta propuesta resultó en mi opinión algo seca, y si que es verdad que eché en falta algo de frescura para corregir y paliar esta sensación excesivamente seca, contrastada con su sobresaliente connotación sabrosa, ambas definidas a partes iguales.
El último entrante correspondiente a este pequeño recorrido por los principales platos del menú degustación, cual a su vez sirvió de copioso preludio al plato principal, fue una pata de pulpo asada a la brasa. Ya no es ni sorpresa, ni casualidad de encontrar productos marinos tan frescos en estas regiones del interior, Debo reconocer que ya es mas fácil encontrar pescado mas fresco por aquí, que por la costa. La explicación es que al encontrarnos en este punto, a escasa horas por carretera de Madrid, los proveedores locales que trabajan con estos productos, se dirigen con frecuencia a los principales puntos de distribución de la capital, y por este importante detalle, podemos siempre confiar en una primera calidad en la materia prima empleada para la confección de todos estos tipos de alimentos. Ya que también se dice que Madrid es el puerto más grande de España. En lo que al pulpo se refiere, presentado de igual modo que el jamón sobre un plato de pizarra, sin duda su buen sabor y su acertada textura, fueron de la mano hasta el último bocado.
El plato principal, Chuletillas de cordero lechal. Uno de mis platos favoritos y una de las cosas que siempre procuro pedir cuando viajo por estas tierras castizas. Bocados tiernos, sabrosos y notas crujientes, se dan la mano a cada mordisco para hacer de este plato algo tan buscado por sus cualidades como por su originalidad y exclusividad de esta región. Habitualmente se suelen elaborar a la brasa o bien fritas con ajos, sin importar el modo debo reconocer que este manjar está bueno de cualquier manera que se elabore. Carne procedente de cordero lechal, lo cual significa que ha sido sacrificado, antes de que comience a ser destetado o por decirlo de otro modo, antes de que comience tomar otro tipo de alimentos que no sea leche. Tal vez hubiese sido mas atractivo adornar el plato con algún tipo de guarnición, pero su salsa de finas hierbas fue a su vez acertada y muy bien integradas a los sabores aportados por esta buena carne.
Realmente impresionado de encontrar en un sitio tan apartado, un restaurante tan agradable,con presentación de los platos excelente, gran trato por parte de su joven, finalmente todo junto a una muy buena calidad en los productos y una presentación bastante cuidada. Merece la pena volver, para experimentar de nuevo las mismas sensaciones con estos platos o bien entonces descubrir que diferentes variantes podríamos encontrar dentro de unas semanas. Un lugar para no olvidar, y para volver tan pronto como se pueda...