Restaurante Huerta y Huerta, Valencia.
Por ponernos un poco en contexto, y aprender algo de historia sobre este proyecto, el Restaurante La Huerta de Ramonet nació en Valencia a mediados de 2017 como proyecto personal de Ramón Monfort. Centrado en ofrecer un producto de alta calidad, seleccionado a diario por él mismo, en poco tiempo adquiere una gran reputación que hace crecer la demanda hasta el punto de necesitar buscar un local más grande. Para ello el restaurante La Huerta de Ramonet pasa a formar parte de la sociedad Te Llevo a la Huerta, que nace en noviembre de 2018 con el objetivo de extender la buena reputación del restaurante La Huerta de Ramonet (actualmente cerrado) a un público más amplio. Para ello, Te Llevo a la Huerta adquiere un local en una de las zonas con más restaurantes de Valencia y con más movimiento a nivel culinario, el barrio de Ruzafa. Te Llevo a la Huerta consta de 2 restaurantes, La Huerta de Ramonet (actualmente cerrado) situado en la calle Lepanto, junto a las Torres de Quart, en el barrio del Botánico, muy próximo al barrio del Carmen.
El segundo, el Restaurante Huerta y Huerta, inaugurado el 29 de noviembre de 2018 está situado en la Calle Cádiz número 61, en pleno barrio de Ruzafa y es en este último "Huerta y Huerta" dónde fuimos a comer el pasado Viernes 15 de Diciembre 2024 y del cual vamos a hablar a continuación.
Lo primero de todo señalar que desde hace tiempo, la política de este restaurante es que TODO lo que se viene a comer, es sorpresa hasta el momento de sentarse a la mesa. Únicamente se puede decidir el numero de pases que deseamos, entre las varias opciones que el camarero pueda proponer... y a partir de ese momento, solo queda disfrutar tanto de las expectativas creadas, como de las propuestas que poco a poco irán tomando sitio en la mesa.
Para esta ocasión se optó por el menú degustación de 6 pases con su correspondiente armonización de vinos no comerciales. Dichos vinos son elaborados por pequeños productores y sin duda debo reconocer que es una buena oportunidad de descubrir cosas muy interesantes.
El primer entrante, aguachile asiático de vieiras sobre cama de guakame y rábanos. tal y como se puede visualizar en en este video, llegó a la mesa presentado en un plato con forma de cascarón de huevo. Un plato sabroso, fresco, con un marcado y ligero final picante. Este plato fue acompañado con el vino Recordare blanco 100% Moscatel de Alejandría cosecha 2021 procedente de viñedos de secano con más de 30 años, elaborado en Beniarbeich (provincia de Alicante) que ya mostraba una marcada fatiga y evolución en cata, pero que esa ligera oxidación armonizó correctamente con el plato.
A continuación fuimos complacidos con unos deliciosos bocados para comer con las manos, carne mechada de cerdo ibérico con emulsión de kimchi, cebolla encurtida y brotes de soja, armonizado con un vino cosecha 2021 que gustó mucho la explosión en copa de aromas de fruta fresca. Elaborado en Ontinyent por Can Leandro a partir de uva 100% Monastrell y con solamente 4 meses de crianza en barrica.
El tercer entrante, cococha de bacalao en tempura en sopa de soja y jengibre con cebolla, desde mi punto de vista esta propuesta no fue mala, pero si fue la mas floja de todas, sin desmerecer la técnica ni la materia prima utilizada, esta plato resultó algo discreto.
Las cocochas de bacalao fueron acompañadas con otro vino que gustó mucho, esta vez La Vella cosecha 2022, un blanco elaborado en Ontinyent por Can Leandro al igual que el tinto monastrell anterior, también fuimos gratamente sorprendidos por sus buenos aromas y prestaciones en boca, fruto de un acertando ensamblaje de varietales merseguera, malvasia y tortosi. Me tomo buena nota de este productor Can Leandro y principalmente de este vino blanco, con la intención de buscarlo y tratar de poder disfrutar de sus próximas añadas.
No quiero dejar pasar por alto, que según mi propia lógica, hubiese servido las cocochas y el vino blanco, antes que la carne mecha y vino tinto. Desconozco si el orden del servicio fue por una propuesta voluntaria del chef, para ligar este plato con el siguiente (ambos pescado), o bien si de lo contrario fue por un fallo o descuido en la cocina y/o servicio. Pero no me gustó tener que pasar de blanco a tinto y otra vez a blanco y otra vez a tinto... prefiero llevar un orden coherente con los vinos.
El primer plato principal para cumplir con nuestro cuarto pase, rodaballo sobre una crema de calabaza, coco y canela, con tomate y ajo y huevas negras de esturión acompañado con el mismo vino blanco que nos fue servido con las cocochas, gratamente elaborado en Ontinyent por Can Leandro ensamblaje de varietales merseguera, malvasia y tortosi.
El segundo plato principal correspondió a carrillera de cerdo ibérico de bellota, sobre un muy acertado puré rústico de torta del casar con pesto, turrón e higos secos. Esta propuesta fue muy apreciada por los contrastes de sabores y por una untuosa textura en común.
El vino que nos acompañó para este quinto pase, Loess Inspiration 100% tempranillo cosecha 2021 nos resultó muy interesante desde el punto de vista de fruta por encima de barrica. Elaborado en la denominación Ribera del Duero con paso de 9 meses en barrica francesa, corresponde a un proyecto empresarial sin viñedos propios, que se dedica a embotellar vinos de calidad bajo su propia etiqueta, utilizando su marca LOESS Collection en diversas denominaciones de origen
Para terminar, como es habitual, hay que dejar siempre algo de sitio para el postre y los dulces. Antes de servirnos el espumoso, pudimos saborear una buena mistela local, perfecta para acompañar con sexto y último pase una deliciosa berlina bañada en whisky Johnny Walker 12 años, con galleta crumble, lotus de espuma de vainilla y reducción de frutos rojos.
Para disfrutar con el postre, descubrimos este buen espumoso llamado Musae Lupanda elaborado bajo el sello de calidad de la denominación de origen Utiel- Requena (y no bajo el sello de la DO CAVA) por Bodegas Lupanda. Un vino blanco espumoso, creado a partir de una combinación de Pinot Noir y Chardonnay, siguiendo una elaboración por el método tradicional donde la segunda fermentación sucede dentro de la botella y con una crianza mínima en rima de 36 meses.
En definitiva, este restaurante ha cumplido con nuestra altas expectativas, gracias a una gran propuesta gastronómica, una buena técnica en cocina por parte de Ramonet (@ramonet_chef) y sin olvidar un servicio rápido y eficiente. Además reconocer la buena selección de vinos, para acompañar todos los pases de una manera muy particular, estudiada y acertada.